Israel frenó en seco sus bombardeos sobre territorio iraní luego de que el primer ministro Benjamín Netanyahu conversara telefónicamente con el presidente de EE. UU., Donald Trump, quien le pidió mantener la calma y “dar por cumplidos los objetivos militares” de la operación. La decisión llega apenas horas después de un golpe quirúrgico “en el corazón de Teherán” y del posterior intercambio de misiles que puso al mundo en vilo.
Según la agencia EFE, la Oficina del Primer Ministro informó que Israel no responderá con nuevas ofensivas mientras Teherán respete el cese al fuego. El comunicado denuncia, sin embargo, que Irán disparó tres misiles tras la entrada en vigor de la tregua; todos fueron interceptados o cayeron en zonas despobladas. En represalia a esas supuestas violaciones, la Fuerza Aérea israelí destruyó un conjunto de radares cerca de la capital iraní.
Reportes de Reuters añaden que la frágil pausa bélica fue negociada a contrarreloj por la Casa Blanca y cuenta con la bendición o la resignación de las potencias europeas y del Golfo. Mientras Trump se atribuye “el honor de haber detenido la guerra”, el Estado Mayor israelí asegura que ahora concentrará esfuerzos en la Franja de Gaza, donde persiste la ofensiva contra Hamás.
Teherán, por su parte, niega haber roto la tregua y sostiene que Israel prolongó sus ataques una hora y media más allá del plazo acordado. Voceros iraníes advirtieron que “responderán con firmeza” si vuelven a ser atacados, aunque el presidente Masoud Pezeshkian reiteró que la república islámica respetará el alto el fuego siempre que Tel Aviv haga lo propio.
En Washington, la gestión de Trump combina aplausos y reclamos legisladores demócratas exigen garantías de que Irán no reactivará su programa nuclear, mientras los republicanos celebran la mano dura que “destruyó capacidades críticas” de los persas. Analistas del Guardian recuerdan que los bombardeos iniciales dañaron complejos en Natanz y Fordow, escalada que por poco arrastra a la OTAN a una guerra abierta.
La comunidad internacional recibió la tregua con cautela. Naciones como Qatar y China piden traducirla en negociaciones formales que eviten otro estallido regional, y grupos humanitarios temen que la crisis energética y la devaluación del rial agraven el ya delicado panorama económico iraní. Mientras tanto, los cielos de Oriente Medio viven su respiro más largo en dos semanas, aunque nadie se atreve a decir que la tormenta terminó.