Naturalmente, que es prácticamente imposible ponerle un guardia a cada kilómetro de costa o prohibir el libre tránsito en las mismas y menos, cuando si hay escape es una evidencia de que el tráfico de drogas continua y si esta es la realidad, queda claro que estos son evidentes fallas de los organismos a cargo.
Igualmente, nadie puede suponer que al territorio nacional entran cargamentos de drogas o de armas y luego despachadas al exterior y una parte para consumo local, si no existiera una estructura delictiva a gran escala que la proteja y en muchos casos, por parte de determinadas autoridades de uniforme.
Y si esto es así, la responsabilidad mayor de semejante tráfico recae en quienes tienen que evitarlo. Pero si luego se descubre que el tráfico existe y porque hay autoridades de uniforme que lo resguardan por medio de recibir sobornos millonarios, debería de ser obligación del gobierno central imponer más controles al tiempo de agilizar una aceptable labor de contrainteligencia y espionaje dentro de las propias filas castrenses y lo otro, de efectuar auditorías contables sobre cada uniformado que no pueda justificar los bienes que tiene.
El reciente descubrimiento y desmantelamiento en España de una banda dominicana de traficantes de drogas, presenta la probabilidad, de que por lo que se averigüe, aquí se pueda desarticular la banda de apoyo que existe y al parecer con gran impunidad. (DAG-OJO)
