Indudablemente que el desfile militar de ayer, recordó y por su nota innovadora, los desfiles militares que se hacían en la Era de Trujillo, en donde el último en 1961 cubrió nada menos que 50 mil efectivos y un armamento pesado de tierra, mar y aire que ya no existe.
En esta ocasión y lejos ya de nuestra fuerte posición como nación con una sólida presencia militar que la hacia la líder en el área, ayer, sí hubo una y determinante y en función de nuestras recurrentes desavenencias con la nación transfronteriza.
Pues por lo que se presenció, sin duda que los haitianos enemigos de República Dominicana y que se entienden nuestros peores enemigos, deberían de tomar en cuenta el poderío militar dominicano al momento de que sus pandillas pretendieran algún tipo de asalto hacia nuestra frontera.
Sin embargo, dos aspectos debemos de criticar y para que no se repitan en ediciones sucesivas: Que los locutores militares que narraban el desfile, describieran en detalle los tipos de armas y calibre del armamento exhibido y junto a la descripción, algo increíble, del organigrama castrense en materia de mandos y unidades y lo otro, el poco sentido de la prudencia exhibido por esos locutores, algunos de rangos superiores, saludando y halagando al presidente Abinader y a un nivel como si se estuviera en un concurso de popularidad.
Ambas situaciones no deben de repetirse y los locutores militares, aprender a tenerse un poco de respeto, como personas y poseedoras de rango, sus competencias por ver quién podía ser más obsequioso en las descripciones de personajes en el palco de honor y para decirlo suavemente, fue altamente repugnante. (DAG-OJO)
