El raso del ejército, Michel Antonio Céspedes y asignado al metro capitaleño encontró un paquete conteniendo 517 mil pesos y raudo y como toda persona honesta y decente, reportó el hecho y para que sus superiores localicen a quien había descuidado semejante cantidad de dinero.
En las infames redes, en vez de aplaudir el gesto, que realmente no es usual en un país donde la mayoría de su gente se ha acostumbrado a enriquecerse ilícitamente, no solo que condenaron la actuación, sino que tacharon al raso Céspedes con los peores calificativos, mientras un medio digital se atrevió a preguntarle a sus lectores, qué ellos harían en una situación parecida.
Es realmente penoso, que la mayoría de los dominicanos hayan adquirido esa mentalidad de delincuente proveniente del bajo mundo dominicano de Nueva York, en donde la subcultura alofoke ha terminado por penetrar la moral social y por lo que ahora, ser drogadicto, cuero, sicario o prostituto es una especie de timbre de orgullo, mientras en los barrios de las ciudades, el teteo es el signo característico de la nueva delincuencia que arropa a este país y tanta, que hasta en el gobierno tienen como asesor de imagen a uno de los voceros de la nueva corriente delincuencial y la que es incentivada desde sus plataformas digitales.
Poco que mucho, la República está siendo socavada en su propia estructura moral y por lo que se nota, ninguna institución oficial, religiosa o de la sociedad civil, hace nada para hacer vales las lecciones de moral y cívica. Vamos mal y muy mal. Solo falta, que porque "dió el mal ejemplo", al raso Céspedes lo cancelen. (DAG-OJO)