Hasta hace unos días poca gente sabía que son los pélets. Había silencio en la izquierda mediática. El mundo de los todólogos pijoprogres estaba dedicado a la feroz defensa del sanchismo, pero llegó la convocatoria de las gallegas. He de reconocer que sabía lo que son los microplásticos, pero mis conocimientos se limitaban a este término.
Ahora formo parte de esos españoles que saben de la existencia de los pélets. Por lo visto, es una denominación genérica utilizada para referirse a pequeñas porciones de material aglomerado o comprimido de diferentes materiales. En este caso utilizo Wikipedia, que es la Biblia de los todólogos pijoprogres.
Por lo visto hay de diversos tipos, pero no tengo mayor idea. Los que han llegado a las costas gallegas son de plástico. A estas alturas tenemos la certeza, viendo la campaña de la izquierda, que es culpa del PP, que es el responsable universal de todos los males que aquejan a nuestro país. No he conseguido saber, a pesar de leer todo lo que se va publicando, por qué el gobierno gallego es responsable, pero a la izquierda no le importa la verdad.
Es una herencia de las estrategias comunistas que también afectan al PSOE y los fervorosos seguidores del Grupo de Puebla. Durante bastantes días desconocimos que se había producido un vertido de esos pélets y que las mareas los habían llevado a las costas gallegas, así como a otras comunidades de la zona cantábrica.
Yolanda Díaz y Marta Lois acudieron semanas después del vertido a recoger pélets. Es una imagen entrañable del ecologismo yolandista. La izquierda socialista, comunista, antisistema y nacionalista espera pillar algún voto sacando a pasear el populismo más descarado. No creo que le sirva de nada, porque los gallegos no son tontos.
El problema es que los pélets son una realidad extendida en las costas españolas, por lo que resulta evidente que el PP no tiene ninguna responsabilidad. El otro día publicábamos las fotos de las obras de arte efímeras realizadas en las playas de Denia utilizando esas desagradables bolitas. En cualquier caso, lo sucedido en Galicia es una muestra de la desesperación de la izquierda ante su previsible fracaso electoral. Por: Francisco Marhuenda [La Razón]