Los yanquis no son amigos de nadie y a Abinader le quieren hacer ver que su reelección tiene un costo: Ceder a la presión internacional a favor de Haití

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En la medidas que pasan las horas, más caemos en cuenta, de que los yanquis, es decir, EEUU como potencia imperial, le quieren “bajar los humos” a un presidente Luis Abinader, que para Washington es un simple “pino nuevo” quien totamente se cree que su eventual respaldo no tendría un costo y de ahí el comunicado respuesta   y de sorpresa y perplejidad que acompaña la respuesta oficial a lo expresado por el Departamento de Estado respecto al supuesto “equivoco” de las autoridades dominicanas de migración, al “equivocarse” en materia de negritud con los visitantes estadounidenses de color.

De lo que se trata, es de algo muy simple y recurrente desde los tiempos de los gobiernos de Clinton frente a los de Balaguer, respecto a la negativa dominicana de no permitir y mucho menos crear campos de refugiados a favor de extranjeros indocumentados, pero en realidad, para transeúntes haitianos que trabajan ilegalmente en el territorio nacional.

Balaguer fue enérgico y determinante y como era un caudillo de recia autoridad moral ante la comunidad internacional, de hecho, Clinton apenas le pellizcó con el asunto, toda vez que al observar que el estadista se imponía y desafiaba, al tiempo que se le entendía capaz de cualquier cosa extrema (Washington nunca olvidó, que detrás de las correcciones dominicanas sobre el incidente fronterizo del 1937, el presidente dominicano fue la verdadera piedra en el zapato desde la comisión negociadora) y pese a que propagandísticamente a lo interno Balaguer tenía la contra, de que la mayoría de los políticos dominicanos, todos sumisos sirvientes de las políticas de Washington y comenzando por el PRD de Peña Gómez, ahora renacido como PRM, aun con semejante lastre traicionero, Balaguer terminó por imponérsele a todos  y aquí campos de refugiados no hubo nada más que hablar.

Abinader, que hasta ahora los yanquis le habían hecho creer que es algo así como un protegido del presidente Joe Biden y que, por lo tanto, su camino reeleccionista no tendría de parte de ellos ninguna oposición, tarde viene a darse cuenta, de que para los EEUU y como imperio, nadie es amigo y sí solo intereses y que, en función de ello, si de improviso se te ve muy creído de esa amistad, rápido te quitan la alfombra que está bajo tus pies.

Es así, y lo que aquí no se entendió y que fue la razón de que en POR EL OJO DE LA CERRADURA dijimos que primero le enviaron una subsecretaria de origen hindú y la que con mucho desparpajo le dijo a Abinader en su cara lo que tendría que hacer en materia internacional, más “la corrección” que de él y su gobierno se esperaba en cuanto a la negritud y el haitianismo como factor político radical de “cohabitación” obligada a lo interno y como también advertimos que aquí nadie aceptaría semejante “mensaje” tan capcioso.

Luego vino lo otro, de la declaración fuera de tono del comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, quién sin diplomacia alguna y hablando en criollo, dio una “pela de lengua”, exigiéndole al gobierno nacional que cesara con las deportaciones de haitianos indocumentados y dejando en el ambiente, la desagradable sensación de que si se resistía algo peor podría llegarle.

Y ahora esto, de este sábado, de un Departamento de Estado advirtiendo y no en buen tono, que no estaba conforme con el trato grosero de migración dominicana contra los ciudadanos estadounidenses de color y “confundiéndolos” con haitianos. En realidad, la queja no tiene fundamento, pero si se conoce que en el territorio nacional viven cerca de 300 mil estadounidenses de origen dominicano y la mayoría negros, no hay que ser demasiado inteligente para darnos cuenta, de que la supuesta queja fue de por ahí que salió y lo que nos indica y que es nuestra teoría de hace años, de que ese segmento de extranjeros de origen dominicano, es la cuña que EEUU le tiene a esta nación y a la hora que decida fusionarla como otro estado o territorio adscrito a la unión americana.

Siempre hemos dicho, que la cabeza no solo se ha hecho para peinarse sino también para pensar y cuando empezamos a notar que el mismo canciller Roberto Álvarez empezaba a dar pasos zigzagueantes propios de toda guinea tuerta, esa que siempre está sin nido y para evadir declaraciones que choquen con sus intereses personales pro estadounidenses, de inmediato concluimos, con que la encerrona que Washington ya le está creando a Abinader, realmente es una y para pensar.

Por eso, cuando a esta mañana vimos en los periódicos matutinos dominicanos, que salió la interpretación de estos sobre una declaración oficial dominicana desde la Cancillería y sin que ningún periódico hubiese hecho lo correcto, de publicar y junto a su interpretación, el texto oficial e inextenso, no nos cupo la mejor duda de que los yanquis han empezado a cerrar el círculo contra nuestro presidente.

Viendo pues todo este panorama, que de seguro a los pocos que piensan dentro del gobierno les ha dejado más que preocupados y sí turulatos, que de inmediato salgamos al frente y diciendo, que como nunca antes la nación tiene que salir al frente a respaldar al presidente y su gobierno e independientemente a posturas políticas ocasionales, pues detrás de caerle encima y a la conga a Abinader, se esconde la reiterada pretensión estadounidense e internacional en cuanto a que sea República Dominicana la que caiga con el recurrente problema haitiano y lo que bajo ningún concepto se podría aceptar y que de hacerlo, sería a riesgo de perder nuestra nación y soberanía.

Desde luego, no es que la presión estadounidense y su colateral desde la ONU sea un asunto de que ya mismo los dominicanos debemos de enfrentar el mayor atentado contra nuestro derecho a ser una nación libre e independiente, pero sí es una señal de advertencia y de la que nos están llegando los primeros nubarrones y sobre un asunto que la comunidad internacional quiere dejar que solo quede en manos dominicanas y sin importar su soberanía.

Y lo que sí advertimos, pues justamente, de lo que también se trata, es de presionar a peor al presidente Abinader y al entenderlo un presidente “no completamente dominicano” y al ser hijo de inmigrantes árabes y otomanos de no más tres generaciones y quienes como comerciantes y tenderos, sus raíces indican que siempre lo negocian todo.

Por supuesto, Abinader debe entender, que si quienes se dicen sus “amigos” estadounidenses o europeos le notan que sus manos se le aflojan, sin dudarlo se lo comerán vivo. Pero así mismo a Abinader hay que recordarle, que, ya que él se empeñó en ser presidente, ahora tiene que sacar de sí y enfrentar a como dé lugar la situación. Suerte también y como hemos visto en estos últimos 55 años de ejercicio profesional periodístico y de análisis político de Estado, que EEUU tiene también y con todo y ser imperio, una política cautelar propia: Que cree en hechos cumplidos y que quien se lo hace ver, a ese respeta.

¿Se entiende por qué decimos, que Los yanquis no son amigos de nadie y que a Abinader le quieren hacer ver que su reelección tiene un costo: Ceder a la presión internacional a favor de Haití?  (DAG)