Lo lógico es, que, si toda persona tiene nombres y apellidos, por lo menos el primer nombre y los dos apellidos le identifiquen y para avalarlo, su cedula de identidad y electoral en donde los mismos están registrados.
Sin embargo y solo por perversas razones políticas y hasta de clase, directores y redactores periodísticos tienen la mala costumbre y de acuerdo con sus animosidades, de cambiarle el orden de estos y según les convenga sus planes políticos.
De esta manera, nos encontramos, con que al señor Luis José Domínguez Trujillo y por el fuerte impacto que su entrada en la política ha significado para la población, hastiada de las mismas figuras a lo largo de estos 62 años de dictadura partidocrática y porque evidentemente, a este joven le beneficia políticamente el ser nieto de quien es, la prensa criolla pretende estigmatizarle y como si el apellido Trujillo no fuera uno, que es el más conocido en la República desde el 1928.
Invirtiéndole sus apellidos y en un meta mensaje de pretender presentarlo como si en vez de nieto fuera hijo del dictador, cuyo gobierno fue desarrollista y caracterizado por el principio de la dictadura dentro de la ley.
Total, que, si el joven Domínguez Trujillo ganara los comicios a los que se presente, esa misma prensa, sería la primera en emitir loas y elogios de todo tipo a su favor. (DAG-OJO) 14.06.2023 -el país político-