Es una lástima que el presidente Luis Abinader y en materia de búsqueda de opiniones cuyos resultados pudieran entenderse de consensos, siempre tiene la tendencia a disfrazar lo que persigue, pero enmascarado en un tipo de propuesta de diálogo, que más que buscarlo, de ante mano procura que las partes no lleguen a ningún tipo de acuerdo cierto.
Y lo que se observa, solo con ver cómo ha sido la manera de hacer saber a los expresidentes Mejía, Fernández y Medina, que es aquello que el primer mandatario quisiera de cada uno, pero sin que en momento alguno pudiera afectar el esquema de trabajo que previamente Abinader tiene en mente.
Por ejemplo, mientras a Hipólito Mejía, se le «invita» a la reunión, a los dos expresidentes “opositores” Fernández y Medina, se les “convoca”.
Invitar significa, que se ofrece a alguien algo por cortesía y amistad, mientras que convocar, es acudir a un lugar a una reunión o actividad conjunta.
Como se nota, los dos términos tienen significados diametralmente distintos.
A Hipólito se le invita, no tanto por lo que pudiera decir, sino simplemente por la formalidad de que es cercano y es interesante que esté ahí.
Mientras que, a Fernández y Medina, es decir, Leonel y Danilo se quiere que acudan a la reunión para escucharlos y saber cuál es su opinión específica sobre el tema que se trate.
Por eso, a Hipólito hay que verlo como el incómodo elefante dentro de la cristalería, en tanto a Leonel y Danilo como las dos lenguas viperinas que hay que escuchar y conociéndose, que lo que dirán, nunca será a favor del oficialismo y solo sí como un punto de referencia sobre aquello que siempre tratarán de ocultar.
Entonces y ni por asomo habría tal diálogo. Ahora bien, los tres son políticos y como tienen encima la atención de la nación, es obvio que el convocante ha diseñado una estratagema, que tontos serían, el invitado como los convocados, si de a verdad quisieran entender que haya buena fe.
Lo que a nuestro juicio lleva a una junta y de la que no nos atrevemos a calificarla de reunión y menos de intención cierta de diálogo fructífero.
Pero como en todo político siempre se esconde el diablillo del demagogo, veremos que los tres expresidentes asistirán a la cita y cada uno guardando sus propios dardos, en tanto Abinader, como aparente dueño de las cartas que marcarán el juego se esmerará en ser aparentemente conciliador y sin ningún tipo de actitud inamistosa.
A todo esto, el resto de la nación, que no ha sido invitada ni convocada, los más ligeros de mentes, intuyen que de lo que se trata, es de cómo darle la vuelta a un tema, que, de hecho, el gobierno es entendido como su principal causante y con esa invasión programada de haitianos ilegales ocupando el territorio nacional, mientras los expresidentes y sobre todo los dos “opositores”, tratarán de entender cuál es el regalo envenenado que a la cita acompaña.
Bueno, ya Fernández se ganó el primer premio que procura su ablandamiento y con la ciudadana allegada a su partido, que acaba de ser designada como embajadora en Corea, aunque la misma tiene profundas raíces moradas.
Por ese gesto tan poco usual, el expresidente Medina, de antemano debe sentirse y hablando en criollo, que tiene que estar “mosca”, pues por lo que parece, él es el objetivo para ganar o derribar y según se le vea.
Naturalmente, no queremos ser pesimistas, pero tampoco podemos ocultar, que nos sorprendería, que, de la cita anunciada, algo y de a verdad pudiera salir en bien de la nación.
Véase el ajedrez político: el PRM quiere una nueva reelección y PLD y FP pugnarán por ganar las elecciones del 2028. A estas alturas, es seguro que Leonel será candidato, pero todavía se desconoce que saldrá de la marrulla continua a la que Danilo tiene tanta vocación y si miramos hacia Abinader, ya no es seguro que mantenga su palabra de que no concurrirá como candidato presidencial, mientras Hipólito y actuando como guinea tuerta,… no se confía en ninguno y si a la hija se la tiran a un lado, seguro que el salvavidas del PRD se encontrará a mano y si Collado no se le adelanta.
Sin embargo, a esa realidad política se antepone otra y nueva, toda esa del peso firme de la prensa independiente y alternativa en las redes sociales, donde los votantes de 18-32 años, no menos de cuatro millones de ciudadanos, empiezan a tener ya sus candidatos y entre jóvenes que no llegan a cincuenta años y entre ellos, uno que otro influenciador y que es la razón del proyecto de ley restrictivo que se fragua en su contra.
Este giro natural y biológico hacia futuro, obliga a que se entienda, que entre los tres expresidentes y el presidente en ejercicio, las elecciones del 2028 y contra todo pronóstico, habría que verlas como parte de su “último cuplé” y es por esta realidad cruda que hay que decir, que la cita a la que Abinader ya anunció, es una que carece de su valor añadido genuino: Los potenciales lideres de opinión e influenciadores y quienes como potenciales candidatos presidenciales sirvieran de contrapeso y todos, afincados en los poderosos y decisivos medios de comunicación alternativos, que prácticamente le han arrebatado la opinión pública atrapada a los medios tradicionales.
Debido a esa aparente «falla» en la convocatoria, no creemos que de la cita aludida vaya a salir nada provechoso para la República y lo que nos hace decir, que mientras a uno se le invita y a los otros dos se les convoca y no para una cumbre y sí para una reunión de alto nivel en busca de un consenso sobre Haití, automáticamente el presidente Abinader fija límites y no da espacio para acuerdos ciertos. Con Dios. (DAG) 06.05.2025