Desde el momento que una nación independiente y soberana se conforma como tal y emite sus leyes, códigos y estatutos que norman las vidas de los ciudadanos, se supone que se está frente a un conglomerado social de gran espíritu cívico y civilista, por lo tanto, es inconcebible que porque el gobierno no haya logrado materializar todas sus expectativas a favor de sus conciudadanos, el clima social se deteriore de tal modo, que de pronto, muchos vean como lo más natural del mundo que al mismo jefe de Estado y de Gobierno se le amenace directamente en su misma integridad física y lo que es de una ligereza imperdonable.
Cuando esto sucede, de inmediato hay que entender que el clima social ha llegado a un nivel preocupante de probable ingobernabilidad y a partir del mismo, nadie con dos dedos de frente, supondrá que la vida de ese país se encuentra dentro de los parámetros aceptables de la buena vecindad y la sana convivencia.
También hay que observar, que si esta situación se presenta y al mismo tiempo se conoce que desde el periodismo ciudadano en las redes sociales los insultos, procacidades y dicterios de todo tipo campean por sus fueros, por obligación debe entenderse, que la moral ciudadana está desapareciendo y va en camino de crear una delicada situación de alzamiento contra el estado de derecho y que como se debería de suponer, no conviene absolutamente a nadie.
Aun así y por obligación hay que buscar el porqué de comportamiento tan insolente y como ya comentamos, bordeando lo criminal.
En este sentido, sin duda que el principal culpable lo es el gobierno y por no haber creado las condiciones objetivas, por medio de las cuales, la ciudadanía entienda que las autoridades no la han abandonado a su suerte o que en vista de tal huida de responsabilidades, parecería que se hubiese desatado una de pugnas y pleitos de dimensión tan delicada, que por lo que ya se conoce, este país se encuentra al borde de una sublevación social o peor, poblada desenfrenada de esas por las que casi nada quedaría en pie y de lo que en una situación como esa, obvio que la autoridad es la responsable.
Entendido esto, entonces hay que caer en el primer culpable del origen de todo, el sector mediático y al no ser el fiel de la balanza, que haciendo contrapeso, hubiese podido colocarse en el nivel de dominio de control sobre las animosidades reinantes.
Esto no ha ocurrido y al contrario, la mayoría de los medios se han explayado en una de agresividades y estas, correspondientes al dominio y ánimo de sus dueños; todos, grandes tutumpotes de la economía, la política y la sociedad, quienes más preocupados por sus intereses, se han olvidado de ser el justo contrapeso que impida que los radicalismos más insensatos tomen control del ánimo de la población y por eso de que ahora, parecería que la República ha caído en la espiral terrible, de ese diálogo de sordos por el que la violencia fratricida se está apoderando de tantos insatisfechos y esto hay que decirlo, acostumbrados a la tanda continua de privilegios y canonjías desde el poder y en base a los subsidios sociales o lo otro, de grave afectación moral y al patrocinar el empresariado delincuente ligado al narcotráfico, el lavado de activos y los crímenes por encargo y con todo el acopio de corrupción a gran escala que patrocinan e incentivan y cuya muestra mayor se tiene en el desbarajuste inmoral en Senasa.
Entonces y cuando al mismo tiempo se observa como la clase gobernante y los grupos económicos y desde el Consejo Nacional de Competitividad han contribuido terriblemente a la fuerte crispación social que se vive, necesariamente que los del gobierno o los del partido en el poder no deben buscar culpables externos y sí dentro de sí mismos y también en el espectro político y social, de una partidocracia compuesta por delincuentes de cuello blanco, quienes han hecho de su ejercicio político lo más parecido a una cueva de alí babá, donde el más indeseable o desalmado es el que sigue hacia adelante y gracias a esa justicia complaciente y corruptora que solo favorece a una minoría poderosa en contra del lógico bienestar que debería tener la mayoría ciudadana.
De esta forma, caemos en la realidad, de que por su falta de previsión, es el gobierno del PRM presidido por Luis Abinader, el origen mayor de toda esta grave insubordinación social contra el orden constituido y que como se está viendo, ya hay ciudadanos que han comenzado a ponerle nombre a su agresividad y haciéndose objeto, al mismo presidente de la República.
Ahora y casi llegando al punto de sin retorno, nos sorprendemos al comprobar que el mismo presidente de la República y para hacer uso de una expresión descriptiva, se ha enroscado en sí mismo, asume actitudes de ególatra y claramente se advierte que está dispuesto a golpear por todos lados, creyendo con evidente torpeza, que de esa manera controlará una situación de ingobernabilidad que cada día que pasa parecería que se le va de sus manos.
Y de esa manera el ánimo de rebeldía social se esparce por toda la geografía nacional y sus instituciones civiles como castrenses, nadie atiende razones y por el aire de subversión existente, no parecería que hubiese algún mecanismo o fórmula que pudiera controlarlo y hasta disminuir todo ese ánimo rebelde en fase primaria.
Por años este medio de comunicación ha sido constante en su crítica fría y objetiva de ver como las instituciones se estaban resquebrajando, pero como este medio no vive de likes ni de visitas y solo sí de la poca gente que sabe conceptualizar y pensar, parecería que lo que decimos o advertimos no logra llegar a destino. Sin embargo, lo que decimos queda registrado en nuestros archivos y como mudo testimonio de que no todo el periodismo hubiese delinquido.
De ahí, que ahora mismo veamos la situación que se vive y como lo más parecido a la posibilidad de un estallido social de consecuencias imprevisibles. En el gobierno y esto es lo alarmante, sus políticas han degradado totalmente la vida de los dominicanos y también de los extranjeros que viven entre nosotros.
Económicamente el país se encuentra e un nivel de incapacidad para reconducirse y para más inri, se nota que el gobierno solo trabaja y se debe para un grupo que se ha enriquecido indecentemente, mientras la población está sufriendo estrecheces que hasta hace cinco años atrás, eran absolutamente inimaginables….pero todos se dejaron seducir por la demagogia del PRM y ahora los resultados y el gritar.
Los del gobierno le tiran las culpas a todo el mundo, menos a su propia gente y cada día, es evidente que el gobierno no tiene respuestas y peor, que no sabe cómo salir del entrampamiento económico y social al que ha arrastrado a la nación.
En esas circunstancias, es poco lo que se pudiera hacer, cuando desde el poder, su gente ha impuesto un diálogo de sordos y ocasionando que la caldera social esté a punto de estallar. ¿Qué hacer?, francamente nada y solo aspirar a que Dios nos agarre confesados frente a la gran tormenta política y social que casi se nos está viniendo encima…..salvo que Dios ilumine a Abinader y haga que este y contra viento y marea limpie y drásticamente, su gobierno del PRM y convirtiéndolo en uno de rescate moral y nacional.
Justo por esta terrible y angustiosa realidad, es que decimos, que hay una muestra preocupante de amplia degradación social y tanto, que un individuo amenaza públicamente al presidente de la República con meterle una bala y que media ciudadanía guarde silencio. Con Dios. (DAG) 07.12.2025
última actualización: 10:13 am.





