Parecería como que, de buenas a primeras, determinadas circunstancias empiezan a cercar al gobierno y afectándole ciertas iniciativas, que, a mediano plazo, irían a favor de los ciudadanos y de telón de fondo. El llamado “efecto Macarrulla”

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Es un hecho, que cada vez que algún gobierno originario en el PRD o en clones suyos como el PRM llegan al poder, lo primero que se observa y hablando en criollo, es la tremenda “angurria" qué a todos esos miembros de la baja burguesía se les mete en su ánimo y al extremo, de no importarles medir las consecuencias de ciertos de sus actos.

¿Cómo atacar y por inoportuno, que cirujanos y médicos reclamen la indexación de sus tarifas o de sus salarios base, si son los mismos funcionarios del gobierno los que iniciaron la actitud o accionar de socavamiento gradual de los presupuestos públicos al auto adjudicarse y por medio de tecnicismos contables, salarios elevados a un nivel tan indecente, que en ciertos casos, no menos de tres funcionarios reciben la mitad del dinero que toda una empleomanía debería de recibir en términos salariales en el mismo lapso y con el pretexto, de que hacía años que no se aplicaba la corrección del valor del dinero para ajustarlo a la realidad económica y cómo es el caso de la Superintendencia de Electricidad?

Del mismo modo, ¿con que cara se puede plantear, que nadie o sector reclame el ajuste por indexación, si es el mismo gobierno el que ha patrocinado ciertos excesos y conocidos desde los primeros tres meses de instalarse en el poder?, ¿acaso no es cierto que la mayoría de los llamados consejos de administración en organismos autónomos, todos, han procurado una actualización de sus salarios y sin importarles desajustar los presupuestos de cada institución victima de lo más parecido a un expolio?

Al mismo tiempo, ¿acaso no es verdad que el aparato de propaganda del régimen fue el primero que impuso la indexación en los ingresos de tantos medios y periodistas que hasta  julio de 2020, tenían ingresos manejables que no afectaban el desenvolvimiento de la dirección de comunicaciones oficial y sus dependencias en la mayoría de las oficinas públicas en materia de publicidad, propaganda o publicidad y llegándose al extremo, de imponer como la cosa más natural del mundo, contratos publicitarios o de servicios de propaganda de no menos un millón de pesos por individuo y sin cumplir con el criterio de audiencia e influencia de opinión en sectores claves de la ciudadanía?

Es decir, el gobierno y por las circunstancias que hayan sido y tanto sea por pagos políticos, favor personal o simple privilegio institucional y para que se nos entienda, “se alocó” en esta materia y al grado, de que primero se arremetió cortando radicalmente y violentando contratos establecidos, quitando la mitad de los presupuestos aprobados e invocando los “gastos por la pandemia” y lo que todos los afectados entendimos que se hacía por represión política y nadie dijo nada ni se mostró molesto por la decisión ¿y para que ahora, ese mismo gobierno haya impuesto un presupuesto general de propaganda y publicidad por más de seis mil millones de pesos y solo para este año y solo para agraciar a los medios y periodistas que estén a su favor? Desde luego que no creemos que eso sea justo.

Pero, por esa misma actitud de afectar sectores nacionales de amplia diversidad, es que ahora son tantos los otros sectores de profesionales y técnicos que están con el grito al cielo y reclamando que se les indexen sus ingresos del Estado y por entender que el alza continua en el costo de la vida, simplemente los está llevando a un proceso de empobrecimiento gradual, que si no se logra detener, en cualquier momento no menos de de un millón de profesionales y técnicos terminarían en la bancarrota total y lo que tampoco es justo.

Entonces, ¿qué es lo que se descubre? Que parecería, que al gobierno, los efectos externos de la pandemia, así como de la situación bélica en Europa y estos últimos, atizados por la imposición de sanciones económicas absurdas contra Rusia, le están llevando hacia un desequilibrio presupuestal gradual y no obstante que es el primer gobierno de la República que dispone de superávits presupuestales, que las mismas autoridades proclaman con mucho orgullo.

Y ahí viene la pregunta, ¿por qué ese bienestar de gran liquidez no llega directamente a la pequeña clase media y a los ciudadanos de a pie y por lo menos, al mismo nivel de como el gobierno beneficia a las mil familias ricas que son parte de la plutocracia gobernante?

Lo que observamos, no es ni siquiera a modo de protesta particular y sí de advertencia frente a lo que se entiende, un mal manejo presupuestal de los principales altos cargos de la administración y para lo cual, sólo hay que fijarse en los indicadores publicados sobre el gasto del año pasado y en tarjetas navideñas para beneficiar a un millón 700 mil ciudadanos y de lo que nos hiciéramos eco esta mañana en nuestra sección El País Político.

Al mismo tiempo, nos dimos cuenta que la publicación original emitida en el matutino centenario capitaleño, parecería que no se trata simplemente de “un acucioso informe investigativo periodístico”, sino que entendemos, que detrás, es un asunto político de ajuste de cuentas y debido al cese de Lisandro Macarrulla como ministro de la Presidencia y lo que para el grupo económico que patrocina al exfuncionario y que a su vez, es codueño del periódico escrito en el que se publicó el informe, quiso de ese modo mostrar su desagrado y tirarle “los perros de  la guerra” al ahora todopoderoso ministro administrativo presidencial Paliza.

De ser nuestra presunción cierta, de ahora en adelante habrá que prepararse para que el presidente Luis Abinader se encuentre ante una especie de destape propagandístico subversivo y con el propósito de impedir, que otros miembros del gobierno plutocrático apoyados por ese grupo empresarial, pudieran ser cesados en las posiciones que ocupan.

La situación pinta interesante y porque al mismo tiempo evidencia y en momentos que desde el PRM se alienta la reelección constitucional, que el “efecto Macarrulla” podría extenderse a otros niveles e incluidos mediáticos y con un solo propósito, de que el gobierno se alinee con los protectores del cesado exfuncionario o que siendo lo suficiente el dardo de hoy, se pudiera precipitar la caída de Paliza.

Ante una hipotética situación como esa, Abinader debería de pensar en buscar contrapesos a los que el grupo económico a que nos referimos y por las razones que fuere, tema sus juicios de opinión o no quiera que determinados analistas independientes les hagan ver sus debilidades institucionales propias.

Mientras tanto y por ahora, solo vamos a puntualizar, que parecería, como que de buenas a primeras, determinadas circunstancias empiezan a cercar al gobierno y afectándole ciertas iniciativas, que a mediano plazo irían a favor de los ciudadanos y de telón de fondo. El llamado “efecto Macarrulla” (DAG)