A la fecha, en muchas naciones que se dicen de gobiernos “democráticos”, realmente, lo que se practica, es un sistema de democracia totalitaria absolutamente excluyente y negadora de la libre voluntad de las mayorías nacionales.
Debido a semejante como distorsionada situación, en la que, para mayor insatisfacción, resulta que los medios de comunicación e información de masas y como expresión del capitalismo salvaje que les financia, hacen lo imposible para que los ciudadanos no sean tales y sí que actúen como súbditos de gobiernos autoritarios. Parecería que es poco lo que los pueblos tienen en opciones y como única vía de evitar ser arrastrados a una situación en la que el libre albedrío y la libertad de disidencia no sean ejercidos.
Es por ello, que en esos países los poderes fácticos son los que priman e imponen una de corrupción a gran escala, por la que la moral, la decencia y las buenas costumbres y en pareja con la honestidad y el respeto a los valores morales, son ahora prisioneros de la plebe desatada y disfrazada de “guías de opinión” y ahondando de semejante forma el descalabro general, de una sociedad, que en líneas generales ya no sabe que rumbo tomar.
Veamos el caso español de un gobierno que no ganó las elecciones generales a nivel popular y sin embargo, se mantiene en el poder y debido a la grave distorsión del ejercicio de la libre voluntad popular mediante grupos partidarios sustituyendo a los ciudadanos y en función de ello, creando un gobierno de minorías y en base a un parlamentarismo radical, sectario y nada democrático y sí excluyente.
Pedro Sánchez pierde las elecciones a nivel de votos nacionales, pero se refugia en una alianza espuria con siete mini partidos radicales, regionales y sectarios, quienes, al constituirse en mayoría apócrifa junto al PSOE, en el parlamento, se presentan como supuesta mayoría calificada y en una grave distorsión y usurpación del voto popular y constituyéndose en lo más parecido a la dictadura de la plebe.
Luis Abinader llega por segunda vez al poder, mediante unas elecciones en las que el poder del gobierno impone una compra y venta de votos y conciencias en base a un electorado de ignorantes y corruptos, que a su vez genera un fraude de tal magnitud que solo el 55 por ciento de los probables electores se abstiene de votar y de apenas cuatro millones de electores, solo obtiene menos de dos millones y medio y reforzada la iniquidad gracias a los apoyos del ala más corrupta del sector mediático.
En razón de semejante abuso de poder, el PRM se alza con el santo y la limosna de los dudosos “triunfos” electorales del 18 de febrero y 19 de mayo e impone una mayoría aplastante de legisladores, quienes para dar apariencias de elecciones “democráticas”, se presentan como militantes de casi 23 mini partidos que apenas obtienen menos del 10 por ciento de los votos emitidos, pero quienes son el pretexto para que el gobierno que encabeza el presidente Abinader, exprese que obtuvo una amplia mayoría de supuesta representación partidaria con la que ahora tiene un rodillo parlamentario de la más grosera imposición autoritaria, sectaria y nada democrática.
De resultado se tiene, que a España, aquel poder ejecutivo mostrenco libra ahora una guerra de exterminio contra el Poder Judicial aun independiente y por el “grave pecado” por parte de los jueces, de enjuiciar y primero investigar, las tropelías administrativas realizadas por la primera dama española con sus negocios turbios en una universidad y en donde compró una catedra universitaria con el apoyo de su esposo el jefe de gobierno, que le ha servido para crear un entramado de tráfico de influencias desde el poder y como nunca allí se había visto.
La situación es tan alucinante, que el partido opositor que ganó las elecciones a nivel popular el PP, al carecer por sí de una mayoría parlamentaria que le permita enfrentar al gobierno de Sánchez y el PSOE, no dispone de capacidad legal para impulsar el cuestionamiento más severo contra el corrupto gobierno de Sánchez y el que hasta ahora, salvo que los equilibrios parlamentarios se rompan, no puede llevar a juicio político a aquel gobierno de corruptos.
Para el caso dominicano, el gobierno de Abinader y en base al uso de la fuerza bruta del poder desatado, utiliza todos los recursos del Estado para imponer una colosal persecución política, que se atenúa por las compras de conciencias y de ciudadanos ya acostumbrado a venderlas.
Pero para colmos, parte de la oposición “democrática” y ante los ojos de la atrapada opinión pública, luce totalmente entregada y para no hablar de vendida a Abinader y al PRM y quienes actuando como si encabezaran una dictadura, se imponen a la brava y ahora y para colmos y gracias a su aplanadora legislativa o parlamentaria, imponen una ley, la 1-24, conculcadora a lo absoluto de las libertades públicas y al extremo, de que el gobierno puede meter preso a quien le parezca y llevarle a los tribunales, mientras ahora, los principales medios de comunicación “independientes” logran un proyecto de reforma de esa ley, pero solo en lo atinente a que a esos medios, sus periodistas y comunicadores no sean tocados, al tiempo que el gobierno refuerza su plataforma de insultos y agravios desde los lupanares mediáticos en las redes sociales y las que controla en gran mayoría y en base a cañonazos millonarios de papeletas.
Al desnudo pues, nos encontramos ante dos pérfidos modelos de cuando los políticos corruptos y corruptores toman por asalto el poder y hacen de sus gobiernos disfrazadas dictaduras personales y partidarias, que les permiten y por lo menos hasta ahora, el hacer cuanto le venga en ganas.
Desde España ya se advierte que mansos y cimarrones se están uniendo y para de alguna forma sacar a Sánchez del poder usurpado. En República Dominicana, en cambio, la situación es hasta más grave si se quiere, pues el descontento popular es tan manifiesto y por la notoria perdida de nivel y calidad de vida y la incapacidad gubernamental para mejorar la economía y agravado por la represión policial más irritante, que no se puede descartar que el gobierno pudiera colapsar y en su lugar, que la indignación ciudadana hasta imponga el delicado recurso de un gobierno provisional que agote el periodo para el que Abinader y su PRM fueron elegidos y ha todo esto lo peor, que el gobierno se ha fracturado y tanto, que el factor poder absoluto, ahora recae en el Consejo Nacional de la Competitividad, que y por ahora, es el verdadero poder fáctico tras el trono.
Las cartas pues están marcadas y el correr de las horas y las plumas al viento, son las que al final, determinarán cual será el derrotero final para uno y otro gobierno y viéndose, que tanto Sánchez como Abinader y para nada, no quieren dar sus brazos a torcer.
¿Se entiende por qué hablamos de Parlamentarismo falso y nada democrático? Dos visiones. Con Dios. (DAG) 28.09-2024