Desde el momento que un diputado que obtuvo su curul en base a ser un voceador en las redes sociales y programas electrónicos, anunció que presentó una propuesta de regularización de lo que se dice o se presenta en las redes sociales y sus programas “de opinión” y lo que por las presiones e insultos que recibiera debió de retirarla, es evidente que la intransigencia y el no derecho a pensar diferente, es el absurdo planteamiento que ahora esos sectores plantean.
Lo más significativo, es que el 90 por ciento de quienes vocean en los programas de radio o televisión o en internet, en las redes sociales y teniendo de epicentro los canales de la plataforma you tube y que es un sector tan anarquista, que ni siquiera las autoridades se atreven a tocar y mucho menos cuando la mayoría son franquicias pagadas por el mismo gobierno, se entienden que ellos están por encima del estado de Derecho y por lo tanto, pueden hacer y decir lo que les plazca.
Semejante inconducta tan torcida e inmoral y por la que sus protagonistas -hombres y mujeres- visten ligeramente y en un afán abusivo de ofender al público y exhibiendo sus cuerpos y dando a entender que siempre estarán dispuestos a prostituirse, ha tenido como resultado inmediato, el fomento de los llamados teteos (en España les llaman botellones) en donde el libertinaje sexual entre adolescentes descontrolados, drogadictos y amoralmente perturbados ha cobrado dominio y libre albedrío entre una población joven de no más 15 a 25 años que conforman unos tres millones de adolescentes.
Hasta ahora y por lo que se ha visto, esa plebe mundana que habita básicamente los barrios de las periferias de nuestras ciudades, compite en amoralidad con la parte de la población adulta, cuyo estado de necesidad les ha convertido en delincuentes sociales y corrompidos a lo absoluto. Generándose entonces, un mosaico social y de una nación cuya gente y en mayoría significativa no acepta ningún tipo de control social y menos, cuando sus “educadores” son esa caterva de políticos ladrones y sinvergüenzas que desde la partidocracia han tomado por asalto, tanto el gobierno como el mismo Estado.
La situación pues, ha degenerado hacia un libertinaje tan absoluto, que las llamadas “instituciones tutelares”, milicia, policía, religiones, sociedad y referentes sociales e institucionales, también han caído presas del desboque inmoral que azota y como nunca, a toda la República.
Para colmos, ese capitalismo salvaje que existe y desde la mayoría de las instituciones empresariales y financieras y teniendo de mascarón de proa la industria hotelera, ha degenerado en un activista turismo sexual, que, de golpe, ha modificado de raíz una industria turística que fomenta la mano de obra esclava, la explotación sexual, el contrabando y los grupos de mercenarios y sicarios, quienes se han encargado de rivalizar con una policía, penetrada de pleno por la delincuencia organizada.
Con semejante registro, nadie puede sorprenderse de que, en cierto modo, la República haya sido convertida en lo más parecido a un gran burdel cuyo epicentro son los casinos de juegos y casas de apuestas de todo y que pululan por doquier.
En razón de todo lo anterior, gobierno y partidos de oposición son cómplices del terrible desastre amoral que ahoga la nación, en donde ser persona seria, decente y de costumbres morales sanas, es visto de manera muy crítica y lo que es fomentado por todo ese inmoral sector mediático buscador de prebendas, canonjías y contratos oficiales de construcción y servicios, cuya concentración de medios en pocas manos ha generado la presencia de no más de diez “honorables” señores denominados “barones mediáticos”, quienes como especie de supuesto “tribunal de alzada” son los que determinan quien vale o no en este país.
Mientras tanto, los exponentes de los lupanares mediáticos en las redes sociales y dirigidos por un grupito de osados delincuentes barriales, cuyos insultadores profesionales son capaces de colocar ante la especie de paredón mediático que tienen, a todo aquel ciudadano, hombre o mujer que no se avenga a sus directrices.
Generándose la grave situación, de que, al gobierno, el empresariado, las iglesias y el poder mediático carecer de autoridad moral, la República ha sido colocada y de golpe, dentro de una especie de callejón sin salida y por el que, el “sálvese quien pueda”, parecería que es la consigna por prevalecer.
Pese a todo, también existimos un grupo de gente decente y lamentablemente minoritario en todos los sectores de la vida nacional, fuerzas vivas y sociedad civil y sin duda, con una reducida fuerza de decisión dentro de la política, la sociedad y el sector castrense, pero que teniendo de común el coraje suficiente y si se unen para luchar por erradicar tanta lacra de amoralidad, que seguro se podría crear un gran movimiento moralizador, que llegando directamente como mensaje de rescate moral, haga factible que esta nación pudiera resurgir.
Con ese empeño, Solo falta la presencia de un líder o lideres de gran reciedumbre moral actualizada para este siglo, que pudiera lograr la reconquista de un país al que el bandidaje existente, casi lo ha hecho perderse y porque así lo creemos, emitimos esta especie de manifiesto moral y para procurar que quienes se consideren personas decentes y de comportamiento moral nada de fanáticos, se decidan por rescatar un país que es digno de mejor suerte. ¿Qué hay que higienizar y en el limpiar, hasta habría que contemplar políticas duras de vida o muerte? Sin duda. Pues todo sacrificio sería poco.
Pero entiéndase, que, si el gobierno del presidente Abinader y el PRM no hace absolutamente nada para enfrentar tanta disolución moral y libertinaje, entonces, quienes se consideren personas decentes y moralmente de valer y en todos los estratos sociales, deberemos dar un paso al frente, asumir las responsabilidades e higienizar un país, al que, de golpe, lo peor de sus propios ciudadanos y hablando con franqueza, lo han descalabrado.
Y que es lo que nos hace decir, que, por culpa de la ausencia de responsabilidad cívica y ciudadana, en las redes sociales y los lupanares mediáticos, el país político se ha convertido en uno anárquico y con tendencia a afectar la gobernabilidad en general. Con Dios. (DAG) 05.12.2024
