Al momento que 50 años atrás se iniciaban los pasos de lo que hoy es el nicho de crecimiento y desarrollo turístico en la zona este del país y conocido como Punta Cana, se suponía, que en su momento de mayor crecimiento albergaría una población de 400 mil personas y residentes allí. Sin embargo, apenas 100 mil hacen vida regular en aquella zona de la provincia La Altagracia.
Lo que sucede, por el alto costo de vida y la abierta dolarización que se ha impuesto para favorecer a turistas e inversionistas, pero no para que mejore el nivel y calidad de vida de los dominicanos que emigran desde otras ciudades en el interior de la nación. Los salarios son bajos y en algunos aspectos, miseria y la explotación laboral es prácticamente de mano de obra esclava. y lo más significativo, que parece que la familia Rainieri, al enfocarse en su otro proyecto en la periferia de Baní, Punta Arena, ha dejado que Punta Cana se maneje con piloto automático y lo que va en su contra.
En este sentido, la zona Punta Cana-Uvero-Bávaro-Cap Cana y sus cerca de mil centros hoteleros, parecería que ha sido dejada a la libre en materia de ausencia de salarios adecuados, costo de la vida manejable y condiciones mínimas para vivir allí y lo que provoca que la población no crezca y sí luzca estancada y porque la zona ha sido creada para ricos y turistas y con parámetros de verdadero apartheid y no para que los dominicanos de clase media o pobres puedan vivir aceptablemente. No se entiende el por qué la autoridad nacional, a ese polo turístico no le presta una mucho mayor atención y corrige las graves distorsiones que muestra. (DAG-OJO)
