Que el candidato presidencial del PLD descarte algún tipo de alianza electoral a nivel municipal. Sin duda que es una decisión correcta y proyectándose adecuadamente hacia la elección presidencial

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Hasta ahora y por más que quisiera presentarse como lo contrario, la realidad es, que la Fuerza del Pueblo (FP) es un partido minoritario de corte caudillista, que desde su fundación solo ha servido de “piche tapón” para bloquear las iniciativas, decisiones y pasos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) el principal de la oposición y el que por propia experiencia, sabe perfectamente que después del logro del PRM de haber obtenido un triunfo comicial en el 2020 en base a una oleada propagandista de corte personal afectiva de rechazo, debe andarse con cuidado y a paso firme.

No debe ni puede darse el lujo y esto hay que decirlo, en recaer en la misma perspectiva ominosa en contra de su propio triunfo para el 2024 y el que aun cuando desde fuera se diga lo opuesto, tampoco sea que pudiera calificarse de poco probable y si se analiza en retrospectiva, todo cuanto hasta ahora ha estado ocurriendo en el plano político.

Para empezar, el partido de gobierno ha entrado, a una hasta ahora indefinida línea de cierta debilidad estructural producto del indudable desgaste, que luce que ya ha entrado en su decisiva fase de gobierno, en la que, su probable candidato presidencial tiene mejores perspectivas o posibilidades gananciales que el mismo PRM y tácticamente, por el amplio y sostenido apoyo empresarial y financiero que le acompaña.

En el mismo aspecto, hay que entender que la FP y en razón al terrible arrastre que le genera esa tabla de rechazo tan mortificante que tiene su probable candidato presidencial, quien con ese 37-47 por ciento de rechazo o “falta de favorabilidad” como se dice ahora, no es ni remotamente, una condición que pudiera favorecer a una formación política que cimenta toda su existencia o ansiado triunfo electoral en su envejecido presidente y no por sí misma.

Incluso y si se asume que sea cierto lo que dicen sus estrategas, de que ya es un partido de “dos millones de miembros y militantes” y lo que razonablemente nadie cree o pondera, lo que a razonamiento se nos está diciendo, es que y en los hechos, sigue siendo el partido “piche tapón” que, a la desesperada, quisiera sobre salir.

Esto no quiere decir que en el ámbito municipal y por sí mismo la FP no pudiera obtener determinados triunfos y mucho más, cuando se observa, que probables candidatos a senadurías y como el hijo diputado de su presidente, tiene una mayor aceptación que la de su propio progenitor y la que habla bien del sector joven de la agrupación y que revela, que tampoco sea uno que esté muy apegado al caudillismo tradicional por el que aboga y se vende su fundador.

Es decir, la decisión tomada por el candidato presidencial del PLD de no aliarse con la FP a nivel municipal es una y por la extraordinaria estructura de miembros y simpatizantes que tiene el partido morado y además, por el mensaje nuevo de aliento de este candidato, no se puede ignorar, que solo augura un esquema de ganancia firme, aunque variable, pero en particular amplia a nivel municipal.

Igual situación se percibe con el efecto político inmediato de la sorpresiva renuncia del hasta hace poco, millonario jefe de campaña, Francisco Javier García, un político mercantilista de interés propio y de gran ego, que nunca ha aceptado que nadie le trace pautas y mucho menos, después que se hizo el multimillonario cuestionable originado en la corrupción desde el poder y propiciada y alentada por el expresidente Leonel Fernández.

El efecto de su renuncia y que ha sido lo evidente, solo quedó en alharaca mediática momentánea y a quien le queda una opción. Seguir dentro del PLD o pretender irse a refugiar con su antiguo líder y benefactor. Fuera de ahí. No ha sido una renuncia que tumbe cocos y sí una liberación para el candidato Abel Martínez y su cuerpo de estrategas.

Mientras y en las actuales circunstancias, todavía no puede decirse y lo que no sería sensato, que el PLD pudiera ganar de calle, pero sí es menester observar, que el crecimiento que está mostrando Martínez es uno orgánico y no mediático y de suficiente perspectiva, como para asumir, que, si se sabe empeñar, el actual alcalde de la Ciudad de Santiago nunca podría quedar lejos de lo que debe ser un potencial candidato presidencial con opciones más que valederas.

De este modo y a este día, quien sí debe preocuparse porque el natural desgaste de quien está en el ejercicio del poder no le afecte sensiblemente, es el PRM, quien con su alta cuota de  cuestionados dirigentes de amplia imagen de ricos por el poder y mentalidad neocaudillista, que tal vez en el 2020 pudo darle resultados y gracias al manejo poco diestro, de un PLD, que borracho de poder se creía insustituible y  hasta que llegó esa maniobra tan arriesgada, de dejar que el oportunista presidente de la JCE, Julio César Castaños Guzmán, suspendiera el proceso comicial en su fecha original y que aprovechado ese suspenso por lo extrapartidarios mediáticos del entonces candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, se logró lo que se creía impensable: La humillante derrota experimentada por el PLD, pero por encima de todo, por su desprestigiado y ahora enfermo terminal presidente, Danilo Medina, quien dicho sea de paso, ahora tiene tiempo suficiente para tratar de descalabrar a Leonel.

Sin embargo, también hay que observar, que el PLD y poco que mucho, ha ido renaciendo de sus cenizas, mientras que el PRM y ahora con el mismo síndrome de borracho de poder, parecería que sus estrategas no atinan a entender, que si caen en ese error, francamente hay que decirlo, podrían propiciar el retorno del PLD o de un candidato nuevo que represente un conjunto de fuerzas externas no partidarias y originadas en el desencanto que la partidocracia le ha producido a tantos dominicanos y que pudiera emerger como el candidato vengador, de un país harto y hastiado de la corrupción política en sentido general y lo que por el bien del partido oficial hay que advertir.

Además, y si la situación interna se deteriora y el desgaste fuera a más, mientras Abinader y hasta ahora, mantiene incólume sus crecientes niveles de popularidad, ¿quién quita que ese mismo presidente, decidiera de súbito no ser candidato y al ver que su partido se auto aniquila en su tonto egoísmo propio? Si sucediera, la derrota del PRM sería fulminante, pero Abinader podría consolidar un frente partidario alimentado por factores extrapartidarios nuevos o renacidos, que le permitiría batirse limpiamente en la arena electoral y seguramente, hasta ganar.

Por eso, el mejor consejo que se le puede dar a los del PRM, es que no se duerman en sus laureles, ganen amigos o aliados, no generen rechazos y mucho menos enconos y sobre todas las cosas, sean leales a su probable candidato presidencial y el que, en las circunstancias actuales, es el mejor dentro de todo el universo político electoral.

Así que, si partimos de que el candidato presidencial del PLD descarte algún tipo de alianza electoral a nivel municipal. Sin duda que es una decisión correcta y proyectándose adecuadamente hacia la elección presidencial y lo que el PRM -sus estrategas- deberían estudiar y analizar muy bien. Con Dios. (DAG) 28.05.2023