Hasta el momento, muy pocos estamos convencidos de que el gobierno de Abinader esté actuando correctamente en materia de defender los limites marinos con relación a las posesiones holandesas en el Caribe y más bien, lo que se cree, es que intereses oscuros dentro del mismo gobierno y asociados a la llamada agenda 2030, son los que realmente quieren asestarles un rudo golpe a los intereses permanentes dominicanos.
En este sentido, se considera, que Abinader debe recomendar a su partido, que a su vez recomiende a sus legisladores, que para nada ratifiquen un acuerdo del que la mayoría de las clases, política e intelectual rechazan de plano y por entenderlo altamente perjudicial para nuestros intereses.
Mientras tanto y en lo que el Poder Legislativo, que depende del Poder Ejecutivo toma la decisión correcta, las fuerzas vivas nacionales deben movilizar a la atrapada opinión pública y para que Abinader compruebe que absolutamente nadie tolerará tal despojo.
Igualmente, acabamos de darnos cuenta de que el gobierno habla de un proyecto de mas de 88 mil millones de pesos “para el rescate de Pedernales” y que cuando se lee el texto de los parámetros de inversión, se muestra que la inversión es en Cabo Rojo (28 kilómetros de Pedernales) y como especie de financiamiento subrepticio que los contribuyentes haremos a los 38 millonarios que deciden en el Consejo Nacional de Competitividad, quienes son los que se beneficiaran de semejante inversión en sus negocios propios.
El afán es tan grosero, que esa es la razón por la que el gobierno anda en busca de su fallida reforma fiscal y para conjurar el desvío de fondos que está haciendo y cargándolo todo a los contribuyentes. Es hora de que todos nos demos cuenta de la barbaridad que se perpetra. (DAG-OJO)
