El vaso del proyecto Monte Grande se rebosó. Las aguas acumuladas en el embalse, desde su inauguración en enero del 2024, buscaron una salida. Encontraron espacio en terrenos cultivados en las comunidades de Hato Nuevo Cortés, El Muey y Boca Mula.
El dirigente campesino Manuel Pérez asegura que más de 4 mil tareas cultivadas de plátanos, limones y otros rubros están bajo las aguas. Ciento treinta productores que viven de hacer “parir” la tierra hoy tienen las manos en la cabeza. Si no hay una intervención urgente de las autoridades, las pérdidas serán peores.
Hemos insistido en la necesidad de que el gobierno cumpla con la terminación del proyecto Monte Grande. No basta con el embalse donde se sigue acumulando agua. Así lo reconoció el presidente Abinader cuando anunció en enero 2024 que convocaría de inmediato a licitación para las obras complementarias. El embalse ha reducido las riadas que dañan propiedades y bienes, PLAUSIBLE.
Eso, sin embargo, no completa el sueño de tener ese importante proyecto, que llevará agua a miles de tareas improductivas, al acueducto regional y generaría energía eléctrica. Esas obras son imprescindibles, si de verdad se quiere dejar como legado el proyecto Monte Grande.
No somos ingenieros, pero estamos seguros de que si estuviera saliendo agua del embalse inaugurado hacia las más de 500 mil tareas y hacia el acueducto ASURO, hoy no tuviésemos las inundaciones en Hato Nuevo Cortés y las demás comunidades. Por: Tomás Aquino Méndez (Listín Diario)





