Si los políticos y sus partidos analizaran correctamente sus posibilidades electoralistas, tendrían, que todos tienen menos puntaje que lo que sus encuestas proclaman…

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Recién, el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado y queriendo hacer notar que su contendor principal, Luis Abinader no tiene los niveles de popularidad que sus encuestas dicen, destapó la Caja de Pandora, por medio de la cual, y partiendo del verdadero nivel de popularidad de todos los actores políticos, se descubre que se encuentran sobre valorados, mientras la constante de abstención, continua alta y amenazante para todos.

El excanciller, habló de que por encuestas suyas y de empresarios, Abinader tenía una popularidad que oscilaba un 38-42 por ciento y que frente a los niveles que las encuestas a favor del gobernante puntualizan, de un supuesto 50-55 por ciento de probabilidad es una diferencia contrastante y aguda.

Sin embargo, Maldonado no se refirió a los niveles que todas las encuestas plantean y respecto a la realidad actual de los cuatro principales partidos: PRM-PLD-FP y PRD y sus cifras en materia de popularidad, tasa de rechazo y el contrapeso que todos tienen respecto a la probable abstención, que a todos terminará acosando.

Comencemos con Abinader y si recordamos que el cargo le otorga un 25 por ciento de popularidad institucional y que por obligación hay que adjudicársele, se tendría, que si que si se habla de que tiene un 38 por ciento, resultaría y si se le resta el 25 por ciento, que hablamos, de un pírrico 13 por ciento de popularidad y que si se hace el mismo cálculo, pero partiendo del 42 por ciento que según Maldonado le adjudican a Abinader las encuestas empresariales, Abinader subiría entonces a un 17 por ciento de popularidad.

Ahora bien, si apelamos a los resultados en popularidad que las encuestas gubernamentales le adjudican al mismo Abinader, se tendría, que el indicador del 50 por ciento bajaría a un 25, al rebajársele el 25 que le da el cargo y si lo mismo se hace sobre el puntaje del 55 por ciento, se tendría un 30 por ciento a favor. Lo que nos dice, que de acuerdo con las encuestas -ojo- la popularidad del presidente fluctúa entre un 13 y un 30 por ciento y que de ser correcto el cálculo, habría que decir, que el presidente requiere y según las encuestas y para ganar en primera vuelta, no menos de un 21 por ciento más.

¿Qué nos dicen estos resultados aleatorios sobre lo que las mismas encuestas a favor y en contra nos dicen?, que definitivamente, los ciudadanos debemos exigirles a las firmas encuestadoras, que presenten unos resultados en base a deducir probabilidades, tomando en cuenta el techo natural de apoyos que tienen los políticos presidencialistas y no los manipulados que suelen presentar las empresas demoscópicas y para garantizarse de lado y lado, sus ingresos económicos.

Asumamos los resultados fijos que hasta ahora tienen como base y, para medir su popularidad lo cuatro partidos mencionados. Y asumamos, que sí que el PRM y por ser gobierno, tiene un porcentaje entre 20-25 por ciento, que el PLD, la FP y el PRD y por ser oposición, cada uno tiene el mismo porcentaje de un 20 por ciento y si se quiere ser generoso y a partir de ese nivel, restémosles lo que las encuestas dicen que tienen de popularidad, pero que al ser oposición  y venir de tiempos gubernativos cuestionables y si se juzga por los resultados de las últimas elecciones, se tendría, que cada uno no llegaría ni a un 30 por ciento de popularidad real y que cuando se recuerda que la FP no llegó en las últimas elecciones, ni al cinco por ciento para su reconocimiento legal, din dudas que deja muchas dudas sobre su fortaleza.

Naturalmente si a cada candidato presidencial opositor, hasta ahora solo hay dos con puntajes para desafiar a Abinader: Leonel Fernández y Abel Martínez y conociéndose que el primero tiene una tasa de rechazo superior al 37 por ciento, en tanto el segundo y tomando en cuenta que es alcalde de la ciudad de Santiago, tiene una tasa de rechazo no mayor del 22 por ciento, entonces y francamente habría que decir y con rotundidad, que sus probabilidades electorales, a este día, no pasan del 25 por ciento y el mismo candidato menor, Maldonado y su PRD, seguro que en estos momentos no llegaría a un nivel de ni siquiera un 15 por ciento.

Desde luego, no estamos afirmando que estas cifras sean así, sino que si se aplica la lógica y se toma en cuenta la variable de techo de popularidad real y si al mismo tiempo le agregamos la tasa de rechazo de cada partido o de cada candidato, se tendría un resultado cierto y muy superior al manipulado que presentan todas las encuestas y que junto al nivel de abstención, que en las últimas elecciones fue casi de un 40 por ciento, el resultado más optimista arrojaría, que seguro y si nada cambia, que se iría a una segunda vuelta.

Por lógica entonces, todos, esos candidatos presidenciales y sus partidos, todos, van a tener que trabajar en busca de votos y popularidad como si la vida se le fuera en el empeño y no continuar cometiendo la torpeza mental y para no hablar de lo grosero de “paja mental”, de creerse que ya están ganados y dejando muy atrás al oponente.

Es por eso, que insistimos en cuanto a que hay que exigirles a todas las empresas encuestadoras, que presenten resultados sobre el nivel real de la popularidad de estos actores y como base para tener en cuenta el nivel de popularidad y de tasa de rechazo y comparándolos con el probable nivel de abstención y para que, de esa manera, la nación pueda tener una idea más o menos cabal del sentir de la población, esa a la que la partidocracia y para cada elección le secuestra su libertad de escogencia y en función de chantajear a los votantes por su estado de necesidad.

Mientras este enfoque no se haga, todos los ciudadanos estaremos jugando a la cieguita y dejándonos manipular por los intereses en juego y lo que tenemos que tener muy pendiente y en momentos que acaba de presentarse el petitorio de la FP y reclamando, que las pruebas sobre el proceso electoral, que ha estado haciendo el tribunal electoral de primera instancia, la Junta Central Electoral (JCE)  se les invite y en el sentido, de que se les haga una prueba para todos los representantes de los partidos y lo que a razonamiento a contrario, viene siendo la “preparatoria” sobre una negación calculada de los futuros resultados electorales y que para nosotros, es la confirmación de lo que estamos diciendo, sobre el bajo nivel de popularidad que todos los miembros de la partidocracia tienen.

En otras palabras, creemos que los políticos están empeñados en robarnos el voto a cada elector, manipularlo y tratar de alzarse con un triunfo que la realidad actual no proclama y por eso hay que estar ojo avizor y no perderle rastro y por una sola verdad, que, si los políticos y sus partidos analizaran correctamente sus posibilidades electoralistas, tendrían, que todos tienen menos puntaje que lo que sus encuestas proclaman e independientemente a que Abinader, a nivel de público, sea ahora mismo el de mayor aceptación. (DAG) 08.06.2023