Es verdad que hay que estar vivo para ver cosas. Por ejemplo, trascendió ayer que el ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, concedió al periodista Danilo Arbilla, un reconocimiento a su trayectoria como periodista "y su lucha por la vigencia de la libertad de prensa, pilar fundamental de todo Estado democrático", dejando de lado el papel de Arbilla como jefe de prensa de la dictadura de Bordaberry y responsable del cierre de periódicos, persecución y apresamiento de periodistas y al extremo, que uno de los medios más importantes de Uruguay, se apartó de la SIP en protesta porque en su oportunidad al entonces perseguido por represor anti prensa, se le hizo miembro de la misma.
Solo hay que entrar a Internet y buscar el historial de este sujeto y para darnos cuenta de que su entrada al organismo privado hemisférico se debió a la complicidad del llamado “cartel argentino”, que a ese tiempo controlaba la directiva de la SIP que presidía el director de El Día, un periódico provinciano de la ciudad de La Plata, Jorge E. Fascetto.
He ahí la razón del por qué en la reunión de medio año en Montego Bay, Jamaica, en 1999 y siendo Daniel Adriano Gómez miembro de la SIP como columnista sindicado y que fuera recibido como miembro en la Asamblea General LIV de noviembre de 1998 en Punta del Este, Uruguay, Gómez protestó por los informes sesgados sobre libertad de prensa y acusó a la entidad de ser “el country club de los dueños de periódicos”. (OJO)