Temporada ciclónica comenzará la próxima semana, pero se vigila área de baja presión en Atlántico

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La temporada ciclónica en el Atlántico comienza oficialmente el 1 de junio, pero desde finales de mayo suelen ya presentarse condiciones propicias para la formación de fenómenos tropicales.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EEstados Unidos informó que desde el lunes vigila una gran área de baja presión en el Atlántico situada al noreste de las Bahamas, aunque las probabilidades de que se transforme en depresión o tormenta tropical son escasas (10 %).

En 2021 y 2022 no se adelantó la temporada, pero sí en 2019 y 2020, cuando las primeras tormentas con nombre, Andrea y Arthur, respectivamente, se presentaron en mayo.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) anunció que el jueves emitirá su primera previsión para la temporada de huracanes de este año en el Atlántico.

Según un pronóstico de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) difundido el 13 de abril, la temporada ciclónica 2023 en el Atlántico tendrá una actividad "ligeramente por debajo del promedio", con un total de 13 tormentas con nombre, de las cuales dos se convertirían en huracanes mayores.

De acuerdo con las predicciones del Departamento de Ciencias Atmosféricas de CSU, la actividad en la cuenca atlántica se verá influida este año por la previsible aparición del fenómeno meteorológico El Niño, que suele apaciguar las condiciones que dan pie a la formación de huracanes.

Riesgos de huracanes

Si bien los huracanes representan la mayor amenaza para la vida y la propiedad, las tormentas tropicales y las depresiones también pueden ser devastadoras.

Los peligros principales de los ciclones tropicales (que incluyen depresiones tropicales, tormentas tropicales y huracanes) son las inundaciones por marejadas ciclónicas, inundaciones tierra adentro por lluvias torrenciales, vientos destructivos, tornados y fuertes olas y corrientes de resaca.

La marejada ciclónica es el aumento anormal de agua generado por los vientos de una tormenta. Este peligro es históricamente la causa principal de muertes relacionadas con huracanes en los Estados Unidos. Las marejadas ciclónicas y las grandes olas que golpean pueden resultar en una gran pérdida de vidas y causar una destrucción masiva a lo largo de la costa.

La marejada ciclónica puede viajar varias millas tierra adentro, especialmente a lo largo de bahías, ríos y estuarios.

Las inundaciones por fuertes lluvias son la segunda causa principal de muertes por ciclones tropicales que tocan tierra.

Las lluvias torrenciales generalizadas asociadas con estas tormentas a menudo causan inundaciones cientos de millas tierra adentro.

Esta inundación puede persistir durante varios días después de que se haya disipado una tormenta.

Los vientos de un huracán pueden destruir edificios y casas prefabricadas.

Los letreros, material para techos y otros artículos que se dejan afuera pueden convertirse en misiles voladores durante los huracanes.

Los tornados pueden acompañar a los ciclones tropicales que tocan tierra. Estos tornados generalmente ocurren en bandas de lluvia bien alejadas del centro de la tormenta.

Las olas peligrosas producidas por los fuertes vientos de un ciclón tropical pueden representar un peligro significativo para los residentes costeros y los navegantes.

Estas olas pueden causar corrientes de resaca mortales, erosión significativa de la playa y daños a las estructuras a lo largo de la costa, incluso cuando la tormenta se encuentra a más de 1,000 millas de la costa. [OJO-Diario Libre-Agencias]