Todavía no nos reponemos de la sorpresa y al conocer, que el segundo cargo más importante dentro de la Procuraduría General de la República ha emitido un juicio de valor corrosivamente destructivo contra el sistema de tribunales y jueces dominicanos

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Quizás para algunos no tendrá ninguna importancia que la subprocuradora a cargo de la persecución de la corrupción emita un juicio de valor tan temerario, que, si no encuentra respuesta, haga que pensar a muchos, si vale o no la pena tener confianza en la majestad de los tribunales de la nación y en sus jueces, que hasta donde se conoce, todos son egresados de la escuela nacional de la magistratura.

Pues a resultado, que esta mañana y temprano, la magistrada Berenice Reynoso Gómez le ha dicho a la nación y al dudar de la decisión emitida por el segundo tribunal colegiado del Distrito Nacional y en un caso de lucha contra la corrupción, no solo que ese tribunal ha quedado descalificado y como uno en el que las sentencias parecería que la funcionaria entiende que son mercadeadas con los imputados y que es una imputación de una gravedad extrema, sino que para la funcionaria, tampoco tiene confianza en ningún otro tribunal de la República y lo que de suyo es mucho más grave todavía.

Hay que asumir, que ante semejante ataque contra el honor de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, que es el depositario de la autoridad y orden moral de todo nuestro sistema de justicia procesal, las altas instancias del mismo como desde la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, abran de pronunciarse ante lo que se debe entender, como el más duro ataque que un alto cargo de la PGR emite en contra de todo el sistema de justicia de este este país y de sus ámbito de tribunales y jueces.

También se podría entender, que como la magistrada Reynoso Gómez tiene meses expuesta a una alta carga emotiva, que en ocasiones podría restarle tener una perspectiva adecuada de los casos y hechos que maneja o se ve involucrada, que al conocer esta madrugada la decisión del tribunal mencionado y sobre el caso de crimen y corrupción Yuniol, que no haya podido contener sus emociones y hubiese estallado de la forma harto desconcertante de como lo ha hecho y que ella, una fiscal experimentada, debió de estar ajena a este tipo de descontrol emocional.

Ahora, la señora Berenice, está frente a una nueva realidad, que si sus críticos más duros dentro del mismo sistema de justicia, la emprendieran en contra de ella con el mismo grado emocional descontrolado que ella hizo galas, seguro que debería exigirse que la magistrada Reyno Gómez renunciara al cargo, toda vez que es imposible de entender, que después de ella “limpiar el piso” con todos los jueces y tribunales, ella se entienda en condiciones profesionales aptas y para ir a sustentar alegatos ante los mismos tribunales y jueces que realmente a insultado.

La grandeza humana y esto siempre hay que tenerlo en cuenta, muchas veces se presenta donde menos se piensa y es posible, que, dado que el sector femenino es mayoritario en nuestro sistema de justicia, sus miembros entiendan que deben darle una oportunidad, a una magistrada, que como Reynoso Gómez y hasta ahora, ha sabido no ser piedra de escándalo de nada y tenido la buena conducta de guardarse sus criterios y reflexiones en los casos judiciales en los que se vea involucrada.

Solo pensando en esta probabilidad, es que entendemos que la dama podría resolver la incomoda situación que ha creado. Ahora bien. En este mundo, nadie que ocupe una posición pública es imprescindible, pues solo en lo que la persona es dueña, sí que se es.

Esto significa, que si por A o por B la mayoría de quienes deben valorar su conducta dentro del sistema de justicia, entienden que hay otras damas y caballeros profesionalmente aptos para desempeñar las funciones de Reynoso Gómez, también no se piense, que dado que la magistrada dio muestras de descontrol emocional notorio, bien debería hacerse, sustituyéndola y toda vez que una opinión tan cruda como Reynoso Gómez externara contra jueces y tribunales y dado el descrédito general del sistema a ojos de la población, que mejor fuera partir por el medio y no caer en el error de pasar por alto el exabrupto, que a una segunda vez, sería de una dimensión catastrófica mucho mayor para el Poder Judicial en su conjunto.

Mientras tanto, es menester conocer la opinión de la cabeza del ministerio público central, la magistrada procuradora general, Germán Brito, quien, en sus tiempos de juez, era todo ponderación y reflexión y sin nunca externar un criterio que pudiera verse de dudosa emocionalidad.

Aunque tampoco se pueden tirar en saco roto lo dicho por la magistrada Reynoso Gómez en su cuenta en twitter: “En la RD la jurisprudencia de la corrupción es vergonzosa, indignante, parcial, ilógica, contradictoria, servil, deficiente, errónea… Es increíble como mayoría de los tribunales varían sus criterios exclusivamente para favorecer corruptos y casos de crimen organizado”, palabras extremadamente fuertes y que viniendo de la magistrada Reynoso Gómez, nadie en sus cinco sentidos podría darse el lujo de pasar por alto.

Berenice y sencillamente y para decirlo en palabras suaves, manda a la porra a tribunales y jueces, afectó en su propio honor a las juezas víctimas de su invectiva y calificó a los tribunales y sin excepción, de ser el principal nicho de corrupción de este país y que si se mira con la frialdad objetiva del que es un simple testigo de cargo y al ser como ciudadano y en algún tiempo un probable perseguidor o imputado procesalmente, que definitivamente haya que entender, que lo que dijo y hablando con el corazón en las manos, no tiene perdón de Dios.

Y esto así, porque también esta lo otro, que no son todos los jueces y tribunales, corruptos o propiciadores de la corrupción como tampoco los fiscales o ministerios públicos, pero cuando un funcionario, cual que sea, no se sabe guardar su lengua, no que simplemente se expone a las críticas, sino que su mala crianza tiene precio: La despedida.

De ahí que expresemos, que todavía no nos reponemos de la sorpresa y al conocer, que el segundo cargo más importante dentro de la Procuraduría General de la República ha emitido un juicio de valor corrosivamente destructivo contra el sistema de los tribunales y jueces dominicanos. (DAG)