Un cuento mal contado

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Parece que el cuento de la Cámara de Cuentas está mal contado, que hay otras versiones muy distintas a las que en los últimos días han ocupado la atención de los medios y las redes sociales, y todo indica que no se trata de un omisión involuntaria o inocente sino de una acción aviesa y calculada que persigue un propósito: dañar aun mas, si acaso eso es posible, la imagen y la credibilidad de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana.

Esa acción, como advirtió ayer Participación Ciudadana, es parte de una “embestida” a la lucha contra la corrupción y los organismos públicos encargados de su prevención y persecución; y no hace falta decir porqué.

No puede negarse que los encontronazos y discrepancias entre sus miembros comenzaron prácticamente desde el mismo día de su juramentación en abril del año pasado, ni que se dejó correr demasiado la bola, antes de hacer la debida aclaración, cuando un legislador insinuó que el Presidente del Senado trató de ocultar el supuesto escándalo. Y no seré yo quien, desde aquí, determine si se produjo o no acoso sexual contra dos empleadas del Departamento Jurídico, como denunció la miembro del Pleno Tomasina Tolentino Mackenzie.

Pero para beneficio de las propias víctimas, y el necesario esclarecimiento de los hechos para poder establecer la verdad, deberían llevar su denuncia a la instancia a la que corresponde, que no es otra que el Ministerio Público. Se ve claro que lo que interesa es mantener vivo el alboroto y los rumores, mas que nada por el daño enorme que esas informaciones y las interpretaciones que se les dan provocan a la Cámara de Cuentas. Y si quieren saber quiénes están detrás de la “embestida” denunciada ayer por Participación Ciudadana, solo tienen que preguntarse a quiénes conviene que esté por el suelo su credibilidad y la confianza que debe inspirar a los ciudadanos

La respuesta los llevará derechito a donde ustedes saben. Por: Claudio Acosta [hoy]