Un ejercicio de matemática política muy revelador

0
170

El ciudadano que al 30 de mayo de 1961 tenía 18 años, para la misma fecha en el 2023 habrá llegado a los 62 años, lo que quiere decir, que tres generaciones nacieron a partir del colapso de la Era de Trujillo y de estas y unidas a la última anterior nacida en la etapa trujillista desde el 1941, los dominicanos podemos hacernos la radiografía social respecto al tipo de individuo que en este lapso de 82 años y si partimos del 1941 hemos dominado y hemos sido actores de la vida nacional.

Aquellos que cumplieron 18 años al 1941, ahora y si están vivos, cuentan con 82 años, en tanto los que cumplían 18 años en el 1961 tienen 62 años y quienes en este año tienen 18 años, dentro de 20 años tendrán 38 años y lo que significa, que 20 años más en el 2043, tendrían 58 años.

¿Qué nos dicen estos números?, que entre el lapso 2023 a 2083 serán 60 años en los que cuatro nuevas generaciones pertenecientes a este siglo XXI están y estarán decidiendo el destino nacional, en tanto quienes nacieron en los años a partir de 1941 y llegando al 1961, la gran mayoría habrá fallecido e incluido quien escribe, que ahora tiene 79 años.

Si quienes de un modo u otro prestamos atención a estas estadísticas, podríamos darnos cuenta, de cómo el tiempo nos pasa y rápido y tanto, que, por la misma vorágine de nuestra existencia, casi no se cae en la realidad y como nunca, en cuanto a que todos estamos de paso.

Por eso es, que en este país y en este día, mes y año son 8.5 millones de dominicanos nacidos desde el 1961 a la fecha y que junto a los 2.5 millones de ciudadanos que la República tenía a la caída de la dictadura “más criminal y asesina de América” y como todavía dicen los trujillistas de primera línea y sus familiares, que luego han vivido y para ocultar la traición y crimen de sus mayores, como supuestas “víctimas de la tiranía”, totalizan un conjunto ciudadano de 11 millones de habitantes.

Bien se podría tratar de entender la variada composición generacional y extraordinariamente joven que está decidiendo el destino dominicano de estos años y si se recuerda, que para las elecciones del año que viene, cerca de 7.5 millones de ciudadanos tendrán derecho a votar y de estos, más del 50 por ciento son jóvenes entre 18-48 años y dirigidos por un presidente de la República de 56 años.

Para completar el cuadro estadístico, asúmase, que el 35 por ciento de abstencionista que hubo en las elecciones del 2020 si se pudiera mantener inalterable, significaría, que de los 7.5 millones de electores, habrían dos millones 625 mil votantes abstencionistas, pero como la cifra no es estática, se tendría que hablar, de que si la tendencia abstencionista se incrementa, fácilmente en mayo de 2024, tres millones de electores no concurrirán a las urnas y en muda y dura protesta, no contra el gobierno o contra el presidente Abinader y sí contra las clases, política y gobernante como un todo. Realidad probable, que hasta ahora los miembros de la dictadura partidocrática no se les ocurre visualizar y mucho menos las corrompidas factorías mediáticas, escritas, electrónicas y en internet.

De esto suceder, los resultados electorales institucionales los marcarían 5 millones de votantes, que al subdividirse en no menos de 10 partidos y formaciones políticas, no se olvide que 50 pretenden ir a las elecciones legalmente registrados, presentándose lo nuevo, de que estos resultados, apuntan a que las autoridades que salgan electas y tanto para el Poder Legislativo como para el Poder Ejecutivo y el Poder Municipal e indirectamente el Judicial, conformarán un gobierno minoritario, que no sería el representativo propio de una homogénea mayoría nacional y que sí daría espacio a una profunda ingobernabilidad.

Entonces, estas estadísticas, lo que nos están diciendo, es que, si los políticos y sus lideres y en menor grado sus seguidores y militantes, no han tomado en cuenta todos estos aspectos de matemática política que esbozamos, serán los primeros en sorprenderse por los magros resultados que tendrían en el proceso eleccionario venidero.

Y viendo que ahora y en un accionar bizarro de surrealismo puro, 15 organizaciones políticas han amenazado con no concurrir a los comicios si la Junta Central Electoral (JCE) no les acomoda la ley No.33-18 de Partidos y Movimientos Políticos y ojo, que sus representantes legislativos votaron y en particular con relación a ese 20 por ciento que acordaron y ahora puntualizado en la resolución 13-2023 y para que los directivos o dueños de los partidos  se reserven para negociar entre sí, no más de 550 candidaturas en los tres niveles eleccionarios y como la mejor medida, para que la libertad de escogencia de los miembros de sus militancias, sea preservada.

Es decir, el tribunal electoral de primera instancia quiere que los próximos comicios, la libertad de escogencia de militantes partidarios y electores quede totalmente protegida y que, de suceder, sería posible pero no seguro, que la abstención pudiera ser menor y que por lo que estamos viendo, es el interés mayor del pleno de la JCE y de garantizar, que de las elecciones salgan un Estado y sus órganos de gobierno, totalmente representativo de una mayoría nacional.

Lamentablemente, la clase política y la misma clase gobernante y como expresión del gobierno corporativo clandestino del que hemos estado hablando en estos últimos tres días, sus miembros no han entendido la realidad que se vive y por lo que para nosotros no serán sorpresas, los errores de conceptualización en el que caen y hasta terminar empantanados en ese discurso de sordos y propio de individuos emocional y mentalmente inmaduros que solo piensan en sus intereses y no en los de la Nación.

A la República y este es nuestro criterio más firme, lo que hay que evitarle, es una encerrona partidaria, que luego y debido al preocupante factor geopolítico guerrerista en el que se debaten las naciones, pudiera representar y por sus efectos colaterales, en una especie de atrofia inconstitucional por la que y para preservar la nación, el gobierno civil se convierta en uno mixto militar o en uno castrense originado en apoyos desde nuestro primer socio comercial y lo que el presidente Abinader y mucho más que cualquier otro dominicano, deberá tener muy en cuenta.

De ahí que hablemos o hagamos conjeturas sobre la probabilidad y como un ejercicio de matemática política muy revelador. Con Dios. (DAG)18-05-2023