Un poco de todo y para preocuparse y a partir del discurso presidencial de esta noche

0
369

Primero fue, lo que comenzó como un escarceo mediático de tanteo, haciendo creer que realmente la reforma fiscal que se avecina venía siendo lo peor que en estos momentos podría suceder, hasta que a este día las principales cabeceras periodísticas hablan sin tapujos de que “todo el pueblo dominicano la rechaza”, cuando en realidad, esos periódicos matutinos tratan de esconder, que sus dueños y asociados, grandes empresarios y banqueros, para nada quieren salir y se oponen rotundamente, a que se les quite su zona de confort, toda esa de no pagar impuestos, llenarse de exenciones fiscales e igual de subsidios gubernamentales.

Y ahora que se anunció, que esta noche el presidente Luis Abinader se dirigirá a la nación a través de cadenas de radio y televisión y plataformas en internet y también en las redes sociales, los mass media de la prensa mercancía que dirigen los barones mediáticos, abiertamente tratan de sabotear la comparecencia y hasta queriendo manipular lo que el primer mandatario quiera decir y simplemente, porque el empresariado como un todo se niega con rotundidad a pagar impuestos y menos el poco 40 % que apenas se recauda.

Concomitantemente y a nuestro juicio, como factor de entretenimiento público y desvío de la atrapada opinión pública, el gobierno avisa que desde esta madrugada se ha lanzado una operación punitiva de allanamientos a gran escala en varias ciudades y principalmente en la capital y Cap Cana, para detener a una clandestina red de lavadores de activos, acción que efectivamente desvía la atención de la población sobre el problema de la reforma fiscal y por lo cual, Abinader podría sentirse con menos presión anímica respecto a lo que va a decir y al mismo tiempo tomar la iniciativa frente al empresariado contestatario, que de golpe se le presenta e igual se le opone.

Segundo, se despliega un inusitado espectáculo mediático a propósito de la destrucción del Estado haitiano y la infuncionalidad de su gobierno provisorio, generando el anuncio desde nuestras Fuerzas Armadas, de que la unidad de los “Cazadores de Montaña”, cuerpo militar antiguerrillas, ha sido despachado en su totalidad a las poblaciones fronterizas y con el aviso de que van a reforzar “nuestra seguridad”.

Al mismo tiempo, otras noticias militares nos llegan y se nos dice que fuerzas militares dominicanas de nuestra Fuerza Aérea y su igual de Colombia, han vuelto a efectuar unos “exitosos” ejercicios militares conjuntos de interdicción aérea entre ambas naciones. Y que denominan con el nombre de “Operación Zeus”, Dios de la mitología griega y del que se dice, que es “el padre de todos los dioses y de los hombres” y bajo el supuesto de reforzar la capacidad de acción militar inmediata en el Caribe Central y toda la isla de la Hispaniola y con lo que abruptamente, a los dominicanos se nos trae a la posibilidad de que fuerzas militares internacionales empiezan a hacer tanteos para tratar de reconducir o destruir la anarquía en el país transfronterizo, asolado por 71 pandillas de criminales que controlan más del 70 % del territorio haitiano.

Y como tercer paso, se anuncia mediáticamente, que EEUU y por parte del asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden, “está examinando todas las opciones posibles para conseguir la liberación de los misioneros estadounidenses secuestrados hace más de una semana en Haití”.

Es decir, se nos viene encima una de problemas geoestratégicos que influirán decididamente en los asuntos dominicanos de su política diaria y los que por lo visto, colocados uno detrás del otro, no da oportunidad suficiente para que serenamente los dominicanos y menos los analistas o comentaristas especializados puedan entender que es lo que ocurre, salvo y esto lo seguro, que Abinader estaría al tanto de todo lo que se anuncia y si esto es así, entonces creemos que las condiciones están dadas para que el discurso de esta noche sea una verdadera caja de sorpresas.

De vuelta al problema interno principal, la aplicación de la nueva reforma fiscal, la décimo tercera en fila, sin duda que se están presentando y de parte empresarial como gubernamental, una de radicalizaciones extremas, que obliga a que se sugiera que la reforma que se plantea sea dividida en dos partes. Una, ampliando la base de contribuyentes, de modo que, si ahora solo estos aportan un 30 % de todo el sector productivo, al disminuir el porcentaje a pagar, digamos un 20%, se amplie la base de los contribuyentes y automáticamente el Estado percibiría más ingresos y la otra, dejando para dentro de seis meses la imposición de nuevos impuestos y con lo que creemos que serían medidas prudentes para disminuir las animosidades y tensiones y por falta de información por un lado y negativa a que el sector productivo pague lo correcto y sin evasiones de ninguna naturaleza, por el otro y desde luego, sin esa corte de privilegios irritantes que la alta burguesía disfruta, mientras de clase media-media hacia pueblo, la gente se las ve y se las desea tratando de llegar a fin de mes.

Estamos hablando y ante la férrea oposición empresarial a pagar impuestos, que esta solo podría ser controlada por medidas de fuerza que en modo alguno y sensatamente no se pueden ni deben sugerir, salvo que la población no aguante más y asqueada de tantos privilegios a favor de los ricos, así como de senadores, diputados, alcaldes, regidores y funcionarios del gobierno central, la gente se tire a las calles y a Dios que reparta suerte y como ocurriera y peor que cuando la poblada de 1984.

En tanto todo esto se nos agolpa, a media mañana, la procuraduría general de la República y en un informe preliminar, advierte que la “Operación Larva”, acción contra narcotraficantes y lavadores de activos, se puso en marcha desde marzo pasado cuando se detectó y atrapó una embarcación proveniente de Colombia con 700 paquetes de cocaína y a partir de la cual se dieron las investigaciones subsiguientes y en las que se involucraron agentes de la DEA, la organización antidrogas estadounidense.

Mientras, ya lo único que queda es esperar el discurso de Abinader, ver como se desarrollará la crisis haitiana, de un país sin gobierno y en manos de pandilleros criminales y que tanto de responsabilidad compartida, le tocará para enfrentar y resolver esa situación, a nuestros fuerzas militares y policiales y que de darse, una guerra civil allí podría ser el próximo escenario y junto a una intervención militar internacional y que son las razones por las cuales decimos, que se tiene, un poco de todo y para preocuparse y a partir del discurso presidencial de esta noche que quedaría como telón de fondo. (DAG)