¿Cuál es el resultado que se desprende del fracaso del presidente Luis Abinader al no haber podido impulsar una reforma fiscal drástica de no menos un sesenta por ciento sobre lo proyectado?
Primero, que Abinader entendió que después que cometió el colosal fraude electoral, por el cual el PRM se robó los pasados comicios, él entendía que podría hacer lo que quisiera en materia de cambios estructurales y al contar con el supuesto “apoyo del pueblo”.
Segundo, olvidó que él es un preso de los 30 grupos económicos a los que tuvo que darles la boca y rogarles que por lo menos pagaran un mínimo al fisco y cuando comprobó que todos esos “honorables” delincuentes de cuello blanco se le habían rebelado al conocer la interioridad de su reforma fiscal.
A todo esto, nadie recuerda que esos 30 grupos se han hecho ricos, gracias a los 500 mil millones de pesos, que en subsidios y durante los últimos 63 años han recibido del Estado via los gobiernos de turno y lo que es un robo a gran escala como nunca se supuso y ahora esos inmorales gritan y porque no quieren pagar impuestos sobre sus propiedades, ganancias y activos. Es para fusilarlos.
Tercero, que comprobó en carne propia, que esos 30 grupos y sus colaterales en el 90 por ciento de los mass media que manejan y controlan y con sus batallones de periodistas, reporteros y comunicadores y voceadores muertos de hambre, se le habían ido al cuello en una peligrosa guerra desinformativa, en la que la atrapada opinión pública, aterrorizada por lo que esos medios y sus barones mediáticos ordenaban que dijeran contra Abinader y su gobierno y conociéndose que esos 30 grupos son los que les dan empleos y también canonjías, la gente entendió que frente a un gobierno débil y de salteadores de caminos, mejor era plegarse a los que los 30 grupos les ordenaban que expresaran contra la reforma fiscal o tributaria.
Entonces, es evidente que Abinader entendió y por primera vez en sus cuatro años y pico de gobierno, que él no era más que una especie de sello gomigrafo de los superricos de este país y quienes están negados en redondo a pagar impuestos y solo sí, que el gobierno se los continue cargando a la población.
Por esa realidad tan cruda y objetiva, Abinader tuvo que refugiarse en la burguesía silente de los superricos de Haití que son sus socios en el su gobierno y quienes hasta ahora habían servido de amable componedor frente a sus iguales «dominicanos» del dinero, la industria, la banca y los negocios.
Ahora, Abinader se encuentra atado de pies y manos y como prisionero de esos 30 grupos económicos tan insaciables y abusadores, cree que, si reestructura su proyecto de reforma fiscal, tal vez aquellos delincuentes de cuello blanco se la dejarían pasar.
Estamos hablando, de personas, verdaderos tigueres afeitados, que tienen en su haber cientos de muertos por encargos y robos de propiedades en base a documentación falsificada y de un amplio ejercicio como lavadores de activos y sociedad secreta con capos del narcotráfico, o sea, de todos aquellos que nunca se plegaron contra sus intereses o no los obstaculizaron y quienes hasta ahora y en estos últimos 63 años, esos 30 grupos no han enfrentado una verdadera, fuerte y dura reacción ciudadana civil y de uniforme y por ser los autores del reducto financiero criminal que tiene secuestrada a la República y a sus ciudadanos.
Abinader y esto lo patético, ahora sabe que esos grupos empresariales, industriales y financieros criminales no le van a permitir que se atreva a colocarles entre la espada y la pared y sabe también, que, si se descuida, hasta podrían provocarle un golpe de estado pre a porter (listo para ejecutar o llevar) y hasta asesinarle, si llegaran a entender que les traiciona.
¿De qué es que se trata? Que esos superricos entienden y de abusadores, que este país les pertenece en su totalidad y como gran mercado atrapado o gran finca solo de ellos, en donde aquel que se les oponga y represente un peligro, lo mandan a matar, le fabrican expedientes con sus abogados y en base a jueces suyos los meten presos y por años.
Sin embargo y de cara a los intereses permanentes de la República, creemos que la única solución heroica y antes de propiciar una guerra civil de exterminio, es que Abinader y su peligrosa vicepresidenta, que es la vocera y representante de la parte cibaeña de esos 30 grupos económicos y financieros, debería entender, que si él no es capaz de asumir medidas radicales que propicien la vuelta al control del país y su soberanía en manos de los dominicanos, que entonces debería apartarse, pero generando las condiciones para que una junta cívico-militar y nacionalista compuesta por ese 20 % de los militares no corruptos ni corrompidos y que les duele que su nación se encuentre metida en el terrible callejón sin salida en el que esos ricos y el PRM y asociados la han hundido y entonces tomen las riendas del gobierno y traten de recomponerlo y sin políticos, partidos e individuos dañinos.
En ese camino, no debe dejarse de contemplar la probabilidad, de que haya una semana de cuchillos largos, mediante la cual, todos los jefes de esos 30 grupos tengan que ir a ver a Dios antes de tiempo, a las vez de propiciar el desmantelamiento de todos sus aparatos de espionaje, inteligencia y data con los que compiten con los del propio Estado y siguiendo con el cierre por tres meses de todos los medios de comunicación y de información y bloquear todos sus medios electrónicos en internet y en las redes sociales, por lo menos, en lo que la semana de cuchillos largos se ejecuta y para entonces reclamarle a la población y sobre todo a los más independiente de criterio y de mayor responsabilidad cívica y política, que se tire a la calle y genere una reacción violenta contra los verdaderos enemigos de esta nación.
¿Quiénes? Todos esos que se niegan a pagar los impuestos que les corresponde, que solo quieren acumular riquezas explotando a todo el mundo y exigiendo que el Estado y por vía del gobierno de Abinader les dé cada vez, más y más subsidios y para que sea el pueblo, el que, con sus impuestos al consumo, sobre todo, les haga más ricos.
De ahí que entendamos, que es hora ya de elevar una conciencia nacional, por medio de la cual, quienes más tienen, tengan que pagar una proporción sobre el monto de sus riquezas, bienes e ingresos y en un plano de equidad que preserve el derecho a progresar de los dominicanos pobres y de clase media.
Abinader y en este aspecto, le haría un gran favor a este país y si medita sobre esta propuesta para salvar la nación, su pueblo y fundamentalmente sus nuevas generaciones y es que se ha llegado a un punto, en el que los buenos dominicanos salvamos nuestra nación y nuestro derecho a vivir con reglas de gran equidad o nos exponemos a que esos 30 grupos económicos y financieros y sus colaterales en los mass media, continúen esclavizándonos a todos y reduciéndonos al ignominioso papel de siervos.
De ahí que, si tenemos lo anterior en cuenta, se debe razonar, que ya está bueno de tanta explotación y robo de todo un país merecedor de mejor suerte y destino. Y es que, bajo ningún concepto, se puede continuar aceptando que tenemos una realidad cruda y lacerante, además de que el gobierno es de facto, ilegal e ilegitimo a causa del fraude electoral y lo terriblemente grave, que: El presidente de la República es un preso de 30 grupos económicos y sus ramales mediáticos y 11 millones de dominicanos están secuestrados y manipulados en extremo. Con Dios. 01.11.2024