Desde el primer día advertimos, que esa espectacular entrada del hombre más rico del planeta apoyando al candidato Trump, era una que se detendría tan pronto como Trump y ya presidente, se diera cuenta de que no podía controlar y menos enfrentar al mega multimillonario, quien tiene su propio libreto político.
En la práctica ya se ha visto y desde que Trump llegó a la Casa Blanca, que no era verdad que el mandatario dejaría a la libre a un Musk absolutamente interesado en lograr rebajar los altos costos del mantenimiento de la burocracia federal y lo que, y en la medida que pasaran los días, provocaría un llamado de atención de parte del contribuyente y al ver, que al fin había alguien en el poder que no aceptaba que los políticos despilfarraran los dineros de los contribuyentes.
Ahora y ya la guerra abierta entre ambos personajes. Veremos que Trump, conocedor de que no tiene el poder suficiente para imponérsele a Musk, buscará las vías de desacreditarle y comenzando por denunciar “lo escandaloso” de los miles de millones de dólares en subsidios que sus empresas innovadoras tienen.
Al mismo tiempo, a los observadores de los acontecimientos que protagoniza Trump, veremos y quienes le están aplicando una atención exhaustiva en la manera temperamental que el presidente tiene para creerse que podía lidiar con la guerra Rusia- Ucrania y desde el punto de vista de que el mandatario no podía creerse que Putin le dejaría pasar sus continuas y constantes aprobaciones de armamentos a favor de Ucrania y sus retorcidas políticas de doble moral frente a su “socio” ruso, esos observadores se muestran preocupados y porque Trump, herido en su amor propio, intentará irse abiertamente a la guerra y sin importarle imponer la tercera guerra mundial.
No obstante, ayer y como explosión de la ira de Trump y al ver que, en su última conversación de una hora, Putin le advirtiera y con dureza, que le pasaría por encima a la supuesta amistad y sociedad entre ambos y que iría por todas contra una Ucrania que ya tachó de terrorista y no solo su gobierno de facto, hemos visto a un Trump colérico, advirtiendo que él no es amigo de nadie y de lo que se infiere, podría hacer lo que quisiera y que como se conoce, no es precisamente la política de todo o nada que Musk siempre ha resistido que se aplicara.
En otras palabras, desde hoy y siguiendo los próximos tres días, todo el mundo deberá estar atentos a la evolución de la guerra y en cierto modo, mantenerse en ascuas, pues ya es evidente que EEUU no es neutral en el conflicto y sí parte activa en el esquema Occidente-OTAN contra Rusia.
De hecho, en POR EL OJO DE LA CERRADURA no somos nada pesimistas de que la guerra no pudiera expandirse y lo que obliga, a que en el plano interno y teniendo este país un gobierno que no sabe administrar y menos, sustentar políticas que no fueran fallidas, que veamos con preocupación, que ni siquiera por sentido de la más elemental cautela, el presidente Abinader no ha anunciado ningún tipo de política preventiva que pudiera atenuar los efectos de la guerra de cara a los intereses permanente de este país.
Y digámoslo con dureza, este es un gobierno lacayo del estadounidense y que, en caso de los efectos de la guerra en el Caribe Central, nunca se debería descartar que los halcones en Washington pudieran ordenar que Abinader fuera desplazado del poder y su lugar, ocuparlo un gobierno de facto de origen castrense, que los estadounidenses entendieran que fuera más garantista de sus intereses.
Sin embargo, desde ahora hay que advertir, que un accionar inconstitucional de semejante naturaleza, generará a nival de la población, las más disímiles como duras interpretaciones de enfrentamiento abierto a la instalación de un gobierno títere abiertamente controlado por la embajada estadounidense.
Haciendo pues, abstracción de la probabilidad que pudiera afectarnos, volvamos al tema principal, lo que ya es el serio contencioso Trump-Musk y que se fundamenta, en que el gobernante no está de acuerdo conque el multimillonario ejerza su derecho ciudadano a la libre expresión y lo que significa, de que con tal de que no hable, Trump estaría dispuesto a perseguirle en lo fiscal y por lo que no descartamos que Musk reaccionaria redirigiendo sus empresas y en particular la de satélites espías, que no olvidemos, que hacia el lado que estos apoyen, se sentencia quien sería derrotado en el conflicto bélico.
También debemos añadir, que el otro aspecto de que trata este singular contencioso, es que Trump y para nada, quisiera pensar que Musk pudiera crear un nuevo partido político estadounidense que fuera una tercera vía entre demócratas y republicanos o algo peor, el cierre del paso político para Trump o a quien señale como su heredero de cara a las elecciones de dentro de tres años o antes, si las circunstancias obligaran a que el vicepresidente Vance diera un paso hacia adelante y lo que tiene sentido, cuando se recuerda lo dicho por Musk, de que “es hora de crear un nuevo partido político en EEUU que realmente represente al 80 % de los del medio”.
Desconocemos si otros ciudadanos pensarán igual que nosotros, pero para quien escribe, ya está más que claro, que la deriva de Trump de tratar de impedir que Musk ejerza su libre expresión o que le sea contestatario y ni hablar de que motorice un nuevo partido y mucho menos que desvíe sus satélites espías hacia una potencia nuclear partidaria del mundo multipolar, está generando un nuevo tipo y nivel de corrosiva destrucción silente, que Trump y por más avispado que fuere, es evidente que no vió venir.
De ahí que seamos específicos y digamos, que 133 días fueron suficientes para que Trump entendiera, que Elon Musk es su gran rival político y mucho más, cuando supo que el magnate busca la creación de un nuevo partido “para los del medio”. Con Dios. (DAG) 06.06.2025
última actualización: 03:58 pm.