A este día, el país político despierta con la llegada de una nueva funcionaria estadounidense de alto nivel y correspondiente al cargo de subsecretaría de Estado y con un año en el mismo y como parte del desfile de funcionarios estadounidenses que tienen casi un año visitando a este país en materia oficial y esperándose, que como los anteriores, Washington aproveche la visita de la señora Wendy Sherman, para ofrecer sus criterios y testimonios de como entiende avanzan o retroceden las relaciones entre este país y el suyo.
Que nuestro primer socio comercial entienda que el gobierno dominicano debe de atender sus requerimientos, planteamientos o sugerencias, de hecho, es un rudo mensaje injerencista en los asuntos dominicanos y que por lo que se ha visto, no es asunto del que haya que extrañarse, si se recuerda que contra todo pronóstico, al Abinader instalarse el 16 de agosto de 2020 cometió el exceso de confianza de entregarse de pleno a los brazos de nuestro primer socio comercial y lo que el entonces secretario de Estado, Michael Pompeo, percibió y se aprovechó ampliamente.
Luego estuvo lo de la novena cumbre de Las Americas celebrada en California entre el 06-10 de junio de 2022, en la cual fue tan público que República Dominicana afianzaba sus lazos con EEUU, al tiempo que el presidente Joe Biden prácticamente ungía al presidente Luis Abinader y de cara a los efectos de la política dominicana, como el mejor prospecto para continuar en el cargo a partir de mayo de 2024.
Es decir, el gobierno dominicano no se cuidó de mantener cierta equidistancia prudente frente a su igual estadounidense y lo que se comprobó, porque a partir de esa cumbre, las visitas de altos cargos estadounidenses han sido más que reiteradas y siempre, aprovechando los funcionarios visitantes por leerle una especie de cartilla disfrazada de sugerencias sobre lo que la política dominicana debe aplicar respecto a temas, que a Washington le interesa que el dominicano actúe como el socio cortés y consecuente que no guarda interés por replicar nada de lo que se le diga y que como ya se ha visto, ahora es que en el Palacio Nacional han caído en cuenta de que al gobierno estadounidense, el dominicano le dio la mano y aquel terminó por agarrarle del brazo.
Debido a ese error de perspectiva de la diplomacia dominicana, ahora se tiene la visita de una funcionaria estadounidense, que ya su embajada anunció extraoficialmente en la tarde de ayer, que viene mañana para tratar “ciertos asuntos bilaterales” pero preponderantemente todo lo relativo a “la situación urgente de Haití” y que si se recuerda lo de la doble moral estadounidense, el gobierno dominicano no debería sentirse muy seguro de que será una visita de un amigo a otro amigo y si más bien de un supervisor a su subalterno.
Si el presidente Abinader y desde el primer discurso que pronunciara sobre Haití, hubiese tenido en cuenta que la conferencia o cumbre que aspiraba que se hiciera al respecto, debió tener un punto específico y único, de que todo lo que se discuta incluyera emisarios del gobierno provisional haitiano y de la sociedad civil del país transfronterizo y lo que nunca se hizo y como la mejor vía para obtener un planteamiento cierto de la parte haitiana, ahora los estadounidenses no estuvieran monopolizando el tema y de hecho, imponiendo sus puntos de vista al país más perjudicado con cuanto ocurra en Haití en materia de perdida de la gobernabilidad y hasta de su soberanía.
En tanto, en el gobierno dominicano y por cierta declaración que recién circuló en la prensa de este país y que nosotros reprodujimos ayer y también hoy en la sección El País Político, parecería que las autoridades se han dado cuenta y tarde, de la situación diplomática que encaran y de la que prácticamente no tienen control y por eso de ese informe oficioso y el que leyendo entre líneas, se evidencia el cierto disgusto de nuestra Cancillería, ante lo que se entiende de parte dominicana, una actitud no muy propia de gobierno amigo.
Frente a los hechos ya conocidos, entendemos, que el gobierno dominicano se descuidó y no supo o no quiso valorar el interés más allá de lo prudente de la parte estadounidense por implicar a este país en una solución estadounidense referente a Haití y en la que podría resultar, que cuando menos se piense, el presidente Abinader pudiera quedarse sin capacidad de maniobra y lo que atribuimos, al hecho, de que al ser su gobierno, el primero plutócrata dominicano, tampoco quiso o no supo manejar esas relaciones desde el punto de vista de los intereses permanentes dominicanos y sí dejó que los intereses de la burguesía haitiana y asociados a aquella parte de esa misma burguesía con inversiones en este país de más de 500 millones de dólares, prácticamente y vía la parte de la burguesía dominicana socia suya, se entendían con mayor compromiso frente a Washington que frente al gobierno nacional y de ahí el inquietante dolor de cabeza que tienen a este momento los hacedores de las políticas gubernamentales, pues desde Puerto Príncipe nadie ha dicho esta boca es mía respecto a las iniciativas dominicanas a su favor.
Desde luego, este escenario no quiere significar que Abinader no tenga opciones ni mucho menos y la más fuerte es, que si recuerda que los estadounidenses en materia de sus políticas solo creen en hechos cumplidos, perfectamente que Abinader y si se mostrara firme ante los planteamientos que presente la subsecretaria Sherman, bien que al final pudiera quedar en una situación airosa y frente a lo que se pudiera replicar con un punto de vista por el que haga ver que la posición dominicana y por ningún concepto, pudiera salir perjudicada.
Mientras tanto, lo que queda por ver, es hasta donde los estadounidenses estarían dispuestos a presionar al gobierno nacional y sabiendo que las fuerzas vivas de la nación estarán ojo avizor, respecto a todo cuanto la visitante exponga y esto así, porque en líneas generales, si en algo estamos de acuerdo todos los dominicanos y de todos los sectores o grupos políticos, que más de lo que Abinader ha hecho para hacerse grato a nuestro primer socio comercial, realmente Washington no podría atreverse a plantear y menos, si los intereses dominicanos quedaran afectados.
De ahí que planteemos, que desconocemos si el presidente Abinader se estará dando cuenta en el hoyo que le están metiendo sus aliados de la burguesía haitiana y dominicana de aquí y de allá y de si Washington se está aprovechando de su ingenuidad. Con Dios. (DAG) 11.04.2023





