Primero fue la prohibición de acceso al Palacio Nacional como periodista y que ocurrió en el lapso 1975-1978 por parte del ministro administrativo de Balaguer, José A. Quezada y que apoyara con su silencio el PRSC, la oposición de entonces y todo el sistema mediático.
Luego, fue la persecución encarnizada desde el 1979 por parte del gobierno del PRD y que incluyó arresto domiciliario y prohibición de utilizar los medios de comunicación y lo que terminó para el 1982 con la llegada de Jorge Blanco al poder.
Y ahora desde hace cinco años y tan pronto el PRM ascendiera al poder e implementándose con una bárbara persecución y represión publicitaria, que provocó, que nuestros medios de comunicación electrónicos fueran afectados en su ejercicio y al carecer del apoyo económico y reduciéndonos a un ejercicio de periodismo privado solo en esta medio digital y su canal en You Tube, que por fuerza de las circunstancias nos obligó a no tener la abrumadora audiencia de antes y la casi inexistente como vistas en la actualidad. Obligándosenos a solo disponer de no menos dos mil personas e instituciones que son fieles a nuestro ejercicio profesional en los últimos diez años.
De ahí nuestra gran sorpresa, al enterarnos, de que conociendo nuestros adversarios que hacíamos diligencias para volver a los medios y dentro de las mismas prerrogativas y facilidades de los existentes a nivel nacional, que nos hayamos topado con la oposición firme y desde luego dicha entre cuatro paredes por parte de la partidocracia, los tres expresidentes y hasta el mismo Poder Ejecutivo actual y por entenderse, que si se nos deja salir del ostracismo en el que nos encontramos, “mañana es muy capaz de llegar a los primeros niveles de audiencia, pues la gente le cree y lo que hay que evitar”.
No vamos a decir más, solo revelarlo y que cada uno llegue a su propia conclusión y lo grave, que en esta persecución, periodistas y comunicadores de todos los medios e incluido el Colegio de Periodistas, también aprueban y por celos profesionales, que POR EL OJO DE LA CERRADURA no vuelva a ser en penetración, fuerza y opinión, el gran medio de opinión absolutamente independiente e información que la nación conocía. Por eso solo decimos: Dios sabrá. Por algo la voluntad divina nos tiene vivos a los 81 años y en salud. (DAG-OJO)
