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Asamblea General 81 de la SIP en Punta Cana

Desde ayer y en Punta Cana y para los días 16-19 octubre y en uno de los hoteles más lujosos,  el santo sanctórum del country club que componen los principales miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y junto a sus empleados subalternos periodísticos de jefes de redacción a directores, articulistas e editores, se han dado cita  en su 81 Asamblea General, donde se supone, que estará enfocada “en los desafíos del periodismo contemporáneo, con atención en la libertad de prensa, la sostenibilidad de los medios y el impacto de la inteligencia artificial en la profesión”.

Para una SIP, que en la Asamblea General de 1998, la LIV, efectuada en Punta del Este, Uruguay y donde esta columna de POR EL OJO DE LA CERRADURA fue recibida como columnista sindicado de acuerdo a los estatutos de esa apoca, cuando allí no se sabía cómo enfrentar o adaptarse al periodismo digital en internet, que ahora y ya que el mismo ha sido acogido o que existan cargos administrativos de organismos subalternos en los que productores de radio o televisión los encabecen y hasta editores de periódicos digitales, es un hecho notorio tal cambio de perspectiva.

Era el tiempo de una SIP ultraconservadora dominada por una directiva de origen sudamericano y particularmente de argentinos identificados con el peronismo y como cobertura de corporaciones mediáticas estadounidenses que la controlaban tras bastidores y aportando el 70 % de su presupuesto anual, era fácil para cualquier político represor argentino, paraguayo o uruguayo, en este caso, Danilo Arbilla Frachia (82 años) el ingresar a la misma a modo de protección política.

Precisamente y porque en una de nuestras exposiciones en Montego Bay, en la reunión de medio año de marzo de 1999, preguntamos, que nos ocasionaba extrañeza, que ese periodista y con un prontuario político represor como director del Centro de Difusión e Información de la Presidencia de Uruguay durante el mandato de Juan María Bordaberry, cargo al que renunció a fines de 1975, ocupaba posiciones destacadas en la SIP, recibimos una de respuestas porfiadas e iracundas y en razón, de que con nuestras intervenciones, desenmascarábamos que la sociedad era refugio de delincuentes y represores políticos.

Bordaberry estuvo en el poder desde el 27 de junio de 1973 iniciando un gobierno militar disfrazado de civil y hasta que se vio obligado a renunciar en el 1976, pero continuando el régimen como dictadura militar hasta el 1985.

Arbilla Frachia luego de la renuncia de Bordaberry, continuó en el cargo hasta 1975 y por las repersecuciones experimentadas, dio el salto hacia la SIP y con bajo perfil, hasta que nuestros cuestionamientos en la Asamblea de Medio año en Montego Bay, Jamaica de los días 20-23 de marzo de 1999 revelaron su pasado político y el que entendíamos una presencia chocante, cuando fue el responsable de cierre de periódicos y otros medios y persecuciones encarnizadas contra periodistas.

La dictadura de la que Arbilla Frachia formaba parte, “cerró más de 50 periódicos y revistas, impuso la censura, cerró más de 15 estaciones de radio y televisión y clausuró 50 programas de periodistas y en ese lapso asesinó y torturó periodistas”, de acuerdo con nota que publicáramos en este medio, el 07 de julio de 2023. Bordaberry y sus funcionarios, fueron responsables de 192 desaparecidos y cerca de 200 muertos y nuestro pedido de explicaciones, algo normal en una sociedad abierta como la SIP, motivó un rechazo y persecución encarnizada de periodistas dominicanos subalternos y los dueños de sus medios en nuestra contra y quienes estaban allí en representación de los propietarios de los medios que dirigían.

Entre estos, Miguel Franjul del Listín Diario, Aníbal de Castro de la revista Rumbo y Ruddy Gonzales de Última Hora y junto al editor, Pepín Corripio y quienes no descansaron hasta que para el 2002, la SIP comunicó y vía su director ejecutivo, que “como usted no publica su columna en ningún periódico dominicano nos obligamos a darle de baja, hasta que haya corregido su status”.

Arbilla Frachia y de acuerdo a Wikipedia: “Arbilla se desempeñó como jefe de prensa de la dictadura uruguaya,[1]​ y durante su gestión se efectuaron numerosas clausuras de medios de comunicación, y muchos periodistas fueron encarcelados y torturados.[2][3][4][5]​ Esto incluyó el secuestro de Carlos QuijanoCarlos BorcheSantiago Puchet y Juan Carlos Onetti.[6]​ Consultado al respecto en una entrevista, argumentó que, «No era un cargo político, no teníamos ninguna clase de participación política, era un cargo técnico».[7]

Wikipedia agregó a su nota sobre este controversial personaje: “Fue presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cargo para el cual fue elegido en noviembre de 2000. Integra el Consejo Consultivo de dicha asociación.[8]​ En el momento del nombramiento de Arbilla como presidente de la SIP el diario La República, la desaparecida revista Posdata y el vespertino Diario de la noche, se desafiliaron de la asociación. Por ese entonces el director de La República mantenía un litigio judicial con Arbilla. Si bien La República anunció que su desvinculación de la SIP duraría mientras Arbilla fuera presidente, nunca volvió a afiliarse”.[

Es decir, teníamos razón en plantear el caso en la citada reunión de medio año. Pero la SIP no nos apoyó y aquí, el Listín Diario, cuyo director es Franjul, le otorgó una columna semanal en apoyo “a su buen nombre y prestigio profesional”.

Desde luego que semejante persecución la entendemos parte de nuestros lauros como periodista genuinamente independiente a todos los poderes públicos y privados y por eso traemos el caso a colación y para que los lectores entiendan y como dice el refrán popular, de que “no todo lo que brilla es oro”.

Respecto a nosotros y ya a 25 años de cometida la arbitrariedad, podríamos aspirar -al momento es nuestro derecho- a que la actual presidencia y dirección ejecutiva de la SIP, reparen el daño moral ocasionado y restituyéndonos nuestra condición de miembro y lo que sería mínimamente decente.

Mientras tanto, vemos que en Punta Cana, la SIP hablará sobre “los desafíos del periodismo contemporáneo, con atención en la libertad de prensa, la sostenibilidad de los medios y el impacto de la inteligencia artificial en la profesión” y lo que es bueno que suceda y porque de esa manera, la SIP tal vez pudiera tener un criterio más abierto y ecléctico si cabe y sobre todo, de respeto a las opiniones disidentes. Y en lo que le deseamos éxito.

Cómo siempre ocurre, la nueva asamblea 81 discutirá sobre el estado de la libertad de prensa en el continente de habla de origen latino y lo que obliga a que señalemos, que en lo que respecta al periodismo dominicano, este no conoce de libertad de prensa y menos de información propiamente dichos y sí solo de libertad para el ejercicio de los dueños de medios tradicionales que se apoyan en la autocensura contra sus periodistas y comunicadores y como medio para controlar el ejercicio de la prensa y contribuir al dominio político de la ciudadanía y de parte de la desacreditada clase gobernante.

Sobre todo en estos tiempos, que hay un nuevo periodismo, el digital, que trata de zafarse de la presión oficial y el que está sometido como el resto del periodismo, al aparato de propaganda oficial y al esquema represivo de los barones mediáticos, que no quieren opinión libre o independiente porque les afectaría sus negocios propios con el gobierno y como pago por el “periodismo independiente” que creen ejercer.

Por eso traemos este historial y advertimos que dentro de estos parámetros restrictivos, se inauguró ayer la Asamblea General 81 de la SIP en Punta Cana. Con Dios. (DAG) 17.10.2025

 última actualización: 04:27 pm.

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