Si se recuerda que la mayoría de los dueños de mass media criollos de hoy son individuos inmigrantes o descendientes de inmigrantes europeos y la mayoría familias de tenderos y artesanos, quienes en sus vidas, nunca había estado y ni de lejos, perteneciendo a alguna clase gobernante de Italia o España, se entenderá de inmediato, el por qué dirigentes de la clase gobernante criolla, son incapaces de hacer las cosas correctamente bien y mucho menos respetando el derecho a la libre opinión de los demás. A la vez que no esconden su racismo irreconciliable en un país de negros y mulatos, mestizos y blancos y cuya gente, por sumisa, les ha dejado hacerse asquerosamente ricos.
Por eso y desde que en el 2017 en el gobierno anterior de Danilo Medina, lograron mediante chantajes y todas clases de presiones así como de compras de voluntades, que se les designara en el llamado Consejo Nacional de Competitividad, fue evidente que desde el primer día, entendieron que habían logrado obtener la herramienta de poder que requerían para desarticular a todas las fuerzas políticas, sociales y económicas y hasta establecerse como el verdadero poder tras el trono de todo cuanto en este país se conoce como “Gobierno Dominicano”.
Aún más y acostumbrados a utilizar su periodismo mercancía como su arma de reglamento para establecerse como los cabezas de todas las formas habidas y por haber de poder difuso, desde el principio se dieron a la tarea, primero de tolerarse unos a otros y cuya mejor muestra fue, que tan pronto el comerciante e industrial de productos importados terminados y reciclados, Pepín Corripio, logró en el 1966 la compra del vespertino El Nacional, vino a darse cuenta de la decisiva arma táctica que había obtenido, cuando tres días después, el cabeza de la alta burguesía de aquel tiempo, José Miguel Bonetti Guerra, le llamó para saludarlo y felicitarlo y ponérsele a la orden.
Frente a ese gesto, Corripio se dio cuenta, de que gente que no atendían sus llamados telefónicos y quienes en cierta manera le miraban con desdén. Por el simple hecho de adquirir ese periódico, era para ellos un miembro más y debido a “ese detalle”, Corripio se dedicó a su carrera intima de poder y para consolidar el suyo, de ser a la fecha, el “señor prensa” y ya con tres periódicos y cadenas de radio y televisión y siendo la especie de “dador de vida” de cerca de 500 genuflexos periodistas y su contingente agregado de comunicadores de tres por cuatro y lo nuevo, de tener un pie firme dentro de las redes sociales y que consolidado su cartel mediático, veinte años después creó su Fundación y la que a estos momentos, es el principal factor de peso institucional para la determinación de quien es quien en las artes, la alta intelectualidad, el periodismo y la política y de triunfo personal o profesional y su Editora, el surrealista pivote para halagar la vanidad de quienes quiere bajo su cobijo y publicándole sus libros.
Ni que decir, que con semejante poder mediático, tanto Corripio como los otros millonarios que son dueños de otros medios, establecieron su regla operativa básica de la autocensura aplicada a sus directores, periodistas, comentaristas y productores electrónicos en la radio, la tele e internet y moldeando el periodismo clonado que ya existe y en el que no ha sido dejada ninguna brecha por la que pudiera escurrirse la espontaneidad de la palabra y como libre expresión del resto de la población, sometida desde entonces a la imposición y como consumidora de ese periodismo producto comercial dirigido y abarcando las instituciones “independientes” de periodistas, tales como su Colegio o la Asociación de diarios.
Gran sorpresa debió de ocurrirles a los miembros de esa burguesía mediática que el ingenio tecnológico del nacimiento del Internet, se derivaría con los años, en la apertura de un nuevo periodismo de expresión ciudadana, que como se ha visto, ha roto el monopolio de la palabra y dándole identidad cierta a ciudadanos y la mayoría jóvenes, quienes con sus periódicos digitales y sus canales televisivos en You Tube, definitivamente, se constituían en el fuerte peso contrastante de ese periodismo comercial sumiso de aposentos y complicidades extremas para aniquilar la competencia en todos los demás negocios e industrias de esos señores, a quienes hemos bautizado como los barones mediáticos y quienes han utilizado sus medios para prostituir, presionar y hasta amenazar gobiernos, instituciones y opiniones contrarias y compra a gran escala de lealtades legislativas y municipales y hasta ahora con gran impunidad.
Al principio los barones mediáticos, como que no entendían de donde provenía el resquebrajamiento de su estructura de poder, cayendo ya en cuenta y ordenándole a uno de sus directores súcubos, que escribiera una especie de editorial y que fuera de romería a determinados canales televisivos y para comenzar a condicionar y manipular a la atrapada opinión pública y advirtiendo este y ayer, que era hora para que los barones mediáticos debían enfrentar y unidos, al periodismo originado en esa formidable arma social renovada de la Inteligencia Artificial y con lo que el empleado-director-sirviente, denominó con gran falsedad, como “periodismo robot” y que ya mismo, es el punto fuerte del nuevo periodismo ciudadano que ha echado raíces en las redes sociales.
El inicio de la embestida se da con la advertencia a sus colegas de que no solo están perdiendo público sino también facturación y lo peor, que ya los políticos, partidos y gobierno no le prestan toda la atención de antes a los barones mediáticos y al generarse la situación, de que creadores de imágenes y contenidos en las redes sociales, prácticamente han roto el monopolio de la palabra que tenían los medios de la prensa mercancía tradicional.
De ahí que el sirviente o empleado advierta, que si su prensa no busca las maneras de cómo enfrentar tal “agresión”, la prensa tradicional se encuentra en grave peligro de extinción.
¿Cuál es su argumento?, “la IA puede fabricar noticias falsas o engañosas a una escala nunca vista y destruyendo la confianza que el público tenía a esos medios», para luego arremeter con la sibilina observación y dicho también ayer en la tele, de que supuestamente, la amenaza que tiene la prensa, es decir, su periodismo comercial manipulado, no es el gobierno y si la inteligencia artificial y buscando con su malévolo decir, que el gobierno de Abinader arremeta contra todo el periodismo ciudadano.
En realidad, lo que está ocurriendo, es que el periodismo originado en las redes sociales, también le está arrebatando al periodismo mercancía tradicional, el monopolio de la difamación y de la injuria a terceros, quehacer en el que esa prensa tradicional y embaucadora como mercantilista, ha dado formidables lecciones de cómo se deben crear noticias falsas o engañosas.
El trastorno existencial ha sido tan terrible, que el mismo empleado sirviente y desde el periódico centenario capitaleño que hace creer que dirige (Con Corripio nadie de quienes dependan de él es autónomo) admite que lo más riesgoso de la IA, es “su capacidad de generar contenido tan parecido al nuestro, que todo empieza a sonar igual. Perderíamos nuestra voz única, nuestra esencia”.
Que conozcamos, los barones mediáticos y por primera vez, temen que el fundamento de su poder fáctico, sus mass media y en menos de los próximos cinco años, pudieran quedar tan debilitados y no preferidos por el público y de ahí que el empleado-sirviente que habla en esta ocasión por todos ellos, clama por lo que llamó, algo así como que «hay que prepararse para ir a la lucha», pero obviando la terrible falla estructural, de que el personal de ese periodismo mercancía tradicional tiene y que es su gran punto débil: Que sus empleados cedieron voluntad y para que los barones mediáticos les convirtieran en sus esclavos y se adueñaran de sus mentes y ahora no tienen capacidad motora para auto independizarse.
Al final, lo que entendemos, es que el periodismo ciudadano en las redes sociales y como supuesto periodismo robot y con su extraordinaria arma de penetración ciudadana y como lo son sus programas realitiess o de telerrealidad (programas de televisión que documentan situaciones de la vida real sin guión) terminará sobrepasando al periodismo mercancía tradicional y sin duda, triunfará absolutamente para el 2050 y consolidándose para el 2075 y al no tener oposición y menos futuro.
Razones entonces y suficientes, para que y tan patéticamente el sirviente empleado admita, que: “Eso sí, tendremos que reinventarnos y explorar nuevas formas de hacer las cosas, porque los modelos de negocios que nos sostenían ya no sirven”. Y llegando a decir y sin sonrojos, «que el futuro de los periódicos será ofrecer noticias, contenidos y tener influenciadores». O sea, copiar al periodismo ciudadano. Tanto descaro no se había visto.
Sin embargo, todavía esa prensa tiene un punto a favor: Que Pepín Corripio y a sus 87 años y renovados mentalmente gracias al compuesto químico natural de forma molecular, adrenocromo, mientras respire y viva, continuará siendo la maquina fría y calculadora del gran portento empresarial que es y del que nunca se debe dejar de apostar.
Entonces, es más que correcto, que los medios y sirvientes de la prensa mercancía tradicional se preocupen y ante el terrible problema de los dueños de la prensa mercancía tradicional dominicana y al no saber cómo enfrentar a la IA y lo que histéricamente llaman “periodismo robot”. Con Dios. (DAG) 24.11.2025
última actualización: 06:55 pm.





