Abinader no puede ni debe ser el presidente que ayudará a la oligarquía haitiana a destruir a Haití y afectando la seguridad nacional. Debe reconducirse y no dejarse utilizar y por el bien de la isla, sí ayudar humanitariamente al pueblo haitiano

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La desinformación es tal y respecto a la realidad de los estudiantes universitarios haitianos, que por lo dicho por el presidente Luis Abinader, su aparato de propaganda se le ha ido al cuello a los estudiantes del país transfronterizo y los periódicos matutinos, con sus incitaciones y mentiras, poco a poco están incitando a que la gente agreda y rechace a esos estudiantes. Es alarmante lo que esa prensa mercancía y amarillista propaga en contra de ellos. Suerte que el matutino centenario capitaleño ha dado un viraje aceptable.

Precisamente por semejante espíritu persecutorio nazi, que recuerda las persecuciones contra los judíos en Polonia, tenemos dos días en Por El Ojo de la Cerradura con nuestros análisis políticos de Estado advirtiendo sobre el particular. Los haitianos no son nuestros enemigos, sus execrables gobiernos de asesinos controlados por la oligarquía siria-libanesa, sí y a ellos es que hay que señalar e imputar y especialmente al provisional actual, cuyo primer ministro está imputado por ser cómplice del magnicidio ocurrido recientemente.

La prensa dominicana debe frenarse, ser objetiva y nada inamistosa contra los estudiantes universitarios haitianos y quienes no son ninguna carga económica para nuestro país y en lo que el gobierno plutocrático de Abinader, compuesto también por una parte de descendientes de árabes, palestinos, sirios y libaneses debe trazar el rumbo. ¿Por qué Abinader no reúne una delegación de los estudiantes haitianos en Palacio y los escucha, en vez de estar diciendo ese discurso falso de que, en lo referente a Haití, primero está la preservación de la seguridad nacional?

Lo que debe enfatizarse y debido a que el mejor trabajo que el presidente de la República puede y debería hacer, es buscar un punto de avenencia con un acosado pueblo haitiano y paradójicamente, por vía de sus 9-15 mil estudiantes de clase media que estudian en nuestras universidades, antes que continuar en el error, de considerar que estos sean sospechosos de algún tipo de conjura haitiana contra la seguridad y gobernabilidad dominicana y lo que ciertamente nunca ha ocurrido.

En este sentido, los dominicanos debemos y tenemos que entender, que el pueblo haitiano y no obstante el bombardeo propagandístico errado que nuestras autoridades y el factor mediático criollo mantienen y lo que a nuestro modo de ver, es la búsqueda de una justificación para pasos ulteriores  más cercanos al interés de la oligarquía siria-libanesa haitiana para no perder el control esclavo del pueblo y la nación haitianos, es el de tratar y por todos los medios y tanto como esta nación hiciera cuando el terremoto de enero de 2010, que el Estado Dominicano y como una sola voluntad y junto a su pueblo, salió en ayuda humanitaria a gran escala desde el mismo inicio de la catástrofe.

Para aquella oportunidad, la ayuda humanitaria dominicana y en todos los órdenes, llegó a más de la mitad de la población haitiana, en tanto a su burguesía siria-libanesa se le daban todas las facilidades para que sus miembros buscaran refugio en la capital dominicana y nuestros centros turísticos.

Es por eso y cómo nunca, que el desamparado pueblo del país transfronterizo busca en todo lo dominicano la tabla de salvación que le salve o atenúe sus pesares provocados por su oligarquía y por las mafias políticas que en los últimos 30 años han destrozado a Haití y que es el mejor factor, para que entre las dos naciones y pueblos su convivencia común quede más consolidada.

Sólo hay que observar y comprobar lo cierto, de que, si hay bandas armadas y que la prensa local como la internacional magnifican de una manera más que sospechosa y haciendo entender, que supuestamente y de un momento a otro el Estado haitiano podría ser desmantelado y caer en manos del pueblo en armas que pretende defenderse de los abusos perpetrados por años por parte de sus oligarquías económicas y políticas, esto se corresponde a la falta de respuestas que la nación vecina confronta.

De ahí, que si en las actuales circunstancias de aparente desintegración del Estado vecino, precisamente lo que los dominicanos debemos y tenemos que hacer, es dar un paso hacia adelante a favor de la clase media y el pueblo haitianos y no caer en el error táctico, de acercarse a esa oprobiosa oligarquía haitiana compuesta por comerciantes y mercaderes descendientes de sirios y libaneses, que nunca le han correspondido al pueblo haitiano en mejoría y nivel de calidad de vida.

Realidad, que los dominicanos y el gobierno nacional deben de tener en cuenta y mucho más el gobierno plutocrático de Abinader, que tiene una parte de allegados, familiares y cercanos dentro de la oligarquía sirio-libanesa haitiana y el que por lo visto y torpemente, no visualiza, que el mayor cuido y protección para la seguridad nacional, tiene que ver con una política dominicana, que propicie que en Haití haya un gobierno estable que coadyuve a satisfacer los requerimientos del pueblo haitiano y no caer en el error de perspectiva, de utilizar nuestro ejército como punta de lanza que solo favorezca a la oligarquía haitiana y a los planes militares del Comando Sur estadounidense, ahora mismo en planes de aprestos militaristas estadounidenses, que de realizarse, pudieran llevar a una nueva ocupación de Haití y lo que para nosotros, sería el mayor de los peligros de desestabilización, dada la fuerte reacción popular haitiana que semejante posibilidad pudiera provocar.

No estamos pues, contra las políticas de Abinader, de resguardo de la seguridad nacional, sino que como muchos, entendemos que las políticas diseñadas al respecto, no solo que son precipitadas, sino que revelan una de incompetencias e incapacidades imposibles de no criticar y lo más delicado, que si por llevarse de Washington, Abinader precipitara algún tipo de movimiento de pinzas de nuestros militares en Haití y que fueran paralelos a una determinada respuesta belicista estadounidense, nada va a impedir que la reacción del pueblo dominicano se haga esperar y le confronte y mucho antes que esta nación se viera arrastrada a la innecesaria confrontación militar de contingencia, que los militares estadounidenses están diseñando y en las que sus fuerzas especiales tendrían una actuación preponderante. Y que, sin duda alguna, sería el verdadero peligro para la defensa de nuestra seguridad nacional.

Desde luego, sabemos, que cuando se es un gobierno de novatos y el de Abinader lo es y peor, con esa aura de maldad e incompetencia, resentimientos y abusos de poder que el PRD de cuando la Guerra Fría le ha inculcado al partido oficial PRM, si alguien o algún sector nacional no le crítica y le hace contrapeso, fácilmente que el gobierno de Abinader cometería y contra su propia seguridad y estabilidad, el mayor de los errores tácticos y estratégicos y por eso nuestra critica de buena fe y para que reconsidere todo lo que sus funcionarios y los otros del círculo íntimo, en este tema, le están sugiriendo.

Y no, que se precipite en un callejón sin salida que luego le arrastrara al precipicio, del que, cuando se salta, nunca se pueda volver o préstele atención a sus analistas de inteligencia y contraespionaje en el DNI. Presidente, busque a los estudiantes haitianos y por medio de ellos y el diálogo que instaure, de paz y busque la paz, que todos la necesitamos y no se deje utilizar por los halcones que vuelan en su entorno.

En conclusión: Abinader no puede ni debe ser el presidente que ayudará a la oligarquía haitiana a destruir a Haití y afectando la seguridad nacional. Debe reconducirse y no dejarse utilizar en mal y por el bien de la isla, sí ayudar humanitariamente al pueblo haitiano. (DAG)