Congreso Nacional. Ni de derecha y tampoco de izquierda y sí de centro y como el mejor mecanismo para inclinarse por donde el viento político y empresarial vaya y sin escrúpulos de ninguna especie. El corroboro es su naturaleza

0
339

Con todo y que en los últimos 25 años los dominicanos hemos tenido la figura militante de senadores y diputados como Congreso Nacional y aun habiendo sido designados por los jefes políticos y para que luego los votantes los “eligieran” y como la mejor forma para que la naturaleza política dominicana de absoluto manejo corporativo autocrático quedara y como en curiosa muestra de “lavado de activos”, tal como si en verdad fueran legisladores elegidos legal y legítimamente.

De semejante manera, los dominicanos hemos quedado atrapados dentro de la más abusiva tiranía partidocrática y al extremo, de que absolutamente nada que la Constitución de la República establece en materia de separación institucional y operativa en los llamados tres poderes interdependientes del Estado, no pasa de ser esa especie de relato frívolo, mediante el cual, la nación se ha acostumbrado a mentirse a sí misma y los políticos, a burlarse de todos y sentirse con absoluta impunidad.

Es así como desde que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) llegó al poder de manos del “enemigo” Balaguer y en asociación silente con los partidos Reformista Social Cristiano (PRSC) y Revolucionario Dominicano (PRD) y a lo largo de todos estos años, imponiéndosele a una nación, cuya gente y sea por miedo, oportunismo o afán de lucro y nunca por civismo, han permitido que nuestra democracia no sea tal y sí una dictadura encubierta que ha colocado a las instituciones a merced del bandolerismo político, todo ese aliado al empresariado y el que como nunca antes, pasó de financiador de partidos y aspirantes electorales, a ser todo un amplio grupo de empresarios políticos, dueños de su propio cartel y decididos y como lo han logrado ahora, con el ascenso del Partido Revolucionario Moderno (PRM) a ser parte del primer gobierno plutocrático que en toda su historia, por primera vez República Dominicana exhibe y teniendo  un dominio casi absoluto de la vida nacional.

Además, lo evidentes es, que con la entrada del empresariado al mundo de la política partidarista, la corrupción, no solo que ha crecido sino que se ha afianzado en la vida nacional y al extremo, de que sus puntales, son el lavado de activos, el narcotráfico y los contratas y contratos de obras y servicios con el Estado Dominicano y para mayores controles, disponiendo de las instituciones tutelares de la República y como lo son las fuerzas armadas, los organismo de inteligencias y seguridad del Estado, el aparato religioso y el mundo mediático y este último, su mejor y mayor herramienta de manipulación, coacción y terror en contra de quienes no se plieguen a sus manejos y directrices.

Así se tiene, que esta nación ha sido secuestrada en su totalidad por la alta burguesía y sus aliados estratégicos arriba mencionados y dándose su mayor éxito, al disponer de un Poder Legislativo, también el Poder Ejecutivo y ni se diga el Poder Judicial, metidos en su puño y quienes al ser la sumatoria de todos los poderes públicos, el empresariado y desde el Conep y sus 47 asociaciones empresariales colaterales, más la mayoría de los sindicatos de obreros y sus directivos  y como Cartel, ha podido penetrar toda la vida nacional e imponiendo una censura generalizada a todo y a todos y cuya mayor expresión se muestra en el dominio autoritario que dispone en las cámaras legislativas, donde no se hace absolutamente nada, de ley o proyectos de leyes, que previamente el empresariado no sancione y solo permita que cuanto a este respecto se quiera, únicamente lo que los empresarios quieran es lo que se aprueba y favorece.

Para colmos, el Poder Ejecutivo es su mayor herramienta para controlar la vida institucional y mantener dentro de una camisa de fuerza, a una población, que hace ya tiempo se olvidó de pensar por sí misma, disentir y hacer ver su contrariedad, generando una nación entregada y lo peor, acostumbrada ya al enriquecimiento ilícito y todas formas de corrupción y vasallaje y lo que es alentado por las conductas inescrupulosas de lideres políticos convertidos en caudillos y quienes le han matado la voluntad a sus seguidores.

La situación es tan terrible y anormal, que existiendo 8.5 millones de ciudadanos nacidos desde el 01 de junio de 1961, se debió haber supuesto que esas tres generaciones nuevas deberían tener la suficiente independencia de criterio como para crear un verdadero cambio en la vida nacional y sin embargo, ha sido lo contrario, que una fuerte mayoría de los 2,5 millones de dominicanos que habían nacido a la desaparición del trujillato y estamos hablando de no menos un millón de personas y actuando como gavilleros modernos, pudieron imponérsele a la nueva ola generacional y de este modo, la nación ha retrocedido en materia institucional y cívica.

Nada es lo que parece y tampoco las instituciones funcionan como tales y quienes puedan disentir son aplastados, no acorralados o perseguidos y sí aplastados por la tiranía partidocrática y también empresarial, que no deja que la nación tenga control sobre su propio destino y voluntad.

¿Por qué la República de Haití es hoy un Estado totalmente desarticulado, fallido y casi en vías de extinción?, porque su burguesía y no totalmente criolla y sí conformada por individuos de orígenes sirio-libanés y palestino, desde el primer momento asumió el control de su pueblo y en base a la corrupción y crímenes más descarnados, impidió que en su país hubiese una verdadera clase gobernante e intelectual y ni hablar periodística, que verdaderamente actuara como contrapeso del poder económico abrumador que se le imponía. Y ahí está el resultado.

Que el empresariado y la alta burguesía se decidieron por controlar el aparato político, imponer sus reglas, derrocar gobiernos, exiliar y matar presidentes, en tanto se desarticulaban sus fuerzas armadas, su policía era un brazo de terror, mientras al pueblo se le permitía que hiciera los peores desafueros e incluyendo ese pandillerismo institucionalizado que hoy se impone como supuesto neo estado haitiano.

¿Estaremos lejos los dominicanos de caer también en semejante encerrona producto del dominio absoluto de su burguesía y en contubernio infamante con lo peor de la política y de la institucionalidad? No lo creemos, pero si todo continua como hasta ahora, que los tres poderes del Estado son infuncionales y todo se resume en un solo: El Poder Ejecutivo y no hay libertad de prensa y menos de disentimiento, es poco lo que hay que suponer y para no entender que podría ser que vayamos por el mismo camino y destino. Nuestra esperanza es, que de pronto una amplia mayoría generacional nueva salga en rescate del país y de sus instituciones y por una razón lógica y nacional, de que el futuro, es a las nuevas generaciones que le pertenece y no a la caterva de individuos entre 52 y hasta setenta y pico de años, maleados la gran mayoría y quienes, como corruptos y correctores a gran escala, todos los días y cada día conspiran y destruyen a nuestra nación.

Dentro de esas circunstancias, ¿acaso es extraño que nos llame la atención, que el Congreso Nacional, sea ni de derecha y tampoco de izquierda y sí de centro y como el mejor mecanismo para inclinarse por donde el viento político-empresarial vaya y sin escrúpulos de ninguna especie. En tanto el corroboro, es su naturaleza? (DAG)