Si se es juiciosamente objetivo e independientemente a las apreciaciones o subjetividades políticas, todos deberíamos de entender, que por el hecho de que un organismo oficial estadounidense la USAID, ahora satanizada por la nueva administración Trump, presente una hoja de servicios poco manejable en lo moral y con relación a su “fragmentación” de fondos públicos dirigidos a influir en la evolución o atraso de países, naciones, sociedades y conglomerados de todo tipo y presentando el sesgo tan cuestionable y conflictivo de influir financieramente en medios de comunicación y de información de masas para que estos manipulen la opinión pública.
Es un hecho que se corresponde a la capacidad de oportunismo mimético del ser humano y al entenderse un ente o pieza mayor que todo influenciador en estos tiempos: Institución o persona, asume que puede darse la licencia de ser parte y motora del conflictivo y a veces inmanejable de este mundo en el que vivimos.
Partiendo de esta realidad, necesariamente y ya con el escándalo desatado en Washington a propósito de que el nuevo gobierno y su nuevo departamento de rendimiento y eficiencia fiscal que dirige el magnate Elon Musk, sus inspectores y técnicos, al evaluar a la USAID han quedado sorprendidos por lo que entienden practicas administrativas dispendiosas que hacen más que cuestionable el manejo de un presupuesto de 50 mil millones de dólares, que por obligación haya que asumir y dado el volumen de semejante masa de dinero público, que por una u otra razón y si ha habido desvíos administrativos, de algún modo va unido al sistema político global en el que el peso de opinión que se tenga va parejo con el peso de apoyo económico o financiero o político que se reciba.
Lo anterior y si se tiene en cuenta, por obligación habría que entender, que parecería que se ha presentado una distorsión de objetivos, que impulsaron a los dirigentes y responsables del ente oficial, a practicar una especie de espacio paralelo entre las políticas oficiales en si, de ayuda y propaganda y hacia esta otra en la que el factor o método ideológico tomó una participación, que en cierto modo vició los objetivos originales de ese departamento.
Consecuentemente, la USAID no es la única culpable de la distorsión de método en la que al parecer ha incurrido y si y en primera instancia, la volátil naturaleza humana.
¿Cómo una institución de esa naturaleza y por años pudo colocarse al costado del sistema de administración federal y hasta convertirse en una especie de gobierno paralelo?
Necesariamente que entonces habría que ahondar en el curioso sistema burocrático estadounidense, ese en el que las instituciones chocan unas a otras y sus burocracias actúan como si fuesen estamentos enemigos luchando entre sí por el control del gobierno federal.
Hecha la deducción, se entiende que, si se dio la distorsión de objetivos, en principio fue la naturaleza y la ambición humanas las que impulsaron semejante contradicción de políticas y propuestas.
A partir de ahí, era previsible que al final, un eficiente arqueo contable descubriera el porqué de lo acontecido y entonces saltaran las alarmas y tanto en la Casa Blanca como en el Congreso Federal.
¿Resultado? Ante semejante despilfarro de recursos y precautoriamente, la entidad ha sido puesta en suspenso y su personal desactivado provisionalmente. ¿Significa que la nueva administración Trump la desmantelará de plano?, en lo absoluto. Ahora viene un proceso de reingeniería interna que esté acorde con las nuevas políticas de supervisión y rendimiento del gobierno de Trump.
¿Efecto real en la nación y por los 700 millones de dólares que hasta ahora se entiende que la USAID envió a este país y para instituciones e individuos que se ajustaban a sus directrices de penetración artera en la vida nacional?
El descubrir como un grupo de instituciones y personas dominicanas y en particular referentes sociales y políticos, como la «Marcha Verde» y quienes junto a periodistas, medios y comunicadores, se confabularon para darle rienda suelta a sus torcidos intereses políticos marcadamente desestabilizadores de la vida política nacional y al grado de haberse brindado y para que aquel ente público de otro país, los utilizara como sus agentes desestabilizadores y con el único propósito de que se cumpliera la nefasta agenda 20-30 que propende a la destrucción del núcleo familiar, organizado por naturaleza entre un hombre y una mujer; fomentar las perniciosas políticas LGBT y su etc., igualmente, fomentar una sexualidad atípica y no natural para lesionar la formación de la niñez y de ñapa, abrir la espoleta de la desestabilización política con el propósito de colocar un gobierno que estuviera a favor de los planes torcidos de la burocracia de la USAID.
Por lo primero, se dio el golpe de estado mediático atípico que se llevó de paro al gobierno constitucional del PLD y su presidente Danilo Medina Sánchez y para lo que no se escatimaron recursos e influenciadores políticos estadounidenses como Mike Pompeo, a ese momento director de la CIA, quien respondiendo al ente y a espaldas del gobierno primero de Trump, amenazó abiertamente a Medina Sánchez para que desistiera de su reelección y segundo, crear las condiciones para la entrada de un gobierno a fin a los planes de la alta burocracia de la USAID y como al final resultó el primero del presidente Luis Abinader y ahora proyectado a más con su reelección forzada y su segundo gobierno y el que contra lo previsto por el ente desestabilizador, ahora está en veremos y a resultas del giro asintomático que Trump y en su segunda presidencia ha ocasionado a los planes desestabilizadores de los activistas dominicanos que sirvieron de buen grado para destruir las instituciones nacionales.
Y es ahí donde está la gran culpa de los serviles dominicanos que han servido como agentes desestabilizadores a favor de una entidad extranjera: Participación Ciudadana, Finjus, Pancho Álvarez, Juan Bolívar Díaz, Altagracia Salazar, Huchy Lora, Marino Zapete, Servio Tulio Castaños, Carlos Pimentel, Bartolomé Pujals, etc. Y quienes como es lógico, han comenzado a recibir la repulsa popular más acentuada y en la medida que han trascendido las partidas millonarias que recibieron con la finalidad de derrocar un gobierno constitucional.
Ahora y en su defensa, podrán decir lo que quieran, pero el estigma de ser instituciones y ciudadanos golpistas y funcionando como agentes encubiertos de una entidad gubernamental estadounidense y lo que es sancionado constitucionalmente, es un sello indeleble que les marca y perseguirá para siempre y quienes ahora, aparte de ser profesionales de la comunicación, habría que agregar el de la subversión, en tanto las entidades que les guiaron y acompañan, si el actual fuera un gobierno no comprometido con esos aprestos golpistas, debería motorizar y desde luego, si hubiese un Poder Legislativo independiente y dominicanista, su clausura por haber atentado contra los intereses permanentes de la nación.
Al final y entre uno y otro bando de inmorales entreguistas a favor del poder extranjero, queda la parte avariciosa del pueblo dominicano y la que, por su oportunismo y servilismo, parecería que la corrupción de vida le ahoga y no le deja ser y por su notoria desfachatez y desvergüenza, dominicanos de a verdad, moralmente íntegros y de los pies a la cabeza.
De ahí que nos preguntemos: ¿Culpas compartidas?: USAID-Participación Ciudadana-Sociedad Civil-agentes encubiertos en la comunicación y el periodismo y pueblo dominicano y la respuesta. Sí, lamentablemente sí. Con Dios. (DAG) 10.02.2025
