Los primeros pasos se dieron, cuando el expresidente Leonel Fernández y con la complicidad del PLD, apadrinó a dos contrabandistas de drogas españoles -padre e hijo- y a los que hasta nombró en cargo y posiciones públicas.
Tiempo luego y ya en los gobiernos del expresidente Danilo Medina, este primer mandatario no tuvo escrúpulo alguno para recibir y como si el individuo fuera un dignatario de valer, a un influencer de quien después se descubrió, que no solo estaba fichado en la dirección de drogas como traficante drogas, sino que tenía una amplia relación con el bajo mundo del tráfico de personas y el lavado de activos.
Más tarde y cuando se creía que el poder se había blindado para no repetir los mismos errores, de golpe aparece en fotografías y también en Palacio, al mismo sujeto delincuente juvenil que Danilo había apoyado y proyectado y ahora reforzado en su nueva condición de “asesor de imagen” de la alcaldesa Mejía y la que abiertamente le apoya y como también hace el director de Aduanas, Yayo.
Concomitantemente, la juventud de los barrios en las ciudades y al entender que el poder bendecía y daba acogida ese tipo de delincuencia juvenil amante del teteo, la droga, la promiscuidad social y los desórdenes, optó de inmediato por enrolarse en la tendencia que se les marcaba y en particular desde la plataforma mediática en internet, que ha terminado por convertir a las juventudes barriales en la plebe de facinerosos que ahora insulta a la nación y a toda la sociedad.
Por lo que se está viendo, parecería que el poder le está brindando una impunidad total a este tipo de delincuencia juvenil y con la creencia absurda, que como influencers, se tiene un peso específico para influir en la determinación de los ciudadanos al momento de ir a las urnas y lo que no es del todo cierto y con lo que en el gobierno actual se le está enviando un meta mensaje a la gente decente de este país y que es la mayoría, de que parecería que la reelección constitucional cuenta con el tigueraje y no con los ciudadanos de valer.
La prueba se dio este sábado, cuando no menos de cinco mil forajidos juveniles instigados por el indluencer que anunció que esconderían doscientos mil pesos en algún lugar de la parte colonial de la capital nacional e instándolos a que fuera allí a buscarlos.
Es así y esto lo evidente, de esa cobertura para el desmán que se tenía en mente y también como meta mensaje amenaza al poder político, de que, si le fallaba, entonces el alboroto montado podría ser a más, al mismo tiempo y en otras partes capitaleñas e igual en otras ciudades con ofrecimientos parecidos. La cobertura fue la celebración de una fiesta foránea que aquí han adoptado los niños de papi y mami, tan aburridos de su vida de disipación, holganería y drogas y con esa especie de fiesta de día de brujas en EEUU o de la muerte en México.
Todo comenzó a las seis de la tarde y todavía a las tres de la mañana la parte colonial capitaleña se encontraba bajo secuestro e invadida por los vándalos, quienes aterrorizaron en ese lapso a los 300 mil habitantes de aquella histórica y decente zona capitaleña.
Las autoridades del orden público desaparecieron como por encanto y lo que recuerda, que como el influencer que había sido fichado por drogas, anda ahora en una yipeta y con cuatro espalderos de origen militar y policial y bien armados, que no hubiese que dudar, que la salida de las fuerzas del orden público era parte de un plan preconcebido y el que necesariamente hay que entender que pasaba por la autorización de la alcaldía capitaleña.
Todavía hoy y a cuatro días de aquellos desmanes, el gobierno no ha hecho absolutamente nada para obligar o detener al instigador del desorden que arrojó 25 millones de pesos de pérdidas en propiedades familiares y de comerciantes y creando de inmediato, una interrogante amplia , respecto a que si acaso, lo que está ocurriendo ha sido porque la partidocracia lo único que aspira es a quedarse en el poder y sin importar sostenerse en base a pandillas juveniles del tipo criminal que esbozamos, entonces y aquí la pregunta: ¿hasta dónde la mayoría ciudadana podría aceptar que la reelección presidencial constitucional se logre a ese costo?
Obsérvese, que los dos expresidentes aludidos no han criticado el hecho y menos sus partidos y ni hablar del partido oficial que guarda un silencio sospechoso, en tanto el presidente-candidato, prácticamente y el lunes, le quitó importancia a lo sucedido.
Sin embargo, se percibe que una fuerte mayoría nacional y tanto entre la ciudadanía, los políticos y la misma partidocracia y significativamente, hasta en los medios de comunicación como en las infames redes sociales, todo el mundo parecería que ha descubierto el grave peligro institucional que ahora se presenta y el que a como de lugar hay que aplastarle la cabeza y cortar de raíz a sus miembros, pero sin impedirle al fenómeno comunicacional de que hablamos su derecho ciudadano a opinar, pero sí exigiéndosele el comportamiento decente de lugar.
Nosotros entendemos, que los políticos y los gobernantes arriba mencionados han ido demasiado lejos y que el fenómeno delincuencia juvenil hay que enfrentarlo con decisión y firmeza y sin importar que hasta miembros de la policía o militares de bajo rango que viven en los barrios de la periferia capitaleña den apoyo y protejan a estos vándalos.
Y lo que hay que decir y para que definitivamente, la inmoral clase política y gobernante se recomponga y porque el mensaje que la gente decente debemos enviar es que por ningún concepto le toleraremos semejante complicidad muy de maco con cacata (y como hablábamos de ello y refiriéndonos a la criminalidad política en el gobierno del PRD del periodo 1982-1986)
Una nación no puede vivir sin reglas y sin principios morales y sus ciudadanos entendiendo que pueden actuar como los chivos sin ley y que parece, que los partidos políticos arriba mencionados, es lo que han hecho en su paso por el poder y ante esta disyuntiva, al presidente Abinader hay que decírselo y categóricamente, si usted quiere su reelección, rompa con la delincuencia pandillesca que el influencer a lo alofoke le ha hecho creer que de ese modo se reelegirá. Ese no es el camino.
Usted presidente, es un hombre de familia y de mucha educación de hogar, por favor no desilusione a quienes creen en usted.
Simplemente, se ha llegado a un punto de no retorno, por el que, desde que la partidocracia se relajó así misma adoptando y apadrinando a delincuentes de todo tipo y en particular los nuevos del mundo juvenil a lo alofoke. La República se encuentra en serio peligro institucional. (DAG) 01.11.2023