El descrédito de los políticos legisladores

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La tapa al pomo del último antojo inverosímil legislativo ha sido la moción para crear una nueva provincia en el Gran Santo Domingo para proporcionar más comida a los beneficiarios del erario público que así supuestamente tendría más dinero para satisfacer a sus feligreses políticos ávidos de enrolarse en una botella gubernamental.

No basta con tener 32 provincias que en nada favorecen al desarrollo y tan solo en mantener una flotante burocracia que devenga a veces salarios de miseria y también al más alto nivel del Congreso si pueden decantarse por altos ingresos aparte de los negocios que se derivan de su cargo para beneficiar a sus seguidores y también a los más poderosos empresarios de bancas y narcotraficantes.

No hay dudas que los políticos han asaltado el poder y son sus beneficiarios frente a la impotencia y asombro del manso ciudadano sin derecho a quejarse de cómo desperdician y malgastan el dinero de los contribuyentes que sin eructar lo hacen público.

La lista de las costumbres legislativas de malgastar el dinero del erario se confirmó en el fin de semana congresual cuando un grupo se internó en un resort turístico del Este para supuestamente aislados analizar y discutir el mal llevado Código Penal que siempre tienen la excusa para empantanarlo y no aprobarlo para no darle vigencia a las famosas tres causarles.

Y ahora al verse acorralados por el país, los legisladores ante a las perspectivas que le cancelarían muchos de sus privilegios en especial las exoneraciones amenazan que deben incluirse la de todos los sectores que reciben ese tipo de generosa dispensa del Estado.

La fauna política ha sido muy mal acostumbrada por los líderes ya que por ese afán de perpetuarse en el poder les conceden toda clase de prebendas las que se ven a ojos vista. Y los legisladores, sin sonrojarse, disfrutan de cofrecitos, baulitos, regalos para las madres y navidades, habichuelas con dulce para Semana Santa  y el colmo son las exoneraciones que se les conceden  para que importen los carros más lujosos que se ven en las calles y carreteras del país.

En ciernes en las mentes sensatas nacionales se incuba la idea de reducir nuestras Cámaras a una sola que no permita ser corrupta y malgastadora de los fondos públicos y que con alegatos baladíes hablan de que tal cosa no puede aplicarse ya que ejercer la política dispendiosa es para mantener tranquilos a los seguidores más beligerantes.

Ningún jefe de Estado sensato que desea permanecer en el poder se atrevería a cortar esa hidra de siete cabezas que mantiene al país empobrecido y mal acreditado por las barbaridades que a nombre de la gobernabilidad y la paz se malversan los fondos públicos para permitir una corrupción rampante a nombre de la tranquilidad.

Los lideres tradicionales, que antaño dominaban el ambiente político ya no existen y no hay sustitutos para que sus prédicas sean acatadas por la mayoría de sus seguidores. Ahora ocurre que al sacar las uñas tan pronto se sienten que tienen cierta fuerza en la opinión pública se les ve sus propósitos y de cómo pugnan para hacerse de una masa de seguidores que esperan las botellas de un empleo. Por: Fabio Herrera Miniño [Hoy]