El discurso político de los obispos católicos, solo en un país de mentalidad subdesarrollada es que puede presentarse y lo peor, como curia católica reconvertida en partido político a ultranza

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Es increíble, pero que en este país la curia católica se comporta como el agente político encubierto que utiliza la religión como ariete político para imponer una dictadura de silencios y al extremo, de que ningún sector se atreva a replicarles, sin duda que es un retroceso institucional descomunal y para un Estado laico en el que se respetan todos los cultos que practiquen los ciudadanos.

En este sentido, no creemos correcto, de que en los últimos 93 años de vida republicana y en los 69 años transcurridos después de la firma del concordato con el Estado Vaticano, por el que, el Estado Dominicano se subordina en materia religiosa a un poder extranjero, ahora se esté dando un discurso contestatario contra la institucionalidad de parte de obispos católicos actuando como agentes políticos que atentan contra el sistema político-religioso laico de este país.

Solo hay que conocer los titulares de los discursos “sagrados” pronunciados en este día por esos agentes del Vaticano y a propósito de la conmemoración mariana de la virgen de La Altagracia, para entender que la iglesia católica y como corporación política, pretende imponerle a la nación un discurso violentamente contrario a la libertad de palabra y de disentir, de parte de la mayoría ciudadana y para afectar de un modo grosero la libre escogencia de los electores.

Lo más penoso, es ver como los políticos y de todos los partidos, actúan  con esa evidente cobardía que les castra el entendimiento y al dejarse embaucar, porque la mayoría de ellos profesen el catolicismo de escaparate con el que logran que los agentes vaticanistas cedan a sus políticas y en lo que siempre ocurre, las extraordinarias dadivas millonarias que le ofertan a obispos y curas y para demostrar su hipócrita religiosidad y tan parecida, a aquellos tiempos en los que la curia vendía indulgencias y para que los que pudieran pagarlas, al morir fueran “al cielo”.

Protestamos por semejante abuso de poder religioso y protestamos por tanta cobardía política, que al mismo tiempo coadyuva para que el factor mediático difunda a mayor un discurso “sacro” totalmente licencioso y dirigido a mantener bajo una esclavitud mental y una dependencia religiosa extrema, a toda una nación, que en este aspecto es digna de mejor suerte. Ea Dios que, con su ayuda, los dominicanos logremos despertar de la tiranía religiosa católica y desde la curia, que hasta ahora maniata y esclaviza y pretende dominar electoralmente. (DAG)