Caer en el error de tener estereotipos sobre los que ocurrirá o no dentro del país político y de cara a las elecciones de mayo de 2024 y cuando ahora es que se notan ciertos aprestos proselitistas con apariencias de ambiente electoralista y por los cuales, lo que a lo inmediato se descubre, es que la probabilidad de la reelección constitucional, cada día es una presunción que ciertamente atrae multitudes, lo que hace entender, que no es para asumir que el presidente Luis Abinader pudiera ser derrotado y en el caso que acepte el mandato constitucional.
En este sentido, tampoco es que haya que presumir mucho respecto a las posibilidades electoralistas del expresidente Leonel Fernández, cuando este tiene 10 años de haber sido jefe de Estado y de Gobierno y más se le ve como un exitoso y adinerado empresario educativo, que como un político a tiempo completo y lo peor, pretendiendo explotar aquello de que el presidente Joaquín Balaguer le dejó en el 1966, un país avanzando hacia el futuro y como un avión en piloto automático.
Por lo pronto, mucho antes que Fernández, habría que ver las probabilidades electoralistas de un Danilo Medina, que apenas tiene dos años que dejó el poder de la gobernatura del Estado, para asumir su papel de líder opositor al frente de un partido -el PLD- que realmente, es el primero de la Oposición y con un legado de mayor experiencia de administración de Estado que la FP y el mismo Fernández, quien ahora deberá de hacer de tripas corazón y para que las nuevas generaciones le vean como un factor promisorio de futuro y que le obligaría a reciclarse , queriendo y como cabeza de un atrasado neocaudillismo, que por más que se quiera o considere, es un natimuerto con pocas alternativas de granjearse la confianza de la clase gobernante y mucho menos de los grupos económicos y financieros y en momentos, que el presidente Luis Abinader, mucho más joven que los dos expresidentes, se ha convertido en el hombre y voluntad de confianza de quienes son factor de poder y tienen peso de opinión derivado de los miles de empleos que facilitan, al tiempo que las nuevas generaciones le ven y entienden como su mejor opción de futuro.
Desde el momento que se entienden estas peculiaridades, se hace evidente, que a Fernández le va a costar mucho ser una verdadera opción de poder, por lo menos eso es lo que ahora se ve y ni hablar frente al mismo Medina, quien, como astuto zorro político, conoce perfectamente los intrincados vericuetos de selección de candidaturas y de opciones personales para ocuparlas y siendo el mismo Fernández producto de ello.
Además, y viendo a las dos personalidades opositoras dentro de una perspectiva correcta, no se puede olvidar que Fernández y por sus vínculos con Washington, es más bien un político conservador y adinerado más cercano al poder imperial y que es una visión, que lejos de acercarle a las nuevas generaciones, las ahuyenta. En tanto Medina, siempre ha sabido colocarse en el justo punto medio y el que le permite ser observado como la especie de liberal izquierdoso del que Washington siempre recela.
De esas interpretaciones tan subjetivas, nada le ocurre a Abinader, quien se ha convertido y en apenas dos años, como el gobernante diestro al que los poderes fácticos criollos y extranjeros le tienen como una probable opción electoral ganadora, cuyo único pero radica, en sí sabrá manejar con la destreza que ya se le atribuye, a los elementos díscolos de su partido o aquellos otros de origen ácrata y que a nivel de la pequeña burguesía, mientras más favores se les dan, más quieren y nunca dejan de ser lo poco confiables cuyas inconductas les caracterizan.
Así las cosas y viendo que Abinader supo manejar mejor la pandemia del covid-19 que Medina y lo otro, que sabiendo renovar la economía mediante una estrategia que aupó a todos los sectores de producción y beneficiándoles, sí, pero al mismo tiempo agrandando la mayor cantidad de recursos y dineros a las finanzas públicas y que ha sido el éxito mecanismo que le ha permitido mantener altos subsidios al tiempo que aumentando los recursos financieros en pesos , también en dólares e igual en euros, ha podido sostener la economía en altos niveles y parámetros de eficiencia, que gracias a esa política, Abinader ha logrado a su vez, el milagro de mantener los niveles de inflación sin crecimiento significativo a lo largos de estos dos años, aunque tampoco ha podido evitar, que el afán de lucro de sus socios en su gobierno plutocrático, no hubiesen hecho de cientos de inventos para desequilibrar los indicadores económicos y con miras de afectar ciegamente a la población y al no importarles que la población se pudiera ahogar dentro de la inflación más desastrosa, a cambio de ellos mantener sus riquezas a buen camino.
En este punto, hay que advertirle a las cabezas vacías y nada creativas que dirigen la propaganda oficial o son parte de la misma, que, de ahora en adelante, su trabajo es hacerle ver a la nación, la destreza del presidente en el manejo y control de la cosa pública y concomitantemente, no dejando de hacer un llamado significativo, en cuanto a que si no toda la economía está bien, no se debe a que Abinader no supiera que es lo que hay que hacer para corregirlo y lo que ha sabido demostrar, sino que por la tozudez y terquedad de los ricos, tanto que sí y tanto que no y haciéndose los locos, tratan de que de una u otra manera, Abinader no solo trabaje para beneficiar a la población de clase media media a pueblo y en cuyo empeño, es notorio que la oligarquía y haciendo uso de su arma de reglamento de la concentración de los mass media en pocas manos y que la misma controla, quisiera que el presidente solo trabaje para ella, sino que tampoco no olvide de darle mas oportunidades de contratos, privilegios y canonjías y que si en el PRM saben lo que deben hacer a favor de su presidente, nunca deberían dejar de entender, que su gran adversario es la oligarquía y aliados y no la población y mucho menos las nuevas generaciones, que como nunca, tienen exponentes suyos en puestos determinantes de la administración del Estado.
Lo que avizoramos y si la situación no cambia, sea, que los expresidentes Fernández y Medina y salvo que uno que otro se aliara a Abinader y lo que queda en el ámbito de las expectativas ahora dormidas, fundamenten su oposición en la otra clandestina de los grupos económicos y financieros y ante lo cual, el PRM y aliados deberán sacar de abajo con tal de que, frente a la nación, Abinader no pierda las posibilidades ciertas de retener el poder.
Desde luego, nosotros analizamos desde la perspectiva y de suyo cómoda, de que solo defendemos los intereses permanentes de la República y no aquellos de gobierno, oligarquía u oposición y debido a ello, tenemos la libertad de análisis y opinión que nos ha permitido, que durante cinco décadas seamos un referente positivo y creíble de análisis político de Estado y como muy pocos competidores pudieran serlo y que es la razón de que al no tener prejuicios, seamos relativamente confiables a quienes nos leen.
De ahí que recordemos, que es posible que el PRM pudiera salir del poder, pero también es probable, que, si su dirigencia aprendió de los errores de cuando el PRD, también gane las elecciones del 2024, aunque nada es seguro todavía. Pero Abinader cada día avanza y genera más confianza y gana popularidad y en lo que se averigua, generando más votos que el mismo partido oficial. (DAG)
