Gobernar y en esencia, trata de un asunto democrático de aprendizaje constante

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Durante los últimos 49 años hemos visto, que el quehacer de los nuevos gobiernos que sucedieron al desarrollista y promisorio periodo de los doce años de Joaquín Balaguer (1966-1978) que todos entraron al Palacio Nacional a tambor batiente y siempre dispuestos a ejercer el mando, pero para aplastar a sus enemigos y adversarios y en ese quehacer, es poco lo que diferenció a los gobiernos del PRD, PLD y ahora PRM.

Lo más curioso ha sido descubrir, que en lo que se refiere a sus adversarios electorales dentro de la mayoría de los medios de comunicación y de información de masas y en particular contra periodistas, analistas o medios digitales independientes y en lo que los del PRD han sido “maestros”, a algunos de estos se les persiguió desde el primer momento y por el “pecado”, de que ejerciendo la libertad de prensa, así como la de información y también la de disidencia, en uno que otro momento de la búsqueda del poder por cada uno de esos partidos “democráticos”, la conducta fue aplastar e ignorar al medio o periodista de opinión libre o contestaria y no entender, que nunca se trató de nada personal y sí político y en lo relativo a presentar opiniones, única y exclusivamente, teniendo en cuenta quien protegería mejor los intereses permanentes de la República.

Ahora estamos observando por ejemplo, que el Abinader que llegó al poder el 16 de agosto de 2020, no es el mismo que ya en este mes de noviembre de 2021 muestra una conducta equilibrada y nada radical en materia de aceptar la libre opinión y por lo que de buenas a primeras y en materia de relación con el mundo mediático fuera de los barones mediáticos, parecería que hay un nuevo aire, que evidencia, que los del gobierno ya han entendido la función periodística de ser contrapeso absoluto y real del poder y lo que es bueno.

Todavía sí, existen determinados ámbitos gubernamentales que no entienden que la prensa no es amiga ni enemiga del poder, solo su critica y que es la característica fundamental de nuestro ejercicio a lo largo de 49 años continuos en POR EL OJO DE LA CERRADURA y por eso de que aun existen atisbos de determinados funcionarios de origen en el PRD de cuando la Guerra Fría, que se resisten a abandonar la represión publicitaria.

Pero en líneas generales y como reflejo de la conducta políticamente madura del mismo Abinader, parecería que en este aspecto hay cierta tendencia al cambio de conducta, que a nuestro modo de ver resulta aceptable y lo que consignamos, ahora que desde el PRM se ha descubierto lo evidente, de que la Constitución de la República permite y en el caso de Abinader, una sola reelección presidencial y que nada tiene que ver con las continuas reelecciones internas partidarias. (DAG)