Cada fin de semana los alimentos y productos de utilidad diaria en los supermercados, aumentan constantemente y tanto, que una familia de clase media media que gastaba para dos personas, unos cinco mil pesos en alimentos semanales, ahora debe gastar y para esta semana que empieza hoy, diez mil pesos y por lo que se está viendo la semana que viene irá a peor y ni hablar de las familias de seis u ocho individuos.
No hay control de precios, porque la globalización lo ha arrastrado todo y como las cadenas de supermercados españoles, todos los alimentos que importan los entran sin pagar impuestos y que el gobierno autoriza para que la clase media no se resienta y de ese modo sus ganancias pasan del 40 por ciento por producto, las autoridades no caen en cuenta, de que a este paso, cualquier día la gente gritará y se tirará a las calles y eso, que con los subsidios a los combustibles, se supone que la clase media puede sobrevivir.
Sin embargo, la realidad es gris y ni siquiera a los ciudadanos de a pie el dinero les da ni para comprar en los mercados populares de Inespre. Es por eso la razón de que la criminalidad social aumenta y los atracos están al orden del día.
De esta manera, la degradación del nivel y calidad de vida es más que notoria y tanta gente se tira a la prostitución, la droga, el contrabando, la trata de personas y al lavado de activos y el conjunto de cerca de dos millones de desempleados jóvenes y el solo conocerlo, aterroriza por el mal presagio que significan.
Mientras tanto, los políticos y de todos los partidos y como partidocracia criminal, solo se ocupan de la campaña electoral y no caen en cuenta, que como está todo, si se llega a elecciones será un milagro y de lo que periodistas y medios financiados por la concentración de medios en pocas manos, empresas o el gobierno ni se quieren enterar ni tampoco miran buscando como ayudar a resolver la crisis que ahoga a todos los que no son de la clase gobernante y cuyas madrigueras de estos, están en los centros vacacionales de ricos, de Romana a Punta Cana, Las Terrenas y Puerto Plata. Es el Diablo el que se está llevando a la gente y lo que nos obliga a decir, que, si Abinader no hace algo y pronto, nos comeremos unos con otros. (DAG-OJO)