Es realmente indignante, el enterarnos, de que el gobierno provisional haitiano e inmiscuyéndose en decisiones administrativas y de alta seguridad para el Estado Dominicano, informe, que hasta tanto no se levante la restricción de vuelos entra las dos naciones, rechaza participar en los actos de asunción del nuevo gobierno dominicano de este 16.
La provocadora como insultante decisión que violenta las relaciones diplomáticas, deja a un lado, la realidad, de que debido al periodo de inestabilidad social e ingobernabilidad que vive Haití, donde los grupos pandilleros manejan de facto el poder político y al grado de apostar francotiradores en los alrededores del aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, obligó a que el gobierno dominicano tomara la medida y que es una situación que todavía no ha cambiado y debido a la incapacidad e incompetencia haitiana para imponérsele a sus pandilleros.
Por lo tanto, cuando esto se conoce, definitivamente que hay que darle la razón al gobierno dominicano. Pero ahora que el haitiano quiere utilizar de pieza de presión y chantaje la insólita situación, que de suyo es una intervención descarada en los asuntos propios de este país soberano, entendemos que a lo inmediato y sin vacilaciones el presidente Abinader debe llamar a consultas a su embajador y cerrar provisionalmente todos los consulados en el país transfronterizo.
No hacerlo, no tomar las medidas enérgicas que demanda la situación, es enviar el meta mensaje a sus más radicales ciudadanos en territorio nacional, a que irrespeten al gobierno y se subleven contra cualquier medida de preservación del orden público. Esperemos a ver si ahora Abinader se raja o prefiere que lo violen, le falten el respeto en lo personal y continúen burlándose de él. Con Dios. (DAG-OJO)
