El 2 de diciembre, en una carta escrupulosamente respetuosa, doña Milagros Ortiz Bosch, directora general de Ética e Integridad Gubernamental, se dirige a la magistrada Miriam Germán Brito, procuradora general de la República.
(El contexto: el Gobierno del presidente Abinader no deja pasar la oportunidad de dejar claro que la procuradora es absolutamente independiente. Además, estamos en el momento más “emocionante” del caso Antipulpo, por el que un hermano del anterior presidente de la República está siendo investigado por actos dolosos por valor de miles de millones de pesos. Así, “miles”, porque es difícil sumar todos los casos para dar una cifra aproximada.)
La carta contiene un párrafo atronador: “Es en estas atenciones que con el debido respeto a la investigación que pueda realizar o que esté realizando a las referidas auditorías, que nos permitimos solicitar que las mismas se extiendan a los servidores públicos que han permitido, violando los procedimientos establecidos, autorizar acciones corruptas que se tejieron en las instituciones objeto de los informes de las auditorías de referencia.”
La pregunta, desde que se iniciaron las investigaciones a los familiares de Danilo Medina, era hasta dónde estaba este gobierno dispuesto a llegar. Porque investigar a un expresidente de la República, por muy independiente que sea el Ministerio Público, no se hace sin permiso de la presidencia en ningún país del mundo
Parecería que hemos llegado a ese punto. Doña Milagros y doña Miriam tienen toda la experiencia y veteranía para saber de estas cosas.
Y ya hay un antecedente: Balaguer dio el visto bueno para enjuiciar a Jorge Blanco…Por: Inés Aizpún [Diario Libre]
