La firme declaración presidencial de esta mañana y que habla de postura y posición política y que si la oposición no fuera de mediocres, sus representantes deberían de apoyar con presteza y masivamente

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¿Cómo el expresidente Leonel Fernández podría apoyar una reforma policial ejemplar, cuando él y siendo gobierno, permitió que dos de sus jefes policiales ordenaran los asesinatos de 1,820 ciudadanos tipificados como presuntos delincuentes y como mecanismo de satisfacer los requerimientos de aquel primer mandatario, quien quería que nada ni nadie enturbiara o afectara la paz social?

Es decir, desde el momento que se recuerdan tan ominosas estadísticas, de inmediato habría que pensar, en la eventualidad de si ese expresidente pudiera ser favorecido por nueva vez por el voto electoral mayoritario propiciado por un aparato político, propagandístico y de prensa que con el pretexto de un partido político, fabrica un candidato presidencial en base a la más descarnada e indecente propaganda por la  que manipulando las emociones de los electores, hay políticos que salen electos, no por sus virtudes y capacidades y sí porque se les impulsa por una política de fraude inducido que no tuvo, en este caso, parangón.

Por el mismo criterio y concepto, habría que hablar del gobierno del expresidente Danilo Medina, donde la misma política de criminalidad a ocultas desde el poder y en base a periodistas, medios y publicistas que se prestaron a ello para manipular y condicionar a la gente, fue el fundamento para que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y solo en el lapso de 2004-2020, se convirtiera en su parte negativa, en la organización oficial más corrupta, corruptora y cómplice de lo peor en materia de gobierno para afectar los dineros e intereses de los contribuyentes y también para corromper medios y periodistas.

La muestra palpable de lo que decimos, se evidencia con los resultados de las indagatorias y acumulación de pruebas en que a incurrido el ministerio público central, a propósito de la banda de malhechores militares con anuencia indirecta del entonces presidente Danilo Medina, que este último formara en continuidad a la anterior de su antecesor Fernández y por la cual, su jefe de ayudantes militares, las pesquisas judiciales le han descubierto como la cabeza de una banda de malhechores militares que saqueó la administración pública y alcanzando sus fechorías, un monto y en principio, de 4 mil millones de pesos y en la que de paso, sus principales familiares y allegados son parte de semejante entramado delincuencial.

Solo cuando se conocen y más o menos, los detalles que maneja la Procuraduría General de la República sobre esta conspiración castrense desde el poder para afectar los bienes y activos de la nación y de sus ciudadanos, debería de ser más que suficiente, para que ambos expresidentes sean llamados a presentar declaraciones y aunque fuere como aparentes testigos y al momento que el caso Coral sea dilucidado ante el tribunal que sea asignado y para que se conozca el entramado criminal como juicio de fondo.

Pero hay más y esto como acción moral, los periodistas, medios y propagandistas que fueron los autores materiales de las tremendas campañas propagandistas que crearon para que esos dos expresidentes y sus gobiernos tomaran por asalto a la administración pública, también deberían ser llamados a testificar y como el mejor mecanismo para que salgan a la luz los más de veinte mil millones de pesos que cobraron en honorarios y que por el nivel de pagos de impuestos que hubiesen hecho, se podría descubrir el nicho de corrupción monetaria en la que incurrieron para pagar los por cientos, que quienes les dieron los contratos publicitarios recibían por trasmanos y para que de una vez por todas, se compruebe también el abusivo nivel de corrupción mediática que acompañó las administraciones de Fernández y Medina.

Desde luego, si también la corrupción mediática continua en este gobierno de Abinader y con los mismos actores u otros nuevos, sería más que interesante ver a las autoridades actuales haciendo las indagatorias de lugar y para que desde ahora, nadie manche las ejecutorias y buen hacer del presidente Abinader y máxime, cuando a este la Constitución de la República le autoriza a ir por su única reelección en mayo de 2024.

Estamos diciendo, que conociendo que hasta ahora el presidente de la República es un ciudadano al que no se le puede reprochar nada pecaminoso, su partido el Revolucionario Moderno (PRM) y su gobierno, deberían ser los más interesados en proteger y cuidar la excelente imagen presidencial, realizando las auditorías correspondientes, de suerte que con el tiempo a favor, todo lo que pueda entenderse como corrupción gubernamental ahora, se dilucide antes de marzo de 2023 y para que la cara oposición, al querer eludir responsabilidades en sus actuaciones de despojo de los intereses y bienes públicos, no pueda utilizar esa situación como tema de campaña que obstaculice la campaña electoral presidencial.

Sencillamente, es un asunto de irle adelante a los obstáculos y planteamientos nocivos que esa prensa y esos publicistas y esos partidos opositores quisieran formularle a Abinader y a modo de pretender hacerle una encerrona dialéctica y que, en base a propaganda distorsionada, le afecte el desenvolvimiento de su probable campaña reeleccionista.

Igual hay que plantear, que en la medida que la oposición no vaya en el mismo sentido de profilaxis social que el gobierno se ha abocado y limpiando a la policía de esa aura tan terrible que tiene ahora de ser un cuerpo criminal mata ciudadanos, los ciudadanos podríamos darnos cuenta de que la partidocracia no quiere que nuestra democracia sea viva, viable y decente y sí, que si la oposición llegara a ganar los comicios, desde ahora la República sepa que los asesinatos policiales en serie contra los ciudadanos continuarán abusivamente y lo que obliga a exigirles a los expresidente Fernández y Medina a que se definan sobre este particular.

Y lo que debe hacerse, toda vez que es evidente que la firme declaración presidencial de esta mañana y que habla de postura y posición política y que si la oposición no fuera de mediocres, sus representantes deberían de apoyar con presteza y masivamente.

No en balde Abinader fue específico y radical: “Esa es una responsabilidad que yo tengo con este país y no importa el costo político que tenga que pagar, no importa, nosotros vamos a hacer esa reforma de la Policía, tampoco la vamos a poder hacer en este periodo, eso va a tomar años, pero sí la vamos a empezar para que se empiecen a ver cambios, como ustedes los van a ver en diferentes vías en los próximos meses, pero eso es una responsabilidad que yo tengo”, aseguró el primer mandatario y lo que debe apoyársele. (DAG)