lunes, junio 17, 2024
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La negritud como concepto racional de un origen que no se quiere admitir, es una equivocación. Haití, ¿Patio trasero de República Dominicana o expresión desafortunada de un haitiano profundamente anti dominicano?

Si partimos del hecho cierto, de que durante 452 años la parte oriental de la isla de Santo Domingo o de La Hispaniola fue un reducto esclavista dominado por el reino ibérico de Castilla, en tanto desde el primero de enero de 1804, la República de Haití y con su declaración de independencia, abolió la esclavitud que le venía de su metrópoli colonial, la Francia borbónica.

Bien que se debería de entender, que razones ha habido para que los negros y mulatos haitianos odien o se resientan de los negros y mulatos dominicanos y si se parte del hecho trascendental, de que la esclavitud fue abolida en el país transfronterizo, mientras que para los territorios del este de la isla y al convertirse en República libre e independiente como República Dominicana, fue cuando entonces se pudo efectuar.

Es decir, hubo un lapso de 40 años en el que la República libre negra e independiente del occidente de la isla, debió enfrentar y defenderse de toda probabilidad de que Francia hubiese pretendido instaurar la esclavitud y lo que se agudizó entre los criollos de ambos lados fronterizos al quedar Haití libre y sin esclavos y del lado que sería dominicano, habría que recorrer un camino tortuoso de cuatro décadas para lograrlo.

Tómese en cuenta esta realidad y se entenderá el concepto. Por un lado, los dominicanos deberíamos de aceptar que somos una nación con un origen racial africano, aunque matizado por el dominio blanco de lo que luego sería España y por el otro, de que realmente Haití y al declararse nación soberana, mucho de ojeriza su clase dirigente debía tener con un vecino, en el que todavía la esclavitud era mantenida por su potencia colonial dominante.

Analizar esta realidad, explica el por qué nuestra primera República fue una constante víctima de la potencia militar y plantacionista que era Haití y que explica en parte las razones, de que cuando los criollos de la parte oriental de la isla declararon el 01 de diciembre de 1821 la independencia de la metrópoli colonial, esta hubiese generado la invasión militar haitiana y luego la unión forzosa con Haití a lo largo de 22 años iniciados en el 1822 y que terminaron en el 1844 con la reposición de la independencia nacional.

Fue por ello, que por esos resabios anti-esclavitud, la vida dominicana fue tan azarosa como controvertida y que mientras Haití temía que con la nueva República vecina se mantuviera la esclavitud y lo que geopolíticamente le sería casi un suicidio, para los dominicanos y manipulados en extremo por seudo historiadores de mentalidad colonialista y que se creían blancos, se les inculcaba el odio irracional hacia el negro liberto y cuyo exponente mayor era entendido en el país transfronterizo.

Sin embargo, cuando el presidente Pedro Santana y Familias debió anexar la nación dominicana de aquel entonces y ante el miedo de que alguna potencia colonial extranjera, su clase dirigente escuchara los reclamos de presidentes y políticos dominicanos que sí la querían y hasta querían venderla, como Buenaventura Báez (pasado lejano de Ramoncito Báez el dueño del expropiado Baninter) fue Haití y con su gobierno presidido por el presidente, general y estadista, Guillaume Fabre Nicolas Geffrard y su pueblo, quienes salieron solidarios y en defensa de los dominicanos que libraron la guerra de la Restauración y que es un dato básico y fundamental, para que los dominicanos entendamos, que ese Haití, el que nos ayudó en la guerra contra España, para nada se asemejaba al Haití invasor y ocupante de tiempos de nuestra primera República.

Recordemos, que cuando se consumó el triunfo de la milicia y guerrillas dominicanas contra el ejército ocupante español y al costo de 18 mil militares españoles muertos en las batallas de Punta Cana y como testimonia el historiador y militar español, Luis Alejandre Sintes en su monografía: «Dominicana. La anexión frustrada (1861-1865)» que publica y distribuye el ministerio de la Defensa de España y en un interesante rasgo de honestidad intelectual, mientras que los historiadores dominicanos silenciaron estos hechos y solo se enfocaron en escribir su historia sobre la “Guerra de la Restauración” en el Cibao y colocando a un muchacho semi analfabeto de 24 años de apellido Luperón “como la primera espada de la Restauración”, cuando en el Cibao las batallas-escaramuzas que se libraron nunca llegaron a totalizar cinco mil combatientes de bando y bando, pero quienes, esos historiadores, al ser los intelectuales de los grupos sociales dominantes, hasta ahora ha sido la crónica que ha prevalecido y lo otro, de hacer creer que las luchas de la Restauración también fueron contra Haití y lo que nunca ocurrió.

El manipular la historia real o verdadera dominicana y el estigmatizar la negritud como mancha indeleble  que los dominicanos debíamos de ocultar o hacer desaparecer y conceptualizándolo en un odio irracional anti haitiano, ha sido el factor negativo que inculcado en los genes de haitianos y dominicanos a partir de 1865, todavía impide que ambas Repúblicas se reencuentren en un plano de amistad y colaboración cierta y lo que no sucede entre dominicanos y haitianos, que no se rechazan y tienen conciudadanos productos de matrimonios mixtos. Y que es la verdadera semilla del futuro promisor que les aguarda a ambos pueblos y a sus respectivas naciones.

Por eso, hay que disculpar al ministro y exministro de Exteriores haitiano, Claude Joseph, quien acaba de pronunciarse y diciendo que supuestamente y de él llegar al poder, no permitiría que Haití fuera patio trasero de Dominicana y lo que es la estupidez más inconcebible que alguien de las dos naciones hubiese podido decir, cuando en los hechos, la República de Haití es el primer socio comercial de la República Dominicana en el área caribeña y el segundo en el mundo.

Y recalquémoslo, que solo un individuo ignorante y cegado por el odio, es quien pudo decir disparate semejante, pero Joseph es político y desde el poder busca la presidencia de su país y la demagogia le domina y por ello hay que prestarle atención y estar atento a todo lo que diga. Para nosotros y muchos otros dominicanos, en Haití solo hay dos políticos profundamente anti dominicanos: El mismo ministro Joseph y el expresidente Arístide. Fuera de ambos, el pueblo haitiano nunca ha sido enemigo del pueblo dominicano y viceversa y por lo que rechazamos rotundamente las volátiles como desafortunadas palabras del ministro de referencia y quien por lo visto, pierde la racionalidad, cuando en la búsqueda de la presidencia de su país, trata de crear un sentimiento de odio contra los dominicanos y prevalido de hacer del tema dominicano, la base de su campaña presidencial, por lo que desde ahora hay que decirlo, no creemos que con pensamiento tan equivocado, pero al que tiene derecho en su propio ejercicio de la libre expresión, Joseph tenga siquiera la mínima oportunidad de llegar a la presidencia de Haití.

Es hora pues, de que los dominicanos nos encontremos con nuestras propias raíces, entendamos el porqué de nuestra negritud y mestizaje y la razón de una población blanca exigua. Debemos y tenemos que sentirnos orgullosos de ser lo que somos y en el plano ante nuestros vecinos directos: Desterrar toda posibilidad de enemistad o desencuentro que los grupos más beligerantes y fanatizados de los ultranacionalistas de ambos países quisieran imponernos como discurso de odio ruin y falso.

Lo que nos hace decir, que la negritud como concepto racional de un origen que no se quiere admitir, es una equivocación. Haití, ¿patio trasero de República Dominicana o expresión desafortunada de un haitiano profundamente anti dominicano? (DAG)

Nota: Texto publicado originalmente el 31 de agosto pasado como nuestra nota editorial de ese día y con el titular de Por el Ojo de la Cerradura.

 

 

 

 

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