Mediante ese proyecto de ley, se faculta la supervisión extranjera y que es requerida por un Poder Legislativo que se entiende sin autoridad moral alguna para hacerlo, entregando de ese modo sus facultades legales y soberanas a instituciones de otro país.
Semejante grado de irresponsabilidad, que en sí es una prueba de que el Poder Legislativo es inoperante, ahora que se está en campaña electoral, debería llamar la atención de los electores y con miras de elegir a otros legisladores con calidad moral y dado que la mayoría de los actuales han desertado de sus funciones constitucionales y presentándose como los bandoleros de los que siempre se ha sospechado.
Es inaudito que esta futura ley especifique, que “se establece que sus informes de auditorías internas, especializadas, para su control de calidad, ética y de procedimientos, podrán ser evaluados por un organismo par o similar a nivel internacional. Esto, con el objetivo de asegurar el cumplimiento de los procedimientos y mejores prácticas profesionales internacionales”. A toda la nación debería de darle vergüenza semejante pérdida de soberanía.
Menos mal, que un solo diputado, Darío Zapata (PRM) haya expresado que no está de acuerdo “con que haya que consultar nada a nivel internacional, porque nosotros somos autónomos. Somos constitucionalistas. Somos soberanos, y no puede haber ninguna interferencia, mucho menos, en lo que tiene que ver con contraloría, con fiscalización. Eso es improcedente e inconstitucional”. Hay que esperar que antes de su promulgación el Poder Ejecutivo lo vete y por las razones ya observadas. (DAG-OJO)