La otra cara de la moneda en materia de revisión de las medidas de coerción. Privilegios para unos y abuso de poder para el resto

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Si en este país existiera un verdadero sistema de justicia, que como debe de ser, mida con igual vara a todos los ciudadanos que llegan hasta sus tribunales, no solo no existirían los extremos abusos de poder que se suscitan y la inclinación canallesca de muchos fiscales y jueces ante los adinerados o personas de raza blanca o de poder político o castrense que les piden que les varíen condenas, sino que realmente, la mayoría ciudadana confiaría en el Poder Judicial.

Pero todos sabemos que la Justicia en este país no funciona así, que sus funcionarios, todos, están sujetos a una llamada telefónica o al requerimiento de algún uniformado y últimamente periodista y la cosa es tan grave, que los tribunales castrenses tampoco funcionan como debería de ser y donde el rango mayor impera.

Ahora, con la variación de la medida de coerción a favor del imputado Jean Alain Rodríguez, se ha comprobado como la cuota de privilegios funciona con presteza y es una pena y no porque al exprocurador se le haya variado el encarcelamiento por arresto domiciliario, a lo que perfectamente tiene derecho, sino porque el escenario ha revelado en toda su crudeza, que fiscales y jueces, cuando no es que se inclinan frente al poder político, lo hacen ante el mediático y también ante el económico y el militar y en donde los ciudadanos de a pie y los de clase media baja no tienen acceso.

Debido a estas fallas, parecería que los dominicanos nunca saldremos de vivir en lo más parecido a una republiquita bananera. (DAG-OJO)