El Gobierno dominicano lleva una campaña internacional apresurada en la búsqueda de ayuda para resolver la problemática haitiana.
Un amplio llamamiento en el pleno de la Organización de las Naciones Unidas y una convocatoria común entre los presidentes de República Dominicana, Costa Rica y Panamá no han provocado el más mínimo movimiento en la comunidad internacional.
Estados Unidos se ha tomado el tema con calma, dado que se resolvió su polémico manejo de los miles de haitianos que se postearon en la frontera con México. Su única señal ha sido que no tolerará crisis migratorias y se desentendió del asunto. Sin Estados Unidos en la fórmula, ninguna solución es posible a corto plazo para la crisis haitiana.
Quizás el secuestro de los misioneros norteamericanos por parte de una banda de malhechores en Puerto Príncipe provoque una intervención, pero todo apunta a que será algo puntual, no más allá. Mientras, por estos lares se barajan opciones al tema haitiano, más por una visión económica, pues si las cosas siguen como van en Haití, las pérdidas en el comercio dominicano serán multimillonarias y esa es una realidad que no conviene a nadie. [Dirección Diario Libre]
