Los ataques y descalificaciones contra los haitianos que viven en el territorio nacional y la mayoría gratuitos son actitudes de fanáticos ultranacionalistas, racistas y anti haitianos que no tienen razón ni justificación alguna

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Asumamos que sí, que en República Dominicana hay un millón de indocumentados haitianos y de los cuales, casi medio millón trabajan en la agroindustria, la construcción y el turismo y que el resto y como muchos dominicanos, es un grupo de hecha días o limpiavidrios o antisocial que vive en la periferia de nuestras ciudades. ¿Y por esa condición a estos últimos hay que denostarlos y clamar porque se les persiga y se les saque a la fuerza y se les envié violentamente Haití y sabiéndose en las condiciones infrahumanas en la que se encuentra la mayoría del pueblo haitiano?

Sería de una crueldad extrema, que esta nación aceptara, que las voces de los ultranacionalistas y fanatizados anti haitianos pudiera ser atendida y para terminar llevando a los dos países hacia una guerra fratricida de exterminio mutuo.

Sin embargo, a diferencia de esas voces de sectarios, la mayoría del pueblo dominicano no anida semejante cumulo de odios y resentimientos contra los haitianos y de ahí que cada vez que la nación transfronteriza ha requerido de la ayuda dominicana, del mismo corazón de los dominicanos sale espontáneamente el sentimiento de ayuda y protección hacia nuestros vecinos.

Y hay otro aspecto que debe puntualizarse, dominicanos de origen haitiano pasan del medio millón de personas, como haitianos de origen dominicano pasan de los 800 mil individuos y ese nicho binacional, sin duda alguna es el muro que separa la irracionalidad y el odio del sentido común y de la buena vecindad.

En consecuencia, es hora de que los medios de comunicación criollos y sus directores, periodistas, reporteros y comentaristas, entiendan que tienen y deben parar en seco tanta desinformación. Por ejemplo, ayer, por Cap Cana hubo un conato de protesta por parte de obreros haitianos y los que, con toda razón, hacían ver su enojo por el maltrato ocasionado por sus empleadores, quienes no les pagaron las cantidades que les correspondían por las horas trabajadas.

Al tirarse a la carretera, los empleadores de inmediato llamaron a la policía y alarmando por una supuesta manifestación de “haitianos abusadores” y lo que generó un conato de rebeldía provocada por la autoridad policial, que, al llegar y de acuerdo a las redes,  los enfrentó a tiro limpio. Por esa salvajada, murió uno de los obreros y otros quedaron heridos y abriéndose de inmediato y con toda razón, el más encendido rechazo por parte de los obreros que fueron agredidos tan injustamente.

El atropello, de inmediato fue utilizado por medios, periodistas y reporteros ciudadanos en las redes sociales, fundamentalmente para mentir sobre lo acontecido, sobredimensionarlo y hacerle creer a la República que “los haitianos nos atacan”. ¡Protestamos por hecho y persecución tan infames y atentatorios de los derechos humanos de todos esos obreros! (DAG-OJO)