lunes, junio 17, 2024
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Los efectos de la guerra Rusia-Ucrania, económicamente nos hacen retroceder el crecimiento y las perspectivas económicas

Ya sabemos que cuando se trata de recabar las opiniones de los doctos economistas, la confusión  es la característica principal del discurso Torre de Babel que a la gran mayoría le caracteriza y que si unimos al otro, siempre torcido e interesado de los políticos y cuando se trata de encubrir una realidad que afecta a la ciudadanía y que a la partidocracia no le conviene destacar, entonces  la situación se convierte en una verdadera confusión de criterios u opiniones, que francamente no benefician en nada y menos, si se  procura un debate nacional profundo, racional y cierto.

Debido a ello, la ciudadanía se debate en su dura realidad, de que el dinero se le acorta, los trabajos se quiebran y la producción como que se estanca, en tanto desde el aparato oficial y su colateral empresarial, parecería que allí el interés, es encubrirlo todo y significativamente, la realidad, de que no obstante los avatares económicos, el gobierno aumenta sus ingresos y el empresariado sus ganancias, en tanto a la población su nivel y calidad de vida, sorprendentemente se le disminuye.

Ante ese panorama y del que nadie de poder ofrece explicaciones creíbles, la mayoría de las personas tienden a confundirse y que si se le agrega los intereses en juego que tienen control del sector mediático, entonces es poco lo que los ciudadanos de clase media como de a pie, pudieran concluir en materia de que sus interrogantes pudieran ser aclarados.

En este sentido y no obstante que desde finales de diciembre se veía venir un panorama internacional tétrico, nuestras autoridades y más por demagogia que por sentido común y siempre con el interés de preservarse, han preferido protegerse de los cuestionamientos ciudadanos al adentrarse en esa especie de sombrilla propagandística, por la que en el gobierno asumen, que a lo inmediato no tienen por qué dar explicaciones y mucho menos llevar tranquilidad a la población.

De esta manera, se ha caído en un lamentable ambiente de incertidumbre que aumenta la crispación política y social y que no provoca que la gente pudiera tener una confianza cierta en lo que desde la clase gobernante se le diga, al tiempo que desde el gobierno plutócrata, sus responsables empiezan a darse cuenta, de que a mediano plazo, las cosas no les saldrán como las tenían pensadas y de ahí que entonces y desde los aspectos más estrechamente asociados al poder, no sean uno ni dos y sí muchos, los funcionarios que empiezan a preocuparse.

Desde luego, tienen razón en estarlo, al fin y al cabo y con todo que la Constitución de la República autoriza al presidente Abinader y por estar en el poder por primera vez, a concurrir a una probable única reelección de cara al torneo electoral de 2024, no lo es menos, que sus expertos políticos empiezan a mostrarse más que preocupados y al ver, que de súbito, hay un cierto aspecto de retroceso en las perspectivas económicas y lo que advierten en la notoria pérdida de empleo así como de ingresos y que nada tiene que ver con los efectos económicos de la guerra rusa-ucraniana y sí con las políticas de anti liquidez puestas en uso y marcadas por un Abinader extremadamente reacio a soltar dinero para que circule, más lo otro, de la resistencia casi natural de una alta burocracia cuyos tiempos son absolutamente diferentes a los intereses de la población.

Así las cosas y viendo como el aparato de propaganda oficial se intensifica en materia de culto a la personalidad presidencial, en tanto el otro que tiene que ver con el empresariado, trata de blindarse para evitar que la población se dé cuenta y sobre todo sus empleados, que la generalidad de las empresas tienen mayores ingresos y ganancias en tanto los salarios lucen estancados, es posible prever, que de seguir la situación como hasta ahora apunta de mucha inestabilidad e improvisación y si en el gobierno no efectúan un cambio de políticas a tono con el pragmatismo que las circunstancias obligan, que entonces haya que asumir, que en pocos meses, no más de cuatro, la nación podría estar enfrascada en una situación de controversias políticas que para nada ayudaría a la vitalidad del cuerpo social de la República.

Por supuesto, es lamentable que, desde el sector mediático adscrito a los empresarios, comerciantes e importadores, no exista la suficiente independencia de criterio crítico, que impulse, por lo menos a un debate interno entre los barones mediáticos y sus colegas dentro del sector empresarial, comercial e industrial y esta falla, a nuestro modo de ver y de mantenerse, no ayudará en nada a que esta economía pudiera sacudirse de la ola de incertidumbre que ahora empieza a acosarla.

Y en función de esa circunstancia, es que a este día, entendemos que hay que seguir insistiendo en procura de que se implemente una política racional de austeridad a nivel general y no solo de parches mal colocados como los que anoche fueron anunciados en la última alocución presidencial y de la que, la única impresión que tenemos, es como si realmente el gobierno plutócrata fuera el primero que no sabe a ciencia cierta qué pasos en concretos y pragmáticos son los que debe dar para revertir la presente situación tan inestable como inquietante.

Naturalmente, decirle a los funcionarios gubernamentales miembros del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) que hay que apretarse el cinturón en materia de sus exorbitantes gastos operativos, parecería un contrasentido, cuando la propaganda oficial insiste en que todo está bien o al menos manejable, pero que si los oficialistas tuvieran capacidad para ver los hechos en perspectiva como en retrospectiva, podrían darse cuenta y por los brotes de descontentos que empiezan a darse en muchas partes de la nación, que definitivamente los dominicanos no estamos transitando un buen tiempo y lo que ocurre, porque en el gobierno todavía no entienden el cómo resolver el nudo gordiano de una economía entrampada en sí misma y cuyos actores principales, para nada  quieren ceder en sus privilegios.

En consecuencia, no estamos lejos de la realidad, cuando decimos que los efectos de la guerra Rusia-Ucrania, económicamente nos hacen retroceder el crecimiento y las perspectivas económicas y peor, que nos espanta observar cómo los actores económicos, políticos y gubernamentales, parecería que se niegan a encarar los retos que se les vienen encima y que, si actuaran diligentemente, todavía hay tiempo para resolver. ¡Qué Dios nos asista! (DAG)

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