Un total de 44 personas fueron detenidas por diferentes motivos, informó esta noche la portavoz de la policía de Bruselas-Ixelles, Ilse Van de Keere.
Los tres policías que resultaron heridos fueron trasladados a hospitales y uno de ellos tendrá que ser sometido a cirugía en una mano; además, un manifestante también tuvo que ser llevado a un centro hospitalario por una herida también en una mano, según la prensa local.
Además, los alborotadores causaron daños a seis vehículos y una moto policiales, así como a diversas propiedades públicas y privadas, entre coches, escaparates y terrazas de bares, entre otras.
La policía está analizando las grabaciones de las cámaras de vigilancia para tratar de identificar a los autores de los destrozos, al tiempo que se empezó a efectuar un inventario de daños.
El alcalde de la ciudad de Bruselas, Philippe Close, condenó «enérgicamente» las acciones de los alborotadores y anunció en Twitter que había dado instrucciones para «realizar detenciones y analizar los vídeos».
La manifestación, autorizada por el ayuntamiento de la capital belga, partió en torno a las 13.30 hora local de la estación del Norte y recorrió el centro de la ciudad bajo el lema «Juntos por la Libertad».
La policía utilizó cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersar a algunos manifestantes, que protestaban contra las medidas adoptadas a raíz del repunte de casos de covid-19 en el país.
Convocada la marcha en principio para protestar contra el uso del pase covid, también hubo manifestantes que criticaron la vacunación obligatoria para todo el personal sanitario acordada esta semana por el Gobierno o las vacunas en general, según indicó la televisión pública RTBF.
Los organizadores denunciaron en un comunicado «las medidas restrictivas de libertad, que no constituyen una solución estructural para la sanidad».
El repunte de casos de covid-19 en Bélgica, dónde la incidencia acumulada subió un 19 % en la última semana analizada, hasta los 1.346 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, llevó al Gobierno a endurecer esta semana algunas restricciones, aunque no se han cerrado sectores económicos ni se ha confinado a ciertos colectivos, como en otros países europeos.
Las medidas pasan fundamentalmente por imponer el teletrabajo obligatorio cuatro días a la semana y ampliar el uso de la mascarilla en el interior de establecimientos y lugares culturales, como restaurantes o cines, aunque para acceder a ellos se haya solicitado el certificado covid.
Bélgica ya exige desde octubre presentar este documento -que prueba que el portador está vacunado, ha pasado la enfermedad o dado negativo en un test reciente- para acceder a la restauración y eventos culturales.
Además, el Gobierno ha introducido la obligación de vacunarse para todos los trabajadores sanitarios del país que, de lo contrario, a partir del 1 de enero verán suspendido su empleo hasta el 31 de marzo, fecha a partir de la cual su contrato será rescindido -con derecho al paro- o suspendido hasta que el trabajador se vacune si se opone al despido -en ese caso sin sueldo-. EFE
Fuente: El Caribe