Migración capturó a embarazadas. La cacería anti-derechos humanos continua y Abinader calla

0
253

Cuando el re­loj marcó las 7:00 de la mañana del pasado martes se desencadenó una serie de detenciones, enfrentamientos y depor­taciones por agentes de la Dirección General de Migración (DGM) con­tra haitianos ilegales que se encontraban en espera de consultas en centros médicos de Santo Do­mingo.

El hecho que tuvo lu­gar en las inmediaciones del hospital materno in­fantil San Lorenzo de Los Mina, no sería el único; también a las 7:00 de la mañana el miércoles y el jueves, continuaron los asedios en las maternida­des de La Altagracia y En­gombe, de donde, según agencias internaciona­les de noticias, se depor­taron unas 28 gestantes haitianas.

Empleados del hospi­tal explicaron que “nadie de migración” ha ingre­sado a sus instalaciones con el propósito de arres­tar pacientes y negaron la presencia de oficia­les de la DGM recorrien­do sus alrededores como señalan algunas publica­ciones.

“Yo escuché la infor­mación en un medio, es­ta mañana y yo mismo me sorprendí”, manifes­tó el empleado, al tiem­po que expresó que en la maternidad de Los Mina reciben a “todo el que lle­gue”. Contrario a la ad­ministración de Los Mi­na, en La Altagracia y Engombe confirmaron que, entre miércoles y jueves, autobuses de Mi­gración se apostaron fue­ra de las edificaciones sin que la administración de los recintos de salud tu­viera información de los operativos.

El personal médico de Engombe confirmó que desde las primeras de­tenciones, el miércoles pasado, la asistencia de em­barazadas haitianas comen­zó a “mermar”.

De su lado, Rodeline Ju­less, quien tiene 11 años re­sidiendo en el país, expli­có que en la Maternidad de Los Mina, también se lleva­ron a las personas que espe­raban por sus familiares in­gresados o por nacer.

“Ya tienen miedo, no quieren venir (refiriéndose a sus compatriotas)”, mani­festó Juless, mientras acu­rrucaba a su recién nacido en brazos.

En tanto, Altdor Joshep, que se trasladó en 2004 a suelo dominicano en bus­ca de mejores condiciones económicas, lamentó que los haitianos estén pasando “vergüenza en un país aje­no. Si Haití estuviera libre nosotros nos vamos, por­que estamos pasando ver­güenza en un país ajeno”, manifestó Josep, al tiem­po que expresó que “si se van a llevar a los que no tie­nen papeles, los puedes co­ger en la calle; en el hospi­tal no”.

Comenzaron el martes

Las deportaciones de muje­res embarazadas comenza­ron el pasado martes y “van cientos de deportadas”, dijo el director de Migración en declaraciones a periodistas en Dajabón, el principal pa­so fronterizo con Haití. El director de Migración dijo que las deportaciones se están realizando “con to­do el respeto a los derechos humanos y con todas las ga­rantías al debido proceso”.

 SEPA MÁS
Medidas duras

Las autoridades han adoptado en las últimas semanas medidas para frenar la inmigración ile­gal desde Haití, que pa­sa por una de las peores crisis de seguridad. Se anunció que los hospita­les públicos solo atende­rían a extranjeros indo­cumentados en casos de emergencia médica. [Listín Diario-Ojo]

 

COMENTARIO AL MARGEN: De golpe, la peor cara del PRD de antes, asoma dentro del PRM y al extremo, de que uno de sus miembros, el director de Migración, Enrique García, al parecer y por órdenes superiores, a iniciado una vergonzosa como abusiva cacería de indocumentados haitianos e incluyendo el apresamiento ultrajante y violento de cientos de embarazadas haitianas en hospitales públicos y la mayoría a punto de alumbrar y que recuerda lo peor del nazismo y ahora lo reciente, de hechos similares o peores en Polonia y hace unos días en Texas, EEUU. Esto, no es posible que nadie medianamente decente pueda aceptarlo o aplaudirlo y por lo que unimos nuestra voz a quienes desde otros entornos, también protestan por semejante atentado contra los derechos humanos. De pronto, las autoridades transitorias del gobierno haitiano tienen razón, cuando reclaman que las deportaciones sean hechas respetando la dignidad de los indocumentados. Abinader debe corregir esto y porque degrada de manera tan profunda nuestra condición como dominicanos al retrotraernos a lo peor de lo más bajo de los instintos humanos y siendo su gobierno, el primero y de todos los que hemos tenido en los últimos 80 años, que comete un accionar tan vergonzoso. (DAG)