El ministro de Salud, Daniel Rivera, declaró que el sistema obstétrico de República Dominicana está saturado por la demanda de parturientas haitianas que llegan a los hospitales y que “han desplazado a las dominicanas”.
Rivera dijo que las parturientas haitianas están llevando a límites que perjudican el manejo de todas las zonas obstétricas del país.
Sobre las limitaciones de sangre, el ministro dijo que cada dominicana que se hará una cesárea debe depositar una pinta de sangre en los hospitales dominicanos y que sin embargo las mujeres "embarazadas haitianas no vienen con nada".
Informó que en lo que va de año el gobierno ha invertido 10 mil millones de pesos en asistencias a las parturientas haitianas, sin contar los fondos que ha destinado a otros problemas de salud de los haitianos en el país.
Resaltó que las parturientas haitianas llegan a República Dominicana en condiciones críticas de salud, a lo cual se atribuye el aumento de la mortalidad materna en el país. [Listín Diario]
COMENTARIO AL MARGEN: Todo cuanto de dinero tenga que erogar el Estado Dominicano para atender a los inmigrantes irregulares haitianos en materia de salud, no es nada ante el nivel de compras que los haitianos realizan de productos dominicanos cada año y que a este año esta al nivel promedio de 500 millones de dólares estadounidenses y que como nación vendedora, República Dominicana debe realizarle compensaciones al Estado Haitiano y que es lo normal en el comercio internacional, pues se realiza a favor del Estado que compra y no recibe nada del Estado que vende. Por lo tanto, los 10 mil millones de pesos que dice el ministro de salud, no son nada frente a los más de 100 mil millones de pesos que los haitianos compran cada año en mercancías. Lo que significa, que estamos en deuda al no compensarles sus compras al comercio y a los ciudadanos haitianos. El Gobierno debe Abinader debe entender que las atenciones de salud a los irregulares haitianos, sus gastos, son la compensación lógica que esta economía le da a la economía haitiana y en razón de que, a Haití, los dominicanos no les compramos nada. (DAG)